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La llamada de mi padre y las mirada

Capitulo 12

La llamada de mi padre y la mirada 

Después de cenar y de varias platicas con mi madre subo a mi habitación para descansar, pero antes de dormir decido leer un libro que compre en una biblioteca del mercado cerca de mi casa. Llamada: HOLA MUNDO ¿COMO ESTÁS? 

Leo la introducción y dice: 

A los cinco años de edad, Toby Little decidió enviar cartas a todos los países del mundo. Con ayuda de su madre, Toby empezó a escribir y mandar cartas a toda clase de personas, tanto niños como adultos. Fueron sus destinatarios desde científicos en la Antártida a guardabosques en Chad; desde un escultor en Jordania hasta los alumnos de una escuela en Corea del Sur; desde un niño ciego de once años que puso salir de siria y ahora vive en Irán, hasta el papa. Las cartas no solo llegaron a sus destinatarios, sino que el mundo le respondió. Este libro es una recopilación de las cartas más bellas, asombrosas y conmovedoras que envió y recibió.

Leo varias horas, es un libro muy interesante, ojalá pudiera tener la imaginación de ese niño, me imagino cuánta gente le contesto porque a lo mejor necesitaban esa pregunta. Cómo yo la necesito ahora.  Depues de varias páginas me doy cuenta que ya son la 1:00 AM. 

No sé en qué momento me dormí, pero me desperté por el sonido del teléfono de la casa, que se ubica en la parte baja de la casa (sala), bajo para atender a aquella persona que está llamando a estas horas de la madrugada.

— ¿Hola?¿ Quien habla?— pregunto con la voz ronca, ya que me acabo de despertar.  

— ¿Daisy? Soy Marcos. — mi cara se pone palida al escuchar aquel nombre y nada más y nada menos es de mi padre. Pongo la llamada en espera, desconecto el teléfono de casa, ya que es inalámbrico, escucho como mi padre dice varias veces el nombre de mi madre, yo llevo el teléfono al cuarto de mi madre, para que hable con el.

— maa. — digo mientras sacudo a mi mamá.

— hmmm. — hace un quejido, por la manera en la que la sacudo.

— Te habla papá por el teléfono de la casa. — se levanta como rayo y me arrebata el teléfono.

— Era mi ayudante de la casa.— dice mi mamá nerviosamente, supongo que hablan de mi, me quedo ahí parada para escuchar todo, solo es curiosidad. — no, te dije que no la tuve.— y si, hablan de mi, salgo del cuarto de mi mamá , ya que no quiero escuchar nada, me hizo sentir un poco mal lo que dijo mi mamá. 

Después de lo que paso, me quedo dormida. 

 

 

 

 

*

 

 

 

Despierto por el sonido de la alarma ubicada en la mesita, con toda las pocas ganas que tengo, me levanto y voy al baño para bañarme, me meto en la ducha olvidandome del mundo, es lo única manera que me hace olvidar del mundo, me pongo shampoo de flores tropicales, mi favorito, salgo de aquella rica ducha.

Me pongo un pans color gris, un poco guango, ya que no me gusta usar cosas a mi talla y una blusa rosada abierta en V de manga larga y por último, mi favorito suéter gris. 

Me encuentro con los nervios de punta, ya que me toca literatura, no quiero entrar a aquella clase, pero lo tengo que hacer por mis calificaciones. Toco aquella puerta del aula en ella abre la maestra lucy, con la sonrisa más falsa que he visto en mi vida. 

— ¡Hola! ¡Bienvenida! Pasa, pasa.— dice “animadamente"

— Hola y gracias.— respondo en un susurro y paso a un lado de ella para ir a mi lugar, que por mala suerte está a un lado de Enzo. — Hola. — le digo a Enzo, solo por educación, el solo alza la cabeza en forma de saludo.

Pasa toda una hora de aquella clase, la maestra me ve de reojo, cada vez que explicaba una cosa, algunos de mis compañeros estaban en el celular al igual que Enzo, yo quisiera uno tan siquiera para distraerme, pero lo pienso demasiado y no, no tendría tiempo para distraerme.

Salgo de aquel salón, pero antes me aseguro de que traiga todas mis cosas, esta vez Enzo no se quedó, voy hacia la cafetería para buscar a Jhon, pero al parecer no vino a clases, lo he buscado diez min, pero no hay rastro de el. Busco un lugar disponible en la cafetería, mi vista cae en una banca de la cafetería, que está ubicada al fondo, lugar perfecto, pienso. Me siento en aquel lugar, no me apetece comer ya que no traje nada, ni modo, me quedaría en esta banca sola y aburrida, tuve una idea y era hacer una poca de tarea que dejaron en esta semana, ya que no tengo tiempo para hacer tarea.

El ruido de las puertas de la cafetería, llaman mi atención quitando mi vista del cuaderno y alzando la mirada para ver a aquella persona que azotó las puertas. 

Mi vista se centra en Enzo que viene con sus amigos a un lado de su grupo de amigos, Enzo cacha mi mirada en el y bajo de nuevo la vista a mis cuadernos, pero me doy cuenta que el también me está viendo, alzó de nuevo la mirada viéndolo a los ojos, como si nos comunicaremos con miradas, me asustó y desvío la mirada, ya que Alexis se sienta a un lado de mi alzando los pies el la mesa de la banca y mirándome divertida.

— Hola linda. — Saluda Alexis dándome un beso en la mejilla.

— Hola ¿Cómo estás? — me sonrojo por aquella acción de Alexis. Por lo tanto Alexis se sorprende por la manera en el que le respondí. —¿Que pasa? — digo confusa.

— No nada, solo que eres la primera persona que me pregunta cómo estoy.— Dice en un tono un poco triste, pero después cambia su cara a divertida, y se ríe haciendo que me contagie su risa.

 

 

 

 

 

Perdón por el retraso, tuve algunos problemas con la escuela, pero ahora que estoy de vacaciones habrá más capitulos. 

Lo quiero, besos cuidense porfa, quédense en casa por su salud.

 

 

 

 




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