Dr. Dron Cronicas de un Atentado

Capítulo 7. Capturado:

El día que me capturaron, lo tenía todo en contra, era una marioneta a la que habían capturado, y con todas las pruebas que tenían en mi contra, recordé de lo que habíamos ensayado durante el entrenamiento, Nuestra imagen pública se derrumbaba, y aún no salía lo peor, en las pantallas de televisión y a través de Cadena Nacional, el presidente de la república de Venezuela Nicolás Maduro Moros, anunciaba sobre la frustración de la operación, colocándola como un intento de magnicidio, siendo definido esto por el asesinato de una persona importante en la política por su cargo de poder, mientras toda Venezuela seguía con estupor las pantallas de televisión, en una oficina ubicada en el Servicio Bolivariano de Inteligencia en el municipio Libertador de la ciudad de Caracas, los funcionarios actuantes en la captura, estaban preparando el escenario, esta sería la única vez en que fui a la cárcel, y todo provocado por una traición, me dejé capturar, y me endosaron delitos de terrorismo, magnicidio, entre otros, pero que me importaba a mi la cárcel, si estaba corriendo peligro mi vida, por que era allí en donde pude entender, y darme cuenta de que, jugando a un doble juego, habíamos sido traicionados, tratando de dilucidar en el preciso momento en que por primera vez lo reconocía, esto es algo que te hecha en cara la derrota, de que hay algo en tu vida que no esta bien, pero es allí en la derrota, es donde se define un hombre, algunos se comportan como pusilánimes, otros tragan grueso y se dejan oprimir por la situación, algunos se revelan, pero lo hacen sin dignidad, y algunos no pueden evitar destrozarlo todo, no importándoles traicionar a quien se les atraviese, con la intención de poder tener otra vida, pero me lo juro a mi mismo, que aunque me quede poco tiempo, voy a exprimir cada segundo para vengarme de quienes nos han traicionado, lo are hasta la última gota. 

 

     El día en que comenzó a caer el grupo, todos nos acordamos de la última noche en la finca Atlanta, en Chinácota, ese día cuatro de agosto, a pesar que no se había extinguido el día, y aún yo no lo sabía, no supe de que parte del equipo, específicamente, el equipo Bravo, habían sido capturados por los servicios de inteligencia del estado, pero aún así, no habíamos bajado la guardia, yo necesitaba pensar de como resistir a lo que me venía, pero el desaliento me estaba abofeteando por haber sido capturado, y ceñido de la desconfianza por haber sido traicionado, así que era difícil estar alerta, y confiar en nuestros propios compañeros, por que los funcionarios jugaban al juego, del que lo que declaró tu compañero, cuando el verdadero peligro estaba afuera, exactamente en el estado de la Florida, en Estados Unidos, y aunque tengamos la soga al cuello, y aunque nos apunten con mil armas, nos queda una sola esperanza, esa esperanza se nutre de una sola fuerza, y esa fuerza era la sola fe, una fe, de que si todo lo demás fallaba, nos quedaba un solo haz bajo la manga, por muy mal que se pongan las cosas, aunque nós tengan doblegados, aunque parezca que no hay esperanzas, que estamos casi muertos, seguíamos creyendo, por que sabemos que nos quedaba ese haz.

 

         Morfeo continúa escondido en la ciudad de Caracas, sin tener a donde ir, se dirige al hotel Altamira Village, desde allí observa lo que trasmiten las noticias, en ese instante le llega un mensaje al móvil de un número desconocido, el cual le indican que debe de salir del país por que su vida corre riesgos, Morfeo se alerta, y solo le queda  comunicarse con Halcón, ninguno del grupo la conocíamos en persona, este era  integrante de otra célula, la cual había sido designada por Alfa uno, como una especie de operador cambiario, fue integrada y activada el día en que llegué a Venezuela para prestarme el apoyo necesario, como operador cambiario, por que en Venezuela  no existen casas de cambio como en cualquier parte del mundo, motivado al   control cambiario que ejerce el gobierno  nacional sobre las divisas extranjeras, su utilidad dentro de la operación, era  servir en gestionar las transferencias que yo le hacía desde una cuenta internacional, y agilizar los pagos, transferencias a cuentas que se le designaban, así como  localizar efectivo en divisas, en muchas oportunidades había establecido comunicación a través de wasap con los integrantes del grupo, ya que se le designaban ciertas transferencias para los pagos y gastos de viáticos del personal,  ya a su vez,  Halcón distribuía esos viáticos a través de transferencias a los integrantes del grupo, pudiendo notificar vía wasap, la realización de la transacciones,  halcón previendo de que se encuentre  intervenida la comunicación con Morfeo, utiliza un corta fuegos que se encuentra en Madrid España, remite la información para que le sea suministrada a Morfeo, tratando de que este se ponga en movimiento a área segura, indicando que   le enviará un vehículo para recogerlo, y trasladarlo a una casa de seguridad, esta casa pertenece a  una mujer que está vinculada con el coronel Garzón Payares, quien es una de las cabezas directa de este golpe, y que a su vez,  estaba siendo apoyado por Estados Unidos, la lógica era que Morfeo no puede quedarse en el hotel; a lo cual fue recogido y trasladado a la casa de seguridad, una vez  estando ya en la misma, pudo descansar lo que quedaba del día cuatro de agosto.

