Capítulo 32:
La Calma antes de la Tormenta
30 minutos después regresaba de las duchas, una limpieza a fondo había sido algo que realmente necesitaba para aliviar todo lo que me apestaba. Por primera vez en un tiempo las miradas de aquellos a mi alrededor no eran de miedo o asco, si no de asombro. mi hazaña se había esparcido con rapidez en el clan:
¡La hija del líder ha derrotado a una Matriarca!
parecía ser que, aunque el ritual era secreto, el hecho de haber luchado contra dragones no lo era. ahora entendía porque nunca había notado de que se trataba todo; siempre había pensado que los rangers mataban al dragón luego de haber conseguido sus poderes, todos debían estar pensando lo mismo. debido a eso había pasado de ser un lastre para ellos a ser una heroína digna de ser la próxima líder.
es extraño como todos siempre cambian de opinión con cualquier excusa.
decidí ignorar a los habitantes del refugio este y me dirigí derecho a mi tienda, debía cambiarme para participar en la ceremonia. lo cierto era que aún no debería haber empezado, lo haría al caer la noche; más ya faltaban solo unas pocas horas para eso.
al llegar noté que alguien más había estado alli. otra persona se había adentrado en las paredes de mi habitación, debería de haberme preocupado, pero estaba demasiado cansada para eso. por suerte no había nadie cuando yo entre en ella, solo una caja blanca con un lazo dorado encima de mi cama. Una carta estaba junto a ella y la tome para leerla.
" a tu madre le hubiese hecho ilusión que lo usaras para otra cosa"
eran las únicas letras que había, no tenía remitente, pero no hacía falta sabía que pertenecía a mi padre.
una parte de mi se puso ansiosa por saber que habría dentro de la caja. Me deshice de la postal rápidamente y me apresure a abrirla; me preguntaba que sería aquello que mi madre me habría dejado.
el lazo dorado cedió sin problemas, luego levante la tapa de la caja con delicadeza y un hermoso vestido
de dos piezas salió a la luz. no podía creer que mi madre me hubiese dejado un vestido, sonreí ante la idea de que quizás ella hubiese imaginado que yo sería más femenina.
con cuidado tome la tela en mis manos y la deje reposar sobre la cama para ver el diseño.
era de color negro y rojo. la parte superior tenía las mangas largas y de encaje, uno podía divisar hermosas rosas tejidas finamente entre los detalles. la base que cubriría el torso también era de encaje, pero poseía una tela negra debajo que impedía a cualquiera ver lo que no debían. también note que esa parte solo cubriría un poco más de piel por debajo de mis senos, mi piel seria visible en esa área por debajo y poco más arriba del ombligo que era donde empezaría la parte de abajo. La segunda pieza tenía varias capas. note que era corto delante, probablemente me quedaría sobre las rodillas y poseía una cola larga detrás que no llegaría jamás a tocar el suelo. era de un color rojo profundo, en la capa inferior de tela y a medida que las capas se ponían unas sobre otras estas se iban volviendo trasparentes, creo que escuche una vez que esa tela era llamada Tul. alguien me comento que una especie de bailarinas que poseían los incentros la usaban en sus trajes, Ballet era como se llamaba ese baile.
el vestido era hermoso y sin precedentes, no podía imaginar de donde lo habría sacado mi madre cuando estaba viva, ni donde mi padre lo habría guardado para que estuviese tan bien conservado hasta este momento.
mire dentro de la caja y note que había un par de accesorios más. unos zapatos de tacón de color negro y una gargantita negra con un dije de una media luna...
ella me había dejado el conjunto completo.
para que habría querido mi madre que yo usase esa vestimenta? ¿cómo habría sabido ella que esto me gustaría?
era mi madre…solo eso.
- gracias mama...- le susurre una plegaria en su nombre esperando que la escuchase desde los cielos.
sonreí alegre ante mi regalo y me puse manos a la obra para lograr entrar en él.
solo un par de minutos después estaba listo. mi pelo caía suelto a mi alrededor en sus habituales semi-Dios llegando al centro de mi espalda y enmarcando mi cuerpo en aquel vestido. los tacones me hacían claramente más alta, jamás había usado esas cosas, eran realmente incomodas y había practicado caminando en mi tienda de un lado para otro esperando no caerme en la ceremonia, no creo que nunca más aparte de este momento volviese a ponerme unos zapatos como esos, sin embargo, tenía que admitir que me había más esbelta.
estaba complacida con lo que veía en el espejo y quizás lo que más me hacía admirarlo, era el hecho de saber que quizás esta fuese la última vez que me vería así.
- Allison he venido a reco....
mi hermano se adentró en la cabaña sin llamar a la puerta y se quedó de piedra mirándome. El asombro lo había golpeado más allá de lo creíble.
El venía vestida con un pantalón negro que nunca le había visto y acompañado de una camisa blanca y una chaqueta negra. Sus típicas botas estaban más limpias que de costumbre y por primera vez en mucho tiempo llevaba su larga melena recogida en una coleta, dejando solo un par de mechones sueltos a lo largo de su cara.
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Editado: 15.01.2021