—Aiden me visitó en la morgue… no me preguntes cómo, simplemente entró, recordé cuando trabajaba con él, recordé como lo veía entrar tranquilamente, con su traje impecable, me vio con esa sonrisa arrogante de siempre y mi mundo se derrumbó, tenía tanto miedo de que viniera a hacerme algo, pero dentro de mí sabía que no había ningún motivo para que desatara su furia contra mí ¿entiendes?— Me ve fijamente, aún parece alterada y yo solo asiento y comprendo bien su sentir. — Él quería que te trajera esto— desliza por la mesa una carta, tan característico de él —me prometió que no mató a nadie del psiquiátrico para salir y también me dijo que él se encargaría de todo, que nos mantuviéramos escondidas, ahora entiendo porque lo dijo— pasa su mirada por mis heridas con tristeza.
—Tanto tú como él saben que no pienso esconderme— me cruzo de brazos mientras ella se levanta de la mesa y arrima la silla.
—Lo sé… lo mismo le dije y no parecía sorprendido— de nuevo clava su mirada en mí y suspira apesadumbrada —se va a molestar mucho cuando vea lo que te ocurrió… en verdad demasiado…
—Tal vez considere que lo tengo bien merecido por cómo le hablé la última vez— le sonrío al mismo tiempo que me levanto y camino hacia la cocina por un vaso de agua.
—Jajajaja aunque le hayas hablado de lo peor… él sigue queriéndote y lo sabes.
—Karime… entiende… no romantices a un asesino— me volteo molesta a verla, pero no parece sorprendida por mis palabras, tampoco ofendida.
—Solo admítelo… no cuesta nada…— sonríe sutilmente y se cruza de brazos. La veo fijamente, me tambaleo en esa fina línea donde deseo decirle que me muero de amor por él y por otro lado algo me jala y me dice, “no lo hagas, no es correcto”.
—Karime… solo… ten cuidado, recuerda que es alguien peligroso.
—Que se cuiden los groseros, los altaneros, los que lastiman a los demás… que se cuiden los que intenten hacerte daño, porque serán los primero en ser castigados por él— me guiña un ojo y retrocede, camina esta vez hacia la puerta y la cierra al salir, dejándome de nuevo sola en la casa.
Veo la carta en la mesa fijamente y no me siento convencida de leerla, aun así termino de beber mi vaso de agua y camino hacia la mesa, hago a un lado la escopeta y tomo la carta, como siempre su aroma es distinto, llamativo, fresco, se apodera de mi nariz y por un breve momento siento que tal vez me podría estar viendo, acechándome desde cualquier esquina o tal vez afuera a mitad de calle, pero solo es mi paranoia. Con cuidado abro la carta y me siento en la mesa por si alguna impresión hace que me desmaye.
“Querida Cárter:
No sé si ya te enteraste por las noticias o tal vez tu capitán idiota ya te dio la noticia, pero no pude aguantar con la idea de permanecer en esa maldita cárcel y más sabiendo que tus visitas han sido canceladas, ¿Qué planeo hacer ahí? Mi único motivo era esperarte cada día y poder ayudarte en un caso que parecía demasiado complicado hasta para mí.
¿Ya se dieron cuenta que es Novak el culpable? Espero que sí y sino, espero que confíes en mis palabras, pero conociéndote, yo sé que no es nada nuevo, tienes esa agudeza, podría jurar que desde la primera vez que lo viste sentiste desconfianza por él, ¿fue igual conmigo? ¿También desconfiaste de mí desde el primer momento en que nuestras miradas se cruzaron?
Le pediré a Karime que te entregue esta carta, pues no es seguro que me acerque a ti, todos creerán que lo primero que haré será buscarte y los entiendo, yo me muero por hacerlo, por verte una vez más, por calmar esta obsesión que consume mi alma, me somete a una agonía insoportable. Cárter… te pienso por lo menos cinco minutos al día… ¿no te pasa igual? Puedo jurar que sí.
Vete de la ciudad, vete del país, viaja a Praga y desaparece por un rato, las cosas se pondrán muy feas, tu querido asesino no trabaja solo y no me refiero a que tenga secuaces humanos, temo por tu seguridad, temo por lo que te quieran hacer, temo no poder ser suficiente para evitarlo. Entiendo que te consideres fuerte, que creas que puedes afrontar cualquier problema, pero sabes bien que hay algo más allá afuera que escapa de tu comprensión y que no es tan fácil que con una escopeta las puedas afrontar. Esta vez se tratan de un grupo de viejos wendigos ¿lo entiendes? Criaturas que no les temblará la mano para lastimarte y alimentarse de ti, no son jóvenes como la que detuviste hace un año, ellos son viejos y por tanto con más experiencia, si mis recuerdos no me fallan, son cuatro y tengo entendido por lo que he podido escuchar entre murmullos en la jefatura que acabaron con uno, fue un golpe de suerte, un rayo no cae dos veces en el mismo lugar, no será tan fácil que se enfrenten a los demás, así que… simplemente vete y si te preocupa que no nos volvamos a ver, créeme… te encontraré. Siempre lo hago.
Por último solo me queda decir que fue un gusto volverte a ver, volver a entrar en tu cabeza, volver a acariciar tu piel, fue un placer volver a sentirme vivo y perderme en tu mirada, ya has demostrado ser esa mujer fuerte y decidida que me interesó desde la primera vez, ahora intenta cuidar tu vida e irte de aquí y si te preguntas quien arreglará todo en tu ausencia, yo lo haré, recuerda… “lo que se hace por amor está más allá del bien y del mal”
Siempre tuyo.
Aiden”
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Editado: 19.05.2021