Mackenzie
Termino de cerrar mi gran maleta.
Fue difícil, pero lo logré. Mackenzie Miller todo lo puede.
-¡Mack, ya te vinieron a buscar hija!-Me llama mi papá para que baje.
Solo espero que los días en ese internado no sean tan difíciles como me imagino.
Al bajar veo que me esperan Chase, la Mamá de este y mi padre para despedirse de mi.
Todo va a ser más difícil sin Chase a mi lado.
Estuvimos pegados como moscas toda la vida y nos venimos a separar ahora.
Ahora no tendré más a esa mosca para acompañarme.
-¡Adiós Mundo Cruel!-Bromeé exagerada- Sé que me van a extrañar, pero no lloren. Van a poder estar bien sin mí.-Dije egocéntrica.
A Chase y a mi nos encanta bromear así.
-Idiota- Me dice Chase para luego darme un gran abrazo de despedida- Te voy a extrañar, pero trata de sobrevivir sin mi.-¿Lo ven?.
-Lo intentaré- digo siguiéndole el juego, aunque ambos sabemos que no podemos vivir el uno sin el otro.
Al separarnos seguí a despedirme de Ángela, la madre de Chase y una de las mejores Chef del mundo mundial.
-Angela, cómo me entere que le cocinas a otra chica que no sea yo me devuelvo del internado y te mato.-Bromeo a lo que ella ríe.
Amo su comida, me recuerda a la comida que me hacía mi madre.
-Tranquila, te voy a extrañar mucho mi niña.-Luego de despedirme de Angela fui hacia mi padre para darle el mejor abrazo que he dado nunca de los nunca.
-Te voy a extrañar Mack-Dijo respondiendo a mi abrazo.
-Y yo a ti papá- Dije.- Papá convence a Angela cuando me vaya para que Chase venga al internado por favor.-Le pedí en voz baja.
-Lo intentaré.-Me guiñó un ojo.
-Recuerda que te quedarás ahí hasta que dejes de hacer esas bromas pesadas que siempre haces- Recordó mi padre.
-¡Oh por Dios! ¡Me quedaré ahí de por vida!-Mi padre rodó los ojos.
La verdad, es que aunque me desagrade la situación. La tomo con un poco de humor.
Cualquier otra hija odiaría a su padre en este momento. A mi en cambio, me da risa lo que intenta lograr.
Al subirme al auto conducido por el chofer de mi padre, no podía dejar de pensar en lo que me esperaba en el internado.
Solo espero que logren convencer a Angela, ya estoy extrañando a Chase.
Solo para aclarar, Chase y yo somos mejores amigos, no sentimos nada el uno por el otro.
Porque después mal piensan y pues no.
Sé que voy a extrañar la comida mexicana hecha por Angela. Mi mamá le enseñó a hacerla antes de morir, le salía exquisita.
Es obvio, ella es de allá.
No faltaba Domingo por la tarde en donde ella no me hiciera mis tacos. Ahora la que se encarga de eso es Angela; Bueno, se encargaba.
Ya no más Tacos por un largo tiempo para mi. En cambio estoy segura que el inservible de Chase se va a comer todos los que me tocaban a mi.
Entre pensamientos no me di cuenta que ya habíamos llegado al Internado.
Era un gran edificio, y cuando digo gran me refiero a enorme.
El chofer muy cortés, me abre la puerta del auto para que pueda salir- Sintiéndome muy diva debo de admitir-.
-Señorita Mackenzie.-El Chofer saca la maleta y mi bolso de mano del maletero y me los entrega, para luego despedirse e irse.
-Bienvenida Mackenzie-Escucho la voz de mi Tío Jhon a mis espaldas.
Me doy la vuelta examinando al mismo hombre que vi unos años atrás. Pero a diferencia de los otros años, poy lleva traje.
Muy pocas veces nos hemos visto.
Lo veo como a Santa Claus.
Nunca.
-Hola Tío Jhon.-Lo saludo con la cabeza en alto.
Él junto a mi padre creen que pueden corregirme.
-Mack, tú padre me a hablado mucho de tu conducta.-Ay, ya vamos a empezar.-No me sorprendería si mañana encuentro las paredes del pasillo llenas de pintura-Soltó una carcajada.
Pero a mi no me dio ni una pizca de risa.
-Yo solo cobro venganza de los que se meten conmigo.-Aclaro totalmente seria.
-Lo sé.- Dijo incómodo. Al parecer lo intimido un poco- Mejor vamos a enseñarte todo el lugar.
Nos encaminamos a entrar, debo agregar que todos me miraban como un bicho raro.
Orangutanes de cuarta.
Jhon me fue mostrando cada parte del Pretty Land School, cafeteria, salones, campo de fútbol, auditorio, etc.
Este lugar es enorme.
El recorrido terminó en la que sería mi habitación.
Jhon me dio las llaves de ésta, mi horario y la combinación de mi casillero.
Por favor que no sea una chica mimada, por favor te lo pido Chuito, te lo imploro, te lo pido de rodill...
Mis oraciones son interrumpidas al entrar a la habitación y ver a una chica rubia de estatura media tirada en la cama.
Durmiendo cual oso.
¿La despierto o no la despierto?
-¡Levántate rubia!-La chica al escuchar mi grito se sobresalta y cae de la cama.
Ocasionando una sonora carcajada por mi parte.
-¿Acaso eres idiota?-Preguntó adormilada la chica.
-No me vuelvas a decir idiota.-Contesté amenazante.-Solo me parecía interesante despertar al oso rubio oxigenado durmiente.-Contraataque, alza una ceja y me inspecciona para luego sentarse en lo que supongo es su cama.
-Soy rubia natural -Se defendió, la fulminé con la mirada- Ah, tú eres la nueva. El director Miller me habló de ti; Bueno, me advirtió sobre ti.-Soltó una carcajada,
Pero yo aún seguía seria.
-Me llamo Annie, seré tu compañera de habitación.-Se presentó amablemente.
-Si, me di cuenta.-Respondí cortante- Yo soy Mack.-Me presenté.
-Veo que Jhon tenía razón.-Murmuró al darse cuenta de mi tono.
Yo me dispuse a examinar la habitación.
Me gusta.
Sobre todo los lindos espejos que se encontraban sobre las dos camas individuales.
-Es linda.-Digo.