-¿Por qué no me dejas partirle la cara?-Pregunté molesta, se cruzó de brazos.
-Ya hablamos de esto Mackenzie-Contestó irritado.
-Mackenzie, te conozco. Y sé cuales son tus formas de "solucionar" las cosas. Yo soy tu padre, y su problema es conmigo, no contigo. Yo voy a hablar con esa mujer y me voy a encargar de que contigo no se vuelvan a meter, ¿Entiendes?-Asentí.
-Pues, cuando yo sea mamá yo si voy a dejarles a mis hijos que les partan la cara a quien se metan con ellos-Dije pensativa.
Me miró extrañado.
-¿Tú piensas tener hijos?-Lo miré obvia.
-¡Pues claro que quiero papá! ¿Por qué crees que no?-Pregunté confundida.
-Es que nunca te he imaginado con hijos-Explicó.
-¿Oye por qué no te he visto en t...-Chase entró a la habitación y se detuvo cuando vio a mi padre. Lo miró sorprendido.
-Hola tío, ¿Qué haces aquí?-Se acercó a él y se dieron ese típico saludo de "hombres" que siempre hacen y nunca entendí el porqué.
Y si, Chase le dice tío a mi papá.
Mi papá siempre ha sido un padre para él, pero le da vergüenza decirle papá, así que le dice tío.
-¿Por qué crees tú que estoy aquí?-Rodé los ojos.
-¿Qué venías a decirme Chase?-Me apresure a preguntar, él clavó su mirada en mí para luego contestar.
-Annie y yo queríamos saber porqué no te habíamos visto en todo el día. Pero ya vi porqué-Explicó mirando a mi padre.
-Bueno, yo tengo cosas importantes que resolver. Me tengo que ir-Se despidió mi padre-Cuidense los dos, y Chase tú mamá pide que la llames.-Le informa.
Después de despedirnos mi padre sale por la puerta tan rápido como había entrado.
-¿De qué hablaron?-Se sentó en mi cama.
-De todo-Contesté imitando su acción.
-¿Le contaste sobre...-No hizo falta que terminara de hablar para saber a qué se refería.
-No-Aseguré-Ese tema ya es pasado.
-¿Segurisisisima?-Preguntó inseguro.
-De verdad, no te preocupes-Suspiré.
-Y no te vayas a disculpar de nuevo-Me apresure a decir cuando vi que abrió su boca.
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.
.
-¡Despierta!-Me gritó Annie en el oído causando que me sobresaltara.
-¿Pero qué te pasa? ¿Cómo me vas a despertar así?-Me quejé adormilada.
-¡Vamos 10 minutos retrasadas!-Gritó entrando al baño.
¿Dijo 10 minutos?
OH POR DIOS.
¡Estamos retrasadas!
Ni siquiera me preocupo en bañarme y corro rápidamente al armario y cojo lo primero que veo y me lo pongo.
Y luego salgo corriendo a la clase que me toca. Historia.
Corro por los pasillos cual animal salvaje a punto de atacar a su presa y cuando estoy apunto de llegar la vieja inmunda me cierra la puerta en la cara.
Bueno, en realidad no es una vieja. Tiene alrededor de 30 años y la verdad se mantiene muy bien. Todos los chicos se la quieren llevar a su cama, ella lo sabe y lo utiliza muy bien. Eso y muchas cosas más son las que me molestan de ella.
No merece mi respeto, y si yo le quiero llamar vieja aunque no lo sea, lo hago.
Toco la puerta del aula rápidamente y de forma desesperada y luego de unos segundos me abre.
-Oiga, ya se le está haciendo costumbre cerrarme la puerta en la cara-Musito enojada.
-Pues debería llegar más temprano-Sugiere mirándome con su mirada venenosa.
-¿Por qué tan amargada?-Pregunto aburrida-¿No le dieron duro anoche?-La profesora me mira con cara indignada.
-¿Vas a pasar o no?-Ruedo los ojos.
-Claro-Cuando paso al lado suyo choco nuestros hombros logrando que retroceda un poco.
-Niña malcriada-Oigo que murmura a mis espaldas.
Si hay algo que detesto es cuando no me dicen las cosas a la cara.
Eso lo odio.
-¿Qué me acaba de decir?-Preguntó volteando hacia ella.
-No repito dos veces-Contesta burlona. Me volteo de nuevo dirigiéndome al puesto que está al lado de Annie.
-Zorra-Murmuro mientras camino.
-¿Cómo me llamaste niña insolente?-Interroga furiosa. Y fue en ese momento en el que le dirigí la sonrisa más hipócrita que le podría dar a alguien.
-No repito dos veces.
Su mirada fue épica.
Todos mis compañeros no podía contener la risa. Me dirigí triunfante a mi asiento y a mi lado se encontraba Annie muerta de la risa.
Nuestras risas fueron interrumpidas por el sonido de la puerta y la profesora avergonzada fue a abrirla.
Una cabeza pelirroja se asoma por la puerta y mira apenada a la profesora.
¿Desde cuando comparto clases con esa bruja?
-Disculpe el retraso-Se disculpó.
-Ya todos sabíamos que eres retrasada, no necesitas disculparte-Bromeé y todos rieron. Ella me fulminó con la mirada y luego se sentó en unos de los primeros asiento.
Siento como vibra mi celular en mi bolsillo así que lo saco y leo el mensaje que me llegó. De Chase.
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Para: Mack
Tenemos que hablar. Ya sé quién es la novia de tu padre.
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¿Qué?
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.
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-Ya llegué-Me senté a su lado. Chase despega su mirada del césped que hay bajo nuestros pies y me mira.
-Mi madre me mando la foto de ella-Informó. Lo miro confundida.
-Pues enséñamela.
-Prométeme que no te vas a volver loca-Me pide. Ruedo los ojos.