LAS NUEVAS
Regresaba a casa, después de un horrible día en la escuela, quién sabe que dijo la profesora en todo el día, estaba muy distraída, sobre todo por el ruido espantoso que hacen todas esas personas discutiendo con megáfonos y letreros, haciendo manifestaciones, no queda muy cerca, pero pareciera que sí, con semejante ruido, quien podría concentrarse.
- ¡Hola Cristal!, ¿por qué no me esperaste después de la escuela?- dijo mi mejor amiga en el mundo, llamada Elena.
- ¡Hola Elena!, lo siento pero me vine como directa, pase un mal día sabes, muy malo. - suspiré cansada -
- ¡Lo sé!, yo tampoco la pasé bien, sobre todo por las fuertes peleas y discusiones que hay entre ambientalistas y constructores.- me quedé muy asombrada con una cara que preguntaba, ¿qué pasa? -
Elena pareció entender la expresión de mi rostro y me explicó según lo que había oído.
- Al parecer, es un lío tremendo, el dueño de una constructora apuesta millones de ganancias si construyen en ese bosque, pero, los ambientalistas se oponen rotundamente a que hagan desaparecer el bosque, con animales y plantas incluidos, entre, ¡otras cosas!… - hizo una pausa muy misteriosa, entonces le pregunté:
- ¿Cómo qué otras cosas, de qué hablas?
- ¡Hay, Cristal!, ¿me vas a salir con que nunca has oído lo que cuentan de ese bosque?
Yo hice una expresión como de vergüenza pero por fin le dije un poco apenada:
- ¡Pues no!, nada raro me han contado de ese bosque, ¡además está muy lejos y no me importa lo que le pase!
- ¡Muy mal hecho!, - me contestó de forma firme- ese bosque es maravilloso, tiene un montón de plantas, animales, y, bueno, muchas cosas fuera de lo normal también.
- ¿Como es eso?- pregunté de una manera muy incrédula.-
- ¡Pues verás!, -me dijo muy concentrada en lo siguiente que iba a decirme- cuentan una historia de lo más extraña, y que nace precisamente en ese bosque, mucho antes de que construyeran la ciudad, cuando era no sólo un bosque sino todo un territorio lleno de vegetación, casi, casi, como el amazonas.
- En serio, ¡qué más, cuéntame lo que pasa Elena!,- le pedí con emoción -
Elena entonces siguió contándome lo que supuestamente sucedía en ese bosque.
- Pues verás, mi abuelo dice que ese bosque tiene un guardián, o algo así, y que todo aquel que se acerca…
- ¡Cristaaall!, es hora de comer,- dijo mi mamá desde la puerta-
Enseguida voltee a verla, como quien dice, ¡justo ahora me llamas en lo más interesante!, pero igual me despedí de Elena y entre a casa.
Junto a mi familia, en la mesa contábamos todo lo que nos había pasado en el día, mi papá Rafael, contó que pasó un día muy pesado en la oficina, ya que casi todo el tiempo pelearon con los ambientalistas que se oponen a que destruyan el bosque y construyan ahí, mi mamá Luz, comentó que los ambientalistas tenían razón, ese bosque era la única diferencia entre el desierto y nuestra ciudad, mi hermano Axel, como siempre ajeno a cualquier problema ocupándose sólo de sus asuntos, de su novia, una cabeza hueca buena para nada por cierto, su reputación y no sé que cosas más, y yo, pues yo, como les iba a contar que todo el día no hice más que perder el tiempo.
- ¿Como te fue en la escuela Cristal, qué hiciste?- dijo mi papá, ¡justo tenía que preguntarme eso!, ¡qué suerte la mía, gracias Señor por la ayuda! -
- Bien, no hice mucho papá- le contesté bien vagamente-
- ¿En serio?, ¡solo eso, pareciera que no hiciste nada Cristal!
Bueno, ¡y que rayos comía mi papá para adivinar todo! Pareciera que lo sabía, pero claro si se lo afirmo ¡me mata!
- Papá, como crees, tú no me mandas a la escuela a perder el tiempo, ¿o sí? - le respondí de una manera descarada sinceramente-
- ¡No claro que no!, eso sí ténganlo bien presentes los dos, ¿de acuerdo?- dijo muy firme mirándonos a mi hermano y a mí-
Esa noche, pues que, ¡dormí como nunca!, como si hubiera trabajado todo el día, ¡lo pueden creer!, tanto que ni siquiera escuché el despertador que sonó a sus famosas seis de la mañana.
- ¡Cristal ya es tarde!, - dijo mi mamá abriendo la puerta de mi habitación- si no te levantas ya, llegarás tarde y ¿no vas a querer que te castiguen verdad?
- Ya voy mamá, dame diez minutitos más sí- le contesté bostezando-
- ¡Nada, ni un minuto, levántate ya!, ¿o quieres que vaya por el agua fría? – me dijo desafiantemente-
- ¡En qué tiempos estamos si tu propia mamá te amenaza! - le dije burlonamente-
- Vamos, ¡arriba!- me dijo tomando mis sábanas y quitándome la almohada -
- ¡Ya voy, ya voy mamá tranquila!