Dos tristes aves y el poema del ahogado

El poema del ahogado

—Érase una vez una complicada y joven pareja. —comenzó e Zorzal con su narración —Levaban un aproximado de cinco años de relación, pero las cosas entre ambos no iban nada bien desde hace ya un par de semanas.

—Oh, no me digas que se avecina una triste y trágica historia de desamor porque no sé si podré con ella —interrumpió Alonsito preocupado.

—No, para nada es una historia de desamor, muy por el contrario, es una historia de amor y heridas que, como toda historia, posee un inicio y un final.

”Era una pareja joven, llena de vida y de experiencias; no solo positivas sino también de las más amargas. Después de cinco años de una bonita relación, las cosas se empezaban a poner oscuras para ambos. Una noche, mientras el joven dormía a eso de las once de la noche, un fuerte llanto oriundo de la cocina le despertó casi de golpe, era el llanto de su novia el que rebotaba por las paredes de toda la casa…

“—Ha muerto mi madre, me acaban de llamar del hospital… ha muerto —decía la novia con voz entrecortada y su mano derecha en el pecho, como agarrando con fuerza su corazón que por dentro se rompía en pedazos.

“—Oh, mi vida, cuánto lo siento —dijo el novio acercándose lentamente para abrazarla y permanecer con ella en la aflicción.

“El novio, en aquel momento de gran abatimiento, recordó cuando, hace ton solo unos meses atrás, una fuerte noticia le había llegado por teléfono cuando su hermano, tan solo tres años menor que él, murió en un accidente automovilístico a manos de un irresponsable y ebrio conductor tras una noche de diversión.

“Por aquel entonces, la pareja no estaba en su mejor momento, ni mucho menos. Por el contrario, cuando ocurrió lo del hermano del novio, ambos estaban distanciados tras una fuerte discusión que tuvieron en la que ambos creían que el otro le era infiel. Se distanciaron por varios días, apenas y se hablaban, pasaban gran parte del tiempo en la calle con otras personas y no intentaban arreglar las cosas como una pareja madura, tan solo hacía falta conversar.

“El novio dejó de abrazar a la novia y, con voz seca y casi indiferente, le dijo:

“—Lo siento mucho —retirándose con rapidez y volviendo a la cama.

«Dios, cómo lo necesito ahora, lo necesito más que nunca» —decía la novia para sus adentros.

“La novia no comprendía por qué ese repentido abandono de su novio, quien prefirió volver a la cama, aún después de semejante noticia y de saber cuán devastada debía estar ella. A pesar de que él se encontraba a pocos metros de ella y que bastaba con ir a la cama para estar a su lado, ella sintió que él la había abandonado por completo.

“Permanecieron así un tiempo y, en un punto de inflexión, supieron que las cosas no podían seguir así. Tomaron iniciativa y con toda la voluntad que pudieron, decidieron pagar una terapia de pareja con una psicóloga particular. Tras carias sesiones en terapia, la psicóloga había dejado muy en claro que, por sobre todas las cosas, debía existir, principalmente, la voluntad misma por parte de ambos de querer arreglar las cosas y poder estar como antes. Por alguna razón, ambos estuvieron de acuerdo, parecería que no, pero ellos, en efecto, querían solucionar sus problemas y amarse como lo hacían antes.

“Entre tantas cosas, la terapeuta les recomendó recordar aquellas cosas que habían dicho, aquellas cosas que habían hecho y de qué forma se habían enamorado cuando su relación estaba empezando. Ambos recordaban con mucha fuerza el gusto que tenían por el agua; el mar, los ríos, ir de pesca en un lago o, incluso, nadar en piscinas. Aquello era una de las tantas cosas en común que tenían y algunas de las cosas que más lo había unido en sus primeros tiempos de romance.

“Sin pensarlo más, empacaron un par de cosas: comida, algo de ropa y poco más, y emprendieron en auto un viaje de fin de semana hacia un lago al que habían ido cuando eran aún más jóvenes.

—Ah, que belleza. Y allí recordaron los momentos que pasaron de jóvenes, y allí sintieron la sombra de pasado y fogoso amor que se sintieron y dieron inicio en la misión de recuperar aquella intensidad —Interrumpió Alonsito, que ya se hallaba más tranquilo y veían hacia el cielo con gran esperanza y emoción por como iba a concluir la historia.

—Digamos que estás cerca de saber como acabará todo, pero a la vez no tanto —contestó Zorzal con la intención de seguirle la corriente para que este no se decepcionara y se negara a escuchar el resto de la historia.

“Al llegar al lago, se quitaron la mayoría de sus ropas, quedando lo suficientemente cómodos como para meterse a nadar. El lugar estaba medio vacío, había una que otra persona muy a lo lejos de donde se habían instalado ellos, pero el día era bello y soleado. La novia se puso de pie en una roca y se quedó mirando al lago un momento. Él novio, desde una pequeña roca que había más atrás, miraba a su novia por la espalda y recordaba los momentos que vivieron cuando su relación aún era joven, cuando su hermano y la madre de su novia seguían con vida, mucho antes de que partieran de este mundo y dejaran en ambos un inmenso vacío.



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En el texto hay: fantasia, cuento, moraleja

Editado: 31.12.2019

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