Capitulo 2: La torre de Karin

Luego de su conversación con Mr. Popo, Trunks se encontraba en el borde del templo, recordaba como en la otra línea del tiempo los guardianes de ese lugar miraban a la tierra para percatarse de las cosas, nunca lo había intentado, pero ahora era una buena oportunidad. Por un instante permaneció mirando a la nada, gracias a su entrenamiento podía leer el Ki de los seres cercanos con facilidad y poco más, entonces una ola de sensaciones lo invadieron haciendo que pudiese ver con claridad la superficie, como si estuviese a unos pocos metros de altura. La sensación era sorprendente y ahora entendía como el dios del templo podía observar todo el mundo, aunque quizás dentro de su rango tuviese una habilidad mayor a la que él acababa de sentir.

El templo tenía un montón de secretos y antes de regresar a la habitación del tiempo, primero necesitaba aumentar sus conocimientos como guerrero, el primer paso era aprender del maestro Karin para luego aprender de Mr. Popo, una vez lograra superar esos entrenamientos intentaría llegar hasta el otro mundo y conocer a los Kaios. Según había escuchado de Gokú, eran cuatro, aunque él solo había conocido al Kaio del norte, razón por la cual no sabía cómo o quienes serían los tres Kaios restantes. Si su plan no fallaba luego de que los entrenamientos con el guardián del templo continuaran entonces podría pedirle el paso al otro mundo.

Trunks se dejó caer de espaldas, el gigantesco templo suspendido en el aire, según palabras de Mr. Popo, se encontraba la mayor parte del tiempo sobre la torre del Maestro Karin, solo solía moverse bajo situaciones de riesgo, y para esto el báculo sagrado de Gokú se recogía, pero en este momento el báculo se encontraba anclado a la base, lo que significaba que estaban sobre la torre de Karin. En sus palabras era medio más rápido para viajar en la tierra, por lo que si no tenía en cuenta ese detalle podría estar cayendo al otro lado del mundo. La sensación del viento en su cabello era realmente fresca, sus brazos y piernas se movían tenuemente para mantener el equilibrio, podía volar sí, pero en ese instante prefería dejarse caer y descansar en la cama del viento.

El templo tenía una forma cóncava, era bastante grande, tanto que a Trunks en caída libre le tomó varios segundos recorrerla completamente. Seguía cayendo durante más tiempo del que había calculado, al parecer la distancia de la torre al templo era considerable, más de lo que pudo estimar en su vuelo de llegada. Después de unos instantes logró divisar la cima de la torre, desde la cúpula podía observar el báculo sagrado del que su madre tanto le había hablado, cientos de historias de la juventud de Bulma y Gokú le habían alejado el terror de los androides en su infancia y ahora, por fin ese mítico objeto estaba a su vista.

Antes del impacto Trunks giró sus caderas haciendo que sus piernas cambiaran de lugar con su cabeza en una sucesión de giros rápidos y coloco sus pies ligeramente sobre el techo de la torre, pudo ver de cerca el báculo de Gokú, caminó alrededor de él alejándose lentamente hasta llegar al borde de la cúpula, luego se dejó caer y apoyó su brazo en la baranda, con un ligero empujón estaba en el lugar.

La torre era más amplia de lo que cabría esperar desde su vista superior, perfectamente era una casa de buen tamaño y cerca de su centro podía apreciar una escalera a lo que parecía un nivel inferior. Toda la estructura parecía bastante resistente y muy como con el templo estaba bastante limpia, Trunks guardó silencio en estado de alerta buscando cualquier amenaza, pero solo sintió el rítmico golpeteo de un bastón de madera. Ante sus ojos y subiendo las escaleras un regordete gato con un pelaje tan blanco como la nieve se acercaba a él, tenía la altura de un niño pequeño y una expresión bastante tierna.

—¿Es usted el maestro Karin?

—Soy el maestro Karin, pude sentir tu enorme Ki hace algún tiempo mientras llegabas y tus recientes batallas, eres bastante fuerte muchacho.

—Perdone mis modales, mi nombre es Trunks, soy hijo de Bulma y el Saiyajin Vegeta, desconozco si los llegó a conocer, pero vengo en busca de su ayuda.

—Claro que sé quiénes son ellos, tu padre mató a muchas personas y luego fue nuestro aliado dando su vida intentando defender a la humanidad directa o indirectamente, a tu madre la conozco personalmente, es una mujer fuerte y agradable, me agrada ver que se encuentra bien y fuerte —A Trunks le pareció extraño el comentario, pero decidió seguir la conversación.

—Si maestro, ella goza de buena salud y trabaja mucho para mejorar la calidad de vida de todos.

—Excelente, entonces joven: ¿Qué puede hacer el maestro Karin por ti?

—Maestro, necesito entrenamiento —Trunks inclinó su cabeza esperando la respuesta del viejo gato.

—¡Hum! Durante más de 800 años he vivido en esta torre y he enseñado artistas marciales de varias épocas, pero solo recientemente he entrenado a guerreros con poderes que superan a los míos. El gato meditó por unos instantes. Tu poder de batalla es muy alto, tanto que has hecho temblar a la tierra en tu pelea con las creaturas asesinas y, sin embargo me buscas a mí.

—Sí maestro, necesito aprender tanto como pueda de usted.

-Muéstrame tu poder, hazlo fuera de la torre, no quiero que destruyas el lugar.

Trunks sin mediar palabra saltó la baranda de la torre y se alejó a una distancia prudente, cuando estuvo a la distancia que consideró indicada apretó sus músculos y tensó su cuerpo completo, dejó escapar un fuerte quejido y comenzó a expulsar su poder, su cabello se tornó rubio y se levantó en forma erizada, ahora era un súper Saiyajin. El cielo se quejaba mientras las enormes ondas de Ki y viento se disparaban en todas las direcciones, Trunks comenzó a aumentar el tamaño de su cuerpo y sus poderes incluso lograron hacer que el día se oscureciera un poco, seguía expulsando energía hasta que notó como el viejo gato lo llamaba con un gesto de su bastón, Trunks regresó a la torre mientras lo observaba meditar por unos instantes.