Drink Me: Bebeme

Capítulo 23:

—¿Estás segura que todo bien?— Me pregunta Novak en la puerta de mi casa. Después de llevarme a la enfermería y que curaran mis heridas superficiales terminé pidiendo el resto del día, quien se acomidió a acompañarme hasta mi casa fue él, mientras que Akos se quedaba a dar los detalles de todo lo sucedido.

—Estoy más que segura, solo tengo que descansar un poco, eso es todo— le sonrío y lo veo directo a los ojos, puedo detectar que está aún perturbado por lo de hace rato. —Todo estará bien— pongo mi mano en su hombro intentando reconfortarlo, él la toma y la besa en los nudillos con ternura, su rostro se vuelve de aflicción y algo se retuerce dentro de mí.

—Simplemente no… no concibo la imagen de verte así… herida… acechada por… por… no sé qué demonios era eso— de nuevo sus ojos se clavan en los míos —no entiendes el miedo que me dio verte así, me aterré— intento sonreírle de la forma más agradable que puedo.

—No tienes por qué preocuparte por mí… créeme, sé cómo cuidarme— le guiño un ojo y él se acerca aún más, me toma con cuidado del rostro y me obliga a levantarlo hacia él.

—Cárter… sé que no estás lista para ningún apego emocional y lo respeto, pero… no me pidas que me comporte frío contigo, no puedo, simplemente no lo haré… hoy me di cuenta que sería capaz de dar mi vida por ti si fuera necesario, tal vez no hemos convivido lo suficiente, no hemos salido, no te he regalado flores ni chocolates… pero de algo estoy seguro y es que lo que siento por ti es más grande de lo que me imaginaba… créeme— me da un beso en la frente mientras acaricia mis mejillas y da un paso hacia atrás, alejándose de la puerta.

Por un breve momento lo veo fijamente, tentada a invitarlo pasar, tentada a abrirle no solo las puertas de mi casa sino también las de mi alma, esa vocecilla dentro de mí que me grita que no quiero seguir sintiéndome sola está gritando dentro de mi cabeza con fuerza, pero de nuevo veo a un lado de Novak a Lexy, está detrás de él, me ve fijamente con tristeza, con lástima y entonces entiendo lo que mi inconsciente me quiere dar a entender, ¿dejaré que otra persona por la cual no siento nada entre en mi vida y en mi cama? ¿Eso no es ser egoísta? ¿En verdad lo usaré así como usé a Lexy?

—Gracias Novak— sonrío de lado y termino cerrando la puerta frente a él. Apoyo mi cabeza sobre ella y sé que él aún sigue ahí, tal vez esperando a que me arrepienta y lo invite a pasar, pero no lo hago simplemente respiro entrecortadamente, el aire me falta, me asfixio, me alejo de la puerta, retrocedo y avanzo hacia la cocina en busca de una botella.

Mi cuerpo tiembla, estoy confundida, hecha toda una tormenta de sentimiento, mi pecho arde por todas esas lágrimas que intento contener, tomo la primera botella de alcohol que encuentro y sin necesidad de usar un vaso camino hacia mi habitación, por la ventana de la misma veo a Novak caminando hacia su auto, voltea una vez más hacia la casa y me escondo de su mirada hasta que escucho el motor del auto encenderse.

Sacudo mi cabeza y trato de concentrarme en lo que tengo que hacer, meto la mano en el bolsillo interno de mi chamarra y saco la bolsa con las memorias, de inmediato prendo mi computadora portátil, saco todas las memorias y me voy hacia las más recientes, la noche será muy larga.

*****

Estoy frente al psiquiátrico, viendo el imponente edificio frente a mí, aún no muy decidida de entrar, un escalofrío me recorre, siento que debería de seguir en casa terminando de ver las grabaciones de seguridad del bar, pero también tenía la necesidad de venir y hablar con Aiden de lo ocurrido, creo que tiene que saberlo.

Entro como siempre, me reciben los guardias, toman mis cosas y de forma automática me dirijo hacia el pabellón de los locos más peligrosos, siguen sin estar ocupadas las celdas, todo parece más tranquilo después del motín. Camino por el pasillo, mis pasos resuenan por las paredes y veo a Jacob antes de llegar a la celda de Aiden, está tranquilo, no reza como otros días, simplemente se mantiene en su cama con la mirada perdida.

Llego por fin delante de los barrotes que separan a Aiden de mí, de nuevo sus libros y sus dibujos están de regreso, él se mantiene en la silla de metal revisando una copia de la torre Eiffel dibujada con carbón, en verdad es una obra de arte, me sorprende que tenga tantas aptitudes.

—Pensé que hoy no vendrías, ayer te fuiste furiosa de aquí.

—Siempre subestimándome…— cuando voltea hacia mí se percata de mis heridas, de inmediato baja la mirada hacia mi pierna, aunque por el pantalón no puede ver la herida puedo apostar a que huele la sangre.

—¿Qué ocurrió?

—Fui a la casa de Roger, el dueño del bar… encontré una llave oculta en su colchón, pero no había nada en la casa que fuera compatible con ella, así que fui al bar y encontré en su oficina una pequeña caja de seguridad con dinero y memorias micro SD, tienen las grabaciones de seguridad— sonríe orgulloso de mi hallazgo.

—Sabía que encontrarías algo.

—También me encontré con un tipo de aspecto misterioso y ojos como los tuyos, tenían ese brillo singular, esas chispas rojas que parecen encenderse cuando están acechando— mi comentario lo hace levantarse de su asiento y caminar hacia mí —mató al policía que cuidaba el bar, también me incitó a que abandonara el caso, que me fuera muy lejos si no quería ser la siguiente víctima.




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