Dos corazones y una estrella.

¿Soñará Catriel con estrellas iguales?

Barcelona, Mayo de 2025.

– GRACIAS GUACHOS; GRACIAS GUACHOS – Catriel grita al público al final del concierto

Juntos enloquecen de alegría a multitudes enteras sin distinción de edad ni condición

Acumulan conciertos y a Catriel la emoción al final lo desborda como esa primera vez…los ojos se le empañan, frunce los labios queriendo contener esa felicidad en estado líquido, se mantiene erguido con los brazos extendidos siento ovacionado… Paco lo guía hasta que quedan frente a frente. Abre los ojos enormes, gigantes, tuerce levemente la cabeza, esa mirada cómplice invita a Catriel a no derramarse…… sostienen la mirada … ambos sonríen… se abrazan… el beso es intenso y fugaz… el público estallado…

Catriel desbocado seguirá gritando su amor áspero a la multitud, hasta casi quedar sin voz…. meneandose con los brazos en alto se retira… los aplausos y los gritos lo siguen hasta los camerinos.

Hoy fue Barcelona, mañana el Movistar Arena de Madrid. Catriel aún no puede creerlo, no entiende nada. Pasaron de tocar en una sala de 1000 personas a tener un sold out en un estadio para 15.000 en la misma Madrid, todo en 6 meses. Más la gira mundial, más el nuevo disco. No habían terminado una gira cuando sin respiro, crearon otro disco y nació Papota, y una nueva gira… y la colección de ropa…. y la Fashion Week de París… Eso es solo una parte de todo lo que está pasando.

Catriel se duerme esa noche con una sonrisa amplia y el orgullo de ser lo que siempre quiso meciendolo como una canción de cuna.

Japón, Fuji Rock, Naeba Ski Resort, Septiembre de 2025.

Familias completas asistieron el concierto, encantados, disfrutaron de la perfecta armonía de ese show todo milimétrico pautado y a la vez desenfrenado, que brindaban Ca7riel y Paco Amoroso en cada concierto, grande o pequeño.

Venían de un lejano lugar. Fuerza bruta fraguada con años de práctica, de búsqueda, de experimentación, amistad, risa y trabajo. Catriel conmueve hasta los zombies que habitan nuestra devastada tierra. Paco enamora hasta el corazón más hostil y enloquece a los desprevenidos. Los japoneses también sucumbieron ante ellos.

La tarde después del concierto todo el equipo fue a los onsen (los baños termales comunitarios) de los predios del hotel. Se sumergieron con placer y regocijo en esas aguas suaves disfrutando de esta calma … un retiro espiritual acuático en medio de la gira…Paco agradecido por esas aguas suaves que eran un bálsamo para su cuerpo y su alma atormentada por los sueños.

Mientras tanto desde las alturas Morla y Casiopea que podían observarlo todo, tenían su vista fija en Cato.

Dicen que Catriel es un degenerado, un mutante. La deliciosa mezcla entre Orfeo y Hercules. Esa es la explicación que encontraron Morla y Casiopea para entender ese modo casual que tiene Catriel de brillar como el sol, esa sensibilidad bestial, esa sensualidad que desborda y alimenta. Esa misma que, ellas, debían encauzar, conservar y devolver al Olimpo, decían… Antes de que se deteriore, y que la fama mundana la desgaste, decía …

Lo querían poner en un gran gran frasco.

Qué fiasco

(el castillo de cristal)

el Olimpo

el más allá.

París, septiembre de 2025.

El encuentro de Catriel con Morla y Casiopea fue menos teatral que el de Paco, pero no por eso menos impactante. Aparecieron de modo inusual, al final del concierto de Lollapalooza París. Ellas eligieron surfear sus lágrimas de felicidad pura e instalarse en su lagrimal (en esa partecita donde se te acumulan las lagañas). Y allí se quedaron. Antes del usual beso al final del concierto, sintieron el poder de la mirada de Paco, y casi se caen, aunque nunca lo admitirán… y así con un desparpajo absoluto y sin nada de decoro disfrutaron ser parte de ese beso como propio. La adrenalina no le permitió a Cato darse cuenta de la invasión.

La fiesta del post show, tampoco las inmuto, la champaña derramada, los gritos y la alegría, la emoción ya no contenida, la tropa desatada. Mientras estas dos, sentaditas en el rabillo del ojo de Catriel conversaban. Tenían grandes planes para su nuevo titán favorito. Se regocijaban antes de tiempo.

Pasaron varias horas hasta que Cato se restregó los ojos. La adrenalina bajaba, y empezaba a sentir algo raro. Entró al baño y volvió a comprobar que en Europa no tenían bidet.

– En serio Loco, sos París y no tenes bidet.. Mucho primer mundo pero poco bidet –

grito al aire, riendo, borracho de felicidad y un poco de otras cosas.

El mármol frío del lujoso vanitory lo alejó un poco de esa euforia, tenía pocos momentos solo. Se acercó al espejo, se detuvo en sus ojos rojos de adrenalina, furia y éxtasis… y aca seguimos se dijo… Quiso cerrar los ojos vencido por el cansancio y la felicidad. Pero esta vez no se iba a quedar dormido en el baño, la cama mullida lo esperaba a pocos metros. Estaba a punto de abrir la puerta cuando escucho las voces difusas dentro de su cabeza.

– ¿Lo practicamos?

– shhhesh, que ya empezamos…

– Qué? avísame!

Las voces le retumban dentro, Catriel sacude la cabeza, estoy más ido de lo que creía, pensó sonriendo.

Instaladas cómodamente dentro de su cabeza, más precisamente cabalgando en su hipocampo (ese lugar justo en medio del cerebro), estas dos, le empiezan a contar una historia que percibe, nuestro Cato, como un recuerdo vivido y aterrador. Como algo que siempre supo y ahora recuerda.

[Los implantes de recuerdos, estaban siendo creados en ese mismo instante en otro sitio y lugar gracias a las notas que Morla y Casiopea estaban tomando y enviando en directo al mismo tiempo. Pero esa es otra historia que merece ser contada en otra ocasión.]




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