         Solo habían pasado cuatro horas  y ya me encontraba en el tercer piso de la cede del Servicio  Bolivariano de Inteligencia, como cuando castigan a un crio,  con vista hacia la pared, pero a diferencia que me tenían esposado con mis manos atrás y  arrodillado,  en una oficina, dos  funcionarios me toman por mis antebrazos haciéndome poner de pie, mis piernas casi flaqueán, por que tenía ya dos horas en esa posición, me trasladan a otra oficina, esta se encuentra más iluminada que la otra, pero a diferencia solo hay dos escritorios de esos antiguos, que son metálicos, uno esta en el centro del salón, con dos viejas sillas, expuestas una en frente de la otra en lados opuestos del escritorio, el otro escritorio está pegado a la pared, sobre este, hay un laptop encendida la cual es operada por un funcionario que se encuentra sentado justo frente a este escritorio, los funcionarios que me trasladan hacen que me siente en una de las silla del escritorio que está en el medio, un funcionario se acerca y se sienta en la otra silla, presumo que este es de mayor jerarquía que los demás, por que con una simple mirada que les dirigió  a los funcionarios que se encuentran de pie a mi lado, hizo que estos se marcharan y salieran de la oficina, solo nos quedamos los tres, aquel funcionario que está frente al ordenador, este funcionario y mi persona, el se queda observándome en silencio, como blandiendo a que hable,  y tras no lograrlo en espacio de diez minutos,  rompe el silencio y me aborda, — soy el inspector Jefe José Castillo, me encuentro a cargo de la investigación, en este momento usted se encuentra detenido en el Servicio Bolivariano de Inteligencia, SEBIM, iniciaremos el interrogatorio sobre el ciudadano en cuestión, capturado en el peaje de Guacara en el estado Carabobo, ¿Cuál es su nombre?,— yo me mantengo en silencio, pues el mal genio se había apoderado de mi, insistentemente vuelve a preguntarme,—¿Cuál es su nombre?, — estúpidamente continuaba en silencio observándole, como retando a que las cosas cambien, —¡mira no se que pretendes guardando silencio!, ya estás capturado y es mejor que colabores, por que con guardar silencio, solo empeorarás las cosas, nosotros ya sabemos como te llamas, de donde vienes, sabemos que eres español, tenemos todos tus documentos, solo responde con tus propias palabras, para poder registrarlo en el acta de interrogatorio, así que dime, ¿cuál es tu nombre?,— comencé a recordar a aquellas clases en Chinacota, donde Boms nos indicaba, que podían interrogarnos con lo que se definían como técnicas mejoradas de interrogatorios, o lo que coloquialmente le llamaban como torturas,  esto tendría que tratar de no permitírmelo, a su vez recordé cuando Boms  indicó en otra de sus clases, que nuestra mejor arma era contar la verdad, pues esto aseguraría nuestra supervivencia y de tratar de mantener los márgenes de esa verdad, para no salpicar al que huía, permitiendo su escape, el someterme a torturas, bajo un interrogatorio  solo me llevaría a una sola cosa, y es que al igual me podrán sacar la información que estos busquen,  por eso sería mejor seguir lo indicado por Boms, y utilizar parte de la verdad, pero solo informando lo necesario, total ya estaba capturado, solo no debía de mencionar a nadie del equipo, con la fe de que solo se a yo el capturado, no permitiéndome ser aquel eslabón débil del grupo, para que estos puedan escapar, me giré a observar al otro funcionario, este escribía en el ordenador, volví observar al inspector que me interroga, y asiendo una exhalación inherente respondo, — esta bien, usted tiene razón, voy a colaborar, pero quisiera pedirle que por favor me suelte las esposas, pues no siento mis manos, ya tengo cuatro horas esposado, y las tengo engarrotadas,— el funcionario se puso de pie, saco de su bolsillo un manojo de llave, y extendiendo una pequeña llave de aquel manojo, me inclinó hacia adelante, y me comenzó a retirar las esposas, al soltarlas las colocó sobre el escritorio, esa sensación de tener mis manos sueltas, no temían ninguna comparación, me froté mis muñecas con ambas manos, el funcionario volvió a tomar asiento frente a mi, y con un tono de voz apacible volvió a preguntarme, —bien ya te retiré la esposas, ahora dime, ¿Cuál es tu nombre, cual es tu nacionalidad y de dónde vienes?,— comencé a responder, — mi nombre es Joseph Armando Falconet, tengo treinta y nueve años, soy nacido en Vic en la provincia de Cataluña, España, — el funcionario frente al ordenador, escribía cada palabra que yo respondía, mientras que mi interrogador sentado frente a mi, reclinado hacia adelante, posa ambas manos sobre el escritorio, y al momento en que dejan de sonar las teclas del ordenador, me aborda con otra pregunta, —dime exactamente, ¿de donde venías y que hacías con el arma, y el explosivo plástico que te fue incautado en el vehículo