El miedo recorre mi cuerpo en estos momentos, pensamientos e imágenes de mi hermano recorren mi mente.
-No –Exclamo –Devuélveme a mi vida, a mi realidad, nada de esto me pertenece, realmente. Steven no está enamorado de mi, está enamorado de una chica que entró a su vida a la fuerza, de una chica que ni si quiera soy, este pelo, esta ropa, no es mía. Y no tendrás a mi hermano a cambio de una vida de mentiras, no tendrás a mi hermano aunque me ofrezcas todo el dinero y la fama que puedas dar.
La cara de Prada estaba roja, de rabia, supuse.
-No debí haber perdido mi tiempo con una chica inmadura como tú y sus sentimientos estúpidos. No podrás cambiar de opinión, eso sí –Se paro justo en medio de levanta como si estuviera a punto de lanzarse –Solo te digo que la única forma en la que puedas volver a tu dimensión es muriendo en esta, así que suerte con ello porque no te ayudaré y si en las próximas horas no lo has hecho tomaré como si aceptaste el trato –Giro su cuello, me sonrió y me pico el ojo, para luego convertirse en un zamuro, un portal se abrió en la ventana de distintivos tonos de rosa el zamuro cruzó el portal y este simplemente se cerró.
¿Cómo se supone que moriría en esta dimensión? Eso explica la razón de porque Prada estaba tan molesta cuando aventé al carro, su ritual lo habría perdido en ese momento, pero ¿Qué cambia ahora?
Unos golpes de puerta me descontrolan de mis pensamientos.
-Misa soy Steven, escuché unos ruidos bastante fuertes de tu habitación ¿Estás bien? a Jorge también lo han despertado… -Abro la puerta.
-Debo irme –Paso a su lado, tropezándolo
No me importa, no sé si debería estar escuchando consejos de Prada, no sé si lo que sea que habrá dicho sea cierto, pero no me voy a arriesgar Adam no estará en manos de bruja.
-¿Se puede saber a dónde Misa? –Me detiene en medio del pasillo, me acerco a él, a sus labios, le impacto un beso que espero no olvidar cuando regrese a mi dimensión. Sigo mi camino y marco el ascensor, por lo que vi en los folletos que estaban en la recepción del hotel, hay un balcón en el último piso.
-No puedo dejar que te montes en ese ascensor hasta que no me expliques que está pasando.
-Prada, vino a cobrarme la deuda –Su expresión parece más confundido aún, pero llega el ascensor sin embargo no me detiene, se monta conmigo.
-Me dijiste que ella no te había pedido nada aún.
-Hasta hoy, hasta que vi que lo que deseaba tanto se hizo realidad.
Silencio.
-¿Esto es por mi?
-Esto no es tu culpa y quiero que entiendas eso.
El ascensor se estaciona y me da paso a unas escaleras con cerámica naranja y adornos triangulares. Steven me toma de la mano.
-Si esto es por mi estoy seguro que lo podemos solucionar dime ¿qué te ha pedido? Y veremos que hacer pero no me digas que te ha pedido que hagas algo en ese balcón porque no voy a dejar que lo hagas.
-Me ha pedido a mi hermano, Steven –Siento como mi corazón empieza a palpitar más rápido –No voy a darle a mi hermano, mi hermano no tiene que pagar por una estupidez que cometí de venir aquí a un mundo donde claramente no pertenezco.
-Me dijiste que nunca le pediste nada… Ella solo te trajo aquí por su propia cuenta
-Pero yo fui a ese lugar en vez de quedarme trabajando, y tal vez así me hubieran dado el ascenso que tanto quería y tal vez así poco a poco en algún punto de mi vida ahorrar para al fin poder conocerte por mis propios meritos.
Avanzo hacia los muros del balcón. Steven me vuelve a detener.
-¿Exactamente que harás? ¿Te lanzaras por aquí y terminaras con todo? ¿Te ha pedido tu vida a cambio de la de tu hermano?
-Ella no puede hacer eso, nunca acepté un trato con ella.
-¿Entonces que harás exactamente en este balcón? Porque no me está gustando nada esto –Su cara de preocupación me hace pensar si de verdad lo que me dijo Prada es cierto o si solo lo está haciendo porque no quiere ver un suicidio.
-Si quiero volver a mi dimensión, tengo que morir en esta –Un silencio vuelve a invadir nuestra conversación –No me detengas –Pasó a un lado de él y paro justo en la punta del balcón.
-Antes de que lo hagas, dame algo para no olvidarte.
-Creo que lo mejor es que no te acuerdes de mí.
-No quiero olvidar una de las pocas veces que me sentí vivo –Me volteo –Déjame tomarte una foto.
-¿Estás seguro de esto?
-Completamente.
-Hazlo –No se me pasa por la cabeza como pasar lo único que tengo en la mente es a Adam así que solo me limito a una cara seria. Mi cara en verdad debe verse horrible, sin maquillaje y en bata, si hubiese estado en otra circunstancia no hubiera dejado que alguien me viera así y menos él.
Y sin más me volteo, miro hacia abajo inspeccionando la altura a la que voy a caer.
-Misa ¿estás segura de que no hay otra forma de hacerlo? Podemos intentar –Un ruido estridente nos golpea, dejándome conmocionada veo el gran orifico que ha salido desde la calle, ¿Todo esto es real? El orificio se hace cada vez más grande, lleno de distintos tonos de rosa como en los que, se había desaparecido Prada. De repente el orificio deja de crecer, pero es lo bastante grande como para abarcar gran parte de la calle casi llegando a la playa, me pregunto si lo demás puede verlo o solo lo puedo ver yo.
Me volteo por última vez, me sorprende aún más lo que veo. Un gran muro pero esta vez de distintos tonos de azul se ha levantado entre Steven y yo, Steven lo ve petrificado, rascándose los ojos como para asegurarse de que sea verdad, pone una mano en el muro se escucha un “plinc” como si una gota de agua se cayera de un sitio muy alejado cuando hay un gran silencio.
Mi curiosidad puede más conmigo y me acerco hacia el muro poniendo la mano donde la tiene Steven, unas ondas rosas empiezan a salir de mi mano por un instante. Susurro un “lo siento” en mis labios. Me vuelvo para el balcón es hora de hacerlo. Unos golpes en lo que parece ser el muro intentan llamar mi atención pero esta vez no me volteare se que si lo hago no saltaré nunca y eso es lo que Prada quiere.