DrÍadas - Guardianas de los Bosques

LA BODA.

Al día siguiente el alcalde organizó un acto honorable para el bosque, como lo prometió, el alcalde proclamó enfrente de toda la ciudad que el Bosque Conde Darío, es un patrimonio de la ciudad, que será un lugar natural de esparcimiento para toda la familia tanto propios como turistas, y por lo tanto nadie podrá ni siquiera pensar en construir algo en el, porque esta prohibido, esa noticia si que era increíble mucho más para las Dríadas, las guardianas de los bosques.

  • ¡Proclamo, con un gran orgullo! Que el Bosque Conde Darío, es patrimonio de la ciudad y jamás volverá a estar en peligro – dijo el alcalde muy entusiasmado –
  • ¡Esto es fabuloso! ¡Por fin terminó, estaremos tranquilos! – dijo Elena muy emocionada, igual que todos –
  • Ahora estamos a salvo, gracias a su ayuda, no sé como pagarles todo lo que han hecho por nosotros – dijo la reina Xantha cuando el alcalde se despedía y el acto terminaba, dirigiéndose a Elena, Axel y a mi –
  • Pues me encantaría recordar todo esto majestad – dije casi inconscientemente, aunque después me dio como vergüenza, sabia lo que la reina Xantha me iba a responder –
  • Querida, nada me gustaría mas, pero, no puedo hacer eso, ningún humano debe saber de nuestra existencia, son las reglas, lo siento mucho – dijo la reina abrazándome con ternura –
  • Lo entiendo, no se preocupe – dije muy triste –
  • Pero, si hay algo que ninguna regla les puede impedir – dijo la reina sonriendo como para darme animo –
  • ¡Que cosa!  - dije rápidamente –
  • Ir a la boda de la princesa Xiana y el príncipe Daitén – dijo la reina muy orgullosa –
  • ¡Eso sería maravilloso! Aunque después no lo recuerde – dije primero muy feliz y después con nostalgia –
  • No te pongas triste Cristal, nos vamos a divertir mucho, lo vamos a disfrutar al máximo – dijo Elena dándome palmaditas para animarme, como siempre lo hacía –
  • Xantha, buen trabajo, - dijo el alcalde acercándose a nosotros y dirigiéndose a la reina Xantha –
  • Gracias señor alcalde, pero debería agradecerle a estos chicos que trabajaron muy duro para defender lo que era correcto y para lo que era injusto - dijo la reina señalándonos a Elena, Axel y a mi –
  • En ese caso, ¡muchas gracias chicos! Especialmente a ti pequeña, eres muy valiente sabes, cualquier cosa que me digas de hoy en adelante te creeré de inmediato – dijo el alcalde muy feliz, y hasta en tono sarcástico por las veces que le dije del malévolo plan de Leonardo y no me creyó, por eso su optimismo de creerme todo de ahora en adelante –
  • Gracias señor alcalde, pero no lo hubiera logrado sin la ayuda de todos mis amigos – dije señalando a todos, especialmente a Heliodán que me miraba con ternura, con esos bellísimos ojos grises que me veían solo a mi –
  • Bien, me alegro que todo este tranquilo ahora, Xantha, cuando quieras cambiar de empleo, llámame, no todo el tiempo estarás en la constructora, ¿verdad? – dijo al alcalde –
  • No, claro que no, es mas ya no voy a trabajar ahí, pero me iré lejos así que no podría aceptar ni su oferta, pero muchas gracias de todos modos, si algo surge con el tiempo, le aseguro que llegaré por un puesto que quiera darme – dijo la reina sonriendo, era obvio que volvían al bosque para no salir mas, al menos que volviera a necesitar de los movimientos que hicieron con anterioridad por el peligro de la constructora que quería destruir el bosque –
  • Muy  bien, ¡suerte! – y el alcalde se despidió –
  • ¡Es tan divertido ver cuando los humanos no se acuerdan de nada! – exclamó Daitén muy natural sin darse cuenta del daño que me hacía –
  • ¡Daitén! – dijo Heliodán en tono retador por el comentario fuera de lugar que hizo, mucho más cuando vio que incliné mi rostro muy triste, corrió a mi lado y me abrazó, tomando mi cabeza en sus manos y acariciándome el pelo  –
  • Oh, lo siento Cristal, no quería… - decía Daitén tratando de disculparse –
  • ¡Ya! Estuvo bien, no se hable de eso, mejor vayan preparándose para la tarde, porque hay boda real – dijo la reina Xantha, tratando de que el ambiente no se tensara mas –
  • Pasaré por ti y tu hermano en la tarde, que Elena se reúna con ustedes, de  acuerdo – me dijo Heliodán despidiéndose con un amorosísimo beso –
  • Te espero, - dije suspirando, como solo lo hacía por él, igualito al primer día que lo vi – ¡Reina Xantha! – dije deteniendo a la reina que se iba ya –
  • ¿Qué pasa querida? – dijo la reina extrañada –
  • ¿Podría llevar a la boda a otra persona? – le pregunté dulcemente –
  • ¿Otra persona? Pero, mas humanos no pueden saber de nosotros Cristal – me respondió algo sorprendida por mi pregunta –
  • ¡Lo sé! Pero, esta persona sabe de ustedes, justo él nos ayudó mucho para que no destruyeran el bosque majestad – respondí insistiendo –
  • ¿Cómo es posible? ¡nadie sabe de nosotros! Hemos sido muy cuidadosos – dijo mucho mas sorprendida –
  • Puede ser, pero él me contó su historia, se fue muy lejos obligado por la difícil situación que se vivía en aquel tiempo aquí, y debía mantener a su familia, por eso se fue, pero él… - estaba en lo mejor de explicar cuando me interrumpieron -
  • Reina Xantha, es hora de irse y preparar todo para la boda – dijo el  mago Damián –
  • Bien, claro puedes llevarlo entonces, si es de tu confianza, adiós Cristal nos vemos en la tarde – dijo despidiéndose de mi, y sinceramente no le daba importancia, ni yo ni ella, y ni siquiera me pasaba por la cabeza lo importante que era, que el abuelo de Elena fuera a esa boda –



#23865 en Fantasía
#49692 en Novela romántica

En el texto hay: misterio, lealtad, amor verdadero

Editado: 09.03.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.