don't leave me and love me

Yo no ví nada

Capitulo 9 

Yo no ví nada 

Después de lo que me dijo Enzo no quiero ni verlo, no lo pude enfrentar, porque soy demasiada débil y la que va a salir llorando soy yo, ahora mismo estoy sentada a lado de el, ni modo pero me asignaron ese lugar. El timbre hace que me salga de mis pensamientos.

— bueno chicos, nos vemos mañana, que tengan un lindo día. — dice la maestra mientras aguarda sus cosas en una mochila. — Enzo te puedes quedar un momento por favor. — dice la maestra.

Salgo de ahí para ir a la cafetería, Decido ir al baño porque me andaba mucho y además estoy en mis días, entro al baño y hay varias chicas en una de ellas la reconozco, es la castaña que me molestó aquella noche, decido dar media vuelta, no quiero enfrentarla, además, no me se defender.

— pero mira quién tenemos aquí, la mojigata.— me dice esa castaña que cae mal. 

— ¿que quieres? Y no me digas mojigata. — ¿cuando voy a dar la cara? Si, estoy cabizbaja.

— nada, no quiero nada, y respondiendo tu pregunta haci es como te llama todo el instituto, bueno yo me voy, bye. — dice pasando a un lado de mi, ya que se fueron decido entrar a hacer mis necesidades, al entrar al cubículo del baño público hay demasiadas notas ofendiendo a la gente, olvidandome de mis necesidades decido leerlos en una de ellas dice; 

*catarina es adoptada*

*la maestra lucy se mete con Enzo*

*alexis es lesbiana*

*la maestra lucy se mete con Enzo y con el sector*

Wow eso sí estuvo intenso, me río entres dientes, mi risa se desbanese cuando veo que también ¡¡me escribieron a mi!! 

la nueva es mojigata

¿¡Pero que?! Yo viene en este instituto en signo de paz.

Suspiro, decido hacer mis necesidades, después de que hice mis necesidades, voy en busca de la cafetería, despues de caminar unos cinco minutos lo he encontrado, decido entrar, al entrar varias personas me ven con cara de burla, me supongo que me ven así por lo que paso en la mañana, o porque me dicen mojigata, en fin, decido ir a comprar mi comida.

—¿Que vas llevar? — pregunta una señora con una cara seria, no, muy seria.

— Hola, quiero una orden de galletas de chocolate y un café con leche por favor. ¿Cuánto va a hacer? — pero me doy cuenta que no tengo mi mochila, la olvidé. — señora me puede esperar es que se me olvidó mi cartera—. 

— si ve, pero corre antes de que se me llene la fila. — salgo corriendo de ahí, no sé dónde dejé ni mochila, decido ir al baño, pero no, no está. Decido ir al salón, voy corriendo por los pasillos en busca del salón de literatura.

Al entrar me encuentro a la maestra lucy y a Enzo haciendo sus cochinadas ¡¡No puede ser!! Vaya día Amber.

— lo siento, lo siento, yo solo venía por mi mochila, yo no ví nada.— digo mientras camino a mi lugar con una mano en mis ojos.

—¿¡No podías tocar!? — doy un brinco por aquel grito de parte de Enzo.

— yo... Pensé que... Que no... Había nadie... Les prometo que no diré nada — no le des la cara Amber — solo... — fui interrumpida 

— Amber, que sea la última vez que entras sin tocar o quedas reprobada en mi materia.— dice la maestra, doy media vuelta para verlos, ¿¡Pero que!? Si son ellos que me deben a mi un favor, ahora mismo tengo un nudo en mi garganta. 

Enzo se acerca a mi peligrosamente — si dices de esto... Date por muerta.— siento su aliento en toda mi cara, tiene una fragancia que me encanta, olor a menta. Pero que dices Amber, concéntrate, te está amenazando.

— yo no ví nada.— vamos Amber trata de no llorar, pasa como tres segundos y ya siento mi lágrima en mi mejilla, me la limpio rápido, pero Enzo se da cuenta de aquello.

— bueno, yo me voy, Amber...— me mira enojada y me señala con su dedo — estás advertida —. Esta sale del salón dejándome con Enzo 

— no puede ser.— se frota ambas manos en la cara frustrado — ¿¡ya estás llorando!? — doy un brinco, no soporto los gritos, siento como mis lágrimas van callendo. — ¡Deja de estar llorando! ¡Por dios! Yo soy el que... — se calla — ¡vete de aquí! — mis pies no reaccionan — ¡Que te vayas! — siento como doy media vuelta para ir a mi lugar por mis cosas, me siento en aquel lugar que me asignó la “maestra” para relajarme — solo vete. — susurra 

— me iré, pero que sea la última vez que me gritas. — digo con el ceño fruncido — lo siento... Yo no ví nada. — y sin más salgo de ahí con mis cosas directo a la cafetería.

Después de pagar, me siento en unas de las bancas de la cafetería, elegí una que está pegada a lado de una ventana, tiene una vista buena, en esta esta; la cancha del fútbol americano y demasiados árboles.

— disculpa.. yo... Me siento... Aquí. — alguien me habla a mis espaldas, volteo y me encuentro a un chavo alto, flaco, con cara de angelito y con lentes, me supongo que es estudioso.

— ay.. lo siento, ahora me voy. — me paro del lugar, pero alguien sostiene mi hombro para que me siente de nuevo, alzó la mirada y me encuentro al mismo chico. 

— no te preocupes, siéntate, o más bien hay que sentarnos —. Dice dando una sonrisa amplia, por lo que yo se la devuelvo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gracias por leer. 

 

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