donde te transportabas?, —comencé a contar parte de  la verdad, explicando de  donde venía, y lo que hacía con esos objetos, sin mencionar a nadie de mi equipo, buscando que esto extendiera el tiempo necesario para poder pensar como lograr salir de acá,  el interrogatorio se extendió por varias horas, entre preguntas y respuestas que fueron transcritas, el clímax del interrogatorio fue cediendo, a tal punto que surgieron preguntas idealistas por parte de mi interrogador, —¿Que esperabas?, ya no hay marcha atrás, te quedaste sin salida, — le respondí enfáticamente, casi de forma desafiante, —siempre hay una salida,— baje mi mirada a un punto al escritorio, y el me respondió, — pues ahora es tarde, con todo lo que me has contado, y ocultando lo que no me quieres contar, el Servicio Nacional de Inteligencia, a encontrado pruebas en tu contra, y realmente lo que no consigan contra ti, lo fabricarán, y si no nos entregas esos fondos, que sabemos que tienes, lo primero que van a admitir tu grupo, es que los traicionaste a ellos, entregándonos  esos fondos, será tu salida de acá, ¿de verdad crees que no van a poder incluir una serie de pruebas falsas?, el SEBIM no tiene piedad, y  usted muy  bien lo sabe, así que dígame, ¿dónde están esos recursos?— esta pregunta me a dejado congelado, esto cambia las cosas para mi, me quede pensativo guardando silencio, si entrego la información, todo estaría perdido, tanto para mi, como para el resto del grupo, por que si se dan con esos recursos, todo quedará en vano, quedaría igualmente preso, por que se que es falso que me liberarán, si  entrego esos fondos, a demás seriá mejor un preso con un dinero que me espere al salir de prisión, a un preso en el extranjero sin nada a cambio, me quede pensativo, una cosa si tenía razón aquel inspector, y es que, por cualquier medio intentarán darse con el dinero, debo resistir, solo pude responderle una sola cosa, — ¡eso ya no importa!, si inventan pruebas o no, púes al igual ya me tienen aquí, en cuanto a ese dinero que usted dice, ¿no se de que habla?,— le respondo observando sus ojos, intentando marcar un punto en el que el pueda observar que digo la verdad, sin embargo, el insiste en hacer de un interrogatorio cortés, — y ahora, ¿que piensas de todo lo que a pasado?,  ¿a caso piensas que esto habría sido una gran medida?, tratar de matar al presidente de la república, ¿acaso piensas que tomando esa acción estabas en el bando correcto?, — tome una bocanada de aire e intenté acomodarme en la silla donde estoy sentado, me  recliné  hacia delante tratando de acercarme, y le respondo, —¿usted cree que hay bandos correctos?,— el inspector guardo silencio, y solo con una exclamación, me respondió,  —solo creo que en el mundo esta lleno de hijos de puta, los políticos son unos hijos de puta, los militares son unos hijos de la gran puta, pero los terrorista como ustedes, son los peores hijos de puta, así que no me diga que no hay bandos correctos, por que si hay bandos correctos,—  observándolo fijamente le respondo, —paradójico, ¿no cree, que haga falta la violencia para mantener la paz?,—  el inspector sonrió, y haciendo un gesto de negación continuó respondiendo, —y ahora me va a ser creer, que usted está aquí para luchar por un mundo mejor,—  siguiendo a su sarcasmo sonreí respondiéndole, —yo estoy en este país por dos cosas, por salir de un atolladero, y por una idea,  usted ama a su grupo comando, ama a su país, pero sin embargo nos hicieron un favor, lo se, o tal vez nos condenamos a algo peor, pero lo importante es que estamos vivos, y aunque usted no lo crea, no existen bandos correctos en el infierno inspector, — el inspector  no pudo entender, ¿cual era ese favor al que me refería?, y se quedo observándome fijamente como aclarando su interrogante, enseguida entraron dos funcionarios los cuales  me pusieron de pie, y observando al inspector,  al unísono me quede observándole, pero se marcó una gran duda en su cabeza, uno de los funcionarios que entró, me colocó las esposas, el otro me tomó por la nuca, y con la otra mano, por las esposas que ataban  a la espalda, me inclinó hacia adelante bajando parcialmente  mi cuerpo,  e hizo que caminara mientras esté me conducía, en mi mente se marca un pensamiento, y es que dicen que cuando estás en la peor circunstancia, tu espíritu intenta escapar del peligro que siente,   y que a veces, por unos segundos, esto puede hacerte sentir a las personas que amas, como si las tuvieras a tu lado, y yo comenzaba a sentir a mis hijos, quizás esto sea la ausencia, y a pesar que caminaba a aquel oscuro agujero, quería gritar y decirles que estaba allí con ellos, que no me había ido del todo, que estaba junto a ellos, y por más que intenté ser duro y contenerme, mis lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas.




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