Samanta
30 de agosto - 2040
Perdida, así me sentía...
Una sensación de perdida me invadía en estos momentos, por ello me aferraba con mayor intensidad a querer alcanzar ese pequeño pétalo... Aquel que podía parecer insignificante pero que era como una guía para mi...
Entonces, antes de despertar una melodía particular que nunca había escuchado se hizo presente, pero mis ojos se abrieron, trayéndome a mi realidad...
Como cada 30 de agosto...
Un sueño así se hacía presente ante mi, en esta fecha, cada año... Pero la diferencia esta vez se encontraba en esa melodía... Sobre todo porque se había quedado grabada en mi mente...
Decidí mirar la hora para darme una idea de la realidad, eran apenas las 7:28 a.m., tenía tiempo aún, pero en dos minutos mi nana, estaría aquí para despertarme como cada mañana.
Cuando apenas mis ojos volvían a cerrarse, la puerta se abrió.
- Buenos días mi niña - dijo de manera cálida, Teresa, mi nana.
- Buenos días - respondí
- Lista para el viaje?
- Con algo de nervios, pero lista - conteste con una pequeña sonrisa
Sin decir nada dejo sobre mis piernas mi desayuno, para a continuación retirar las cortinas que ensombrecían mi cuarto.
Sabía el motivo de su silencio, a partir de mañana ya no estaría con mi familia, esta noche viajaría para hacer una pasantía por mi último año de carrera, luego de eso me graduaría como arquitecta paisajista...
- ¿Tienes idea de lo que te voy a extrañar? - comentó, tomando asiento frente a mi a la vez que acariciaba mis manos, dejé de lado la bandeja que anteriormente había puesto en mis piernas para buscar su mirada y al encontrarla, me bastó saber que no era fácil para ella, en parte la entendía, nos había criado desde que tengo uso de razón a mis hermanos y a mi, la consideraba una madre más.
- Yo igual los echaré a todos de menos, pero algo dentro de mi me dice que he tomado la decisión correcta... - dije para tratar de darle algo de consuelo, a diferencia de mi madre, se que ella si apoyaba mi decisión de irme a Haling Cove, aunque eso no restaba su tristeza.
- Lo sé, mi niña - dijo para luego acariciar mi mejilla... Sin duda alguna yo también la extrañaría muchísimo - Ahora desayuna y baja... - comentó poniéndose de pie para irse pero antes de que pueda salir de la habitación, hable.
- Prefiero desayunar abajo hoy, quiero pasar todo lo que queda del día con mi familia...
Su sonrisa fue de melancolía al caer en cuenta que este sería mi último desayuno aquí en unos largos meses, así que luego de ponerme mis pantuflas y tomar la bandeja de desayuno, me acerque a Teresa y juntas bajamos a ver a mi familia... Para nuestro desayuno juntos... El último durante un tiempo...
Al bajar, visualice en la mesa a mis padres y hermanos, Alice y Miguel, mis padres, personas que puedo definir como buenos padres que tienen sus fallos como todos pero a los que también les agradezco bastante, por otro lado estaban mis hermanos mayores, Ámbar, la mayor de los tres, alguien en quien podía confiar, mi consejera y confidente sin duda alguna, luego venia Arturo, el hermano del medio, como cualquier hermano, molestoso con sus bromas pero sabía que podía contar con él en cualquier situación, adoraba a mi familia... Ellos lo eran todo para mi.
- Buenos días hija - mi padre fue el primero en hablar al verme, decidí acercarme a él para saludarlo con un beso en la frente, acción que repetí con mi madre para finalmente sentarme en mi sitio habitual, al lado de mi hermana, mientras que mi nana se sentó con mi hermano, dejando a mis padres en las cabeceras.
- Emocionada por conocer Haling Cove? - me pregunto Ámbar con entusiasmo.
- Más bien por volver - corrigió mi madre, se le notaba seria y sabía que probablemente estaría así hasta que hablara con ella.
- Si, lo estoy - decidí ignorar por un rato más el humor de mi madre, luego ya lidiaría con el - Aunque lo que más me emociona es empezar a hacer mis practicas.
- Te quedaras con Elena y Alisson no? - pregunto mi padre, pues si bien al inicio uno de sus miedos había sido que viva sola, ese desapareció luego de que mis mejores amigas dieran la idea de mudarme con ellas, ambas vivían en Haling Cove por sus familias, pero hace casi un año tenían su propio departamento, del cual tenían una habitación libre que sería donde me quedaría.
- Si papá, me quedaré con ellas, incluso aparte de vivir juntas, sabes que laboraremos en equipo - esa era otra de las cosas que me emocionaba, vivir esta experiencia con mis mejores amigas, Elena, Alisson y yo nos conocíamos desde pequeñas, pues en mi niñez solo una vez estuve en Haling Cove, más exactamente el centro del país, ahí nos conocimos y nos volvimos inseparables, a pesar de que yo vivo en Sogen que se encuentra en el hemisferio norte de nuestro mundo y ellas en el hemisferio contrario, en vacaciones durante años, ellas vienen a pasarlo acá, así como también hemos viajado las tres a distintas ciudades por fechas especiales o vacaciones.
- Tienes que ir a todos los sitios que te he mandado con ellas - me comentó Ámbar emocionada, si bien era yo quien viajaba, ella se encontraba muy contenta por mi.
- Capaz en una de esas te presentan un residente de allá - comentó mi hermano con el afán de molestar, ya se me hacia raro el que haya estado callado pero solo bastó una mirada de mi padre para que mi hermano dijera - era una broma papá.
- Más te vale - dijo mi papá que siguió tomando su café.
- Estoy seguro que mi hermanita no quiere saber nada de hombres luego de haber terminado con Dereck hace unos meses - en eso tenía toda la razón, luego de descubrir su infidelidad aparte de darme cuenta yo misma que no sentía nada más que una amistad por él, todo terminó.
- Totalmente de acuerdo, ahora solo quiero concentrarme en mi carrera - dije para seguir comiendo mi ensalada de frutas.