- Klarth, escúchame con atención, Tú debes aprender a usar tu poder, no debes causar algo como lo de hoy de nuevo, aprenderás a controlarlo y no volverás a usarlo, ¿Entendido?-
En una habitación oscura, iluminada únicamente por un cristal reflector en el centro, estaba Klarth sentando en una silla frente a su padre del otro lado de una mesa. El rostro del padre era serio y algo molesto, mientras que el de Klarth estaba sombrío y mirando hacia abajo, podía verse como unas gotas que salían de su rostro, brillaban levemente por pequeña luz de la habitación.
- Klarth, responde-
- Entendido, Pap... Leistekar...-
- Bien...
La profunda voz del padre Klarth, resonó en la habitación y Klarth le respondió formalmente llamándolo por su nombre, hecho que era muy extraño, pues nunca antes le había llamado así.
Después de esas últimas palabras, Leistekar se fue de la habitación dejando a Klarth a oscura, lo único que había de luz era lo poco que podía verse de un traga luz que había en el techo y el tenue brillo que desprendían las estrellas. Klarth no hizo nada más que recostarse un poco en la mesa y echarse levemente a llorar.
Pero para entender estos eventos había que retroceder unos cuantos días en el pasado, justamente dos días después de que Klarth empezara sus entrenamientos...
La bella noche brillaba y los colores que desprendían las lunas iluminaban el bosque, el cielo estaba despejado y no había niebla, el bosque parecía un escenario místico ya que era iluminado por hongos, hojas y líneas que había en los árboles dejado un fluorescente color en la nieve.
Exceptuando por la nieve, era justamente como lo hacía Yggdrasil, pero en un bosque entero, esto era debido a la luna llena, la cual desprendía unos fotones de luz más intensos cargados con una energía especial que podía ser absorbida por ciertas cosas de la naturaleza, se creía que las lunas todo el tiempo provocaban ese extraño fenómeno, pero que la intensidad se perdía por lo que la energía no era capaz de llegar por completo a la superficie de la tierra.
En las afueras de la casa donde estaba viviendo Klarth, se encontraba Lailith en el centro de lo que parecía ser una especie de círculo mágico que brillaba de igual forma que el bosque. Lailith estaba con sus ojos cerrados y los brazos extendidos, movía su boca con una rapidez impresionante a pesar de no estar pronunciando ninguna palabra, pero entonces se detuvo y el brillo en el círculo mágico se intensifico, abriendo sus ojos fuertemente, revelando un vacío e infinito negro en ellos que poco a poco se iba degradando a un pequeño punto blanco en el centro que a medida pasaban los segundos, se volvía más grande.
El punto blanco terminó por cubrir la totalidad de los ojos de Lailith y con eso el circulo intensifico tanto su brillo que todo se puso blanco por un segundo, como si se tratara de la centella de un rayo, pero por un único segundo, ya que posteriormente Lailith estaría en el suelo y con el circulo apagado, dejando únicamente el brillo del bosque para iluminar la zona.
- ¡Lailith! ¿¡Estas bien!?-
De pronto Leistekar, quien estaba un poco apartado, apoyado en un árbol mientras observaba lo que pasaba, salió corriendo para socorrer a su esposa.
- Si... no te preocupes por mi querido... ya lo tengo... pero... déjame descansar un rato...-
Leistekar puso a Lailith entre sus brazos y lentamente ella le dijo unas extrañas palabras mientras cerraba los ojos y caía en un profundo sueño.
- Vale querida... descansa-
Los dos permanecieron en el mismo lugar sin moverse durante unos minutos, Leistekar acariciaba lentamente el cabello de su esposa de su durmiente esposa, pero de pronto empezó a apretar sus ojos un poco para posteriormente abrirlos lentamente.
- ¿Ya has despertado?-
- Si pero me gustaría permanecer así un poco más-
-Jeje Claro que sí, Para ti, por supuesto, buen trabajo-
- Gracias...-
Después de ese pequeño intercambios de palabra, la escena se sentía como la de unos jóvenes enamorados que disfrutaban victoriosamente demostrando su cariño y ternura entre sí.
- Y bien ¿Haz descubierto algo?-
- Sí, han sido mucho más rápidos esta vez, estarán aquí en 39 días 1 hora antes de que caiga el sol...-
- Tsh No ha sido ni medio año... ¿Qué está ocurriendo?-
- Cariño, Klarth ya tiene 13 años, pronto cumplirá los 14...-
- Lo sé... Necesito entrenarlo mejor, sino lo hago...-
- Se más severo con el...-
- Pero eso...-
- Sí, lo sé, a mí tampoco me gusta la idea pero... No hay de otra, tienes que dejar... no. Tenemos que dejar nuestros sentimientos atrás, sabíamos que esto pasaría-
- Está bien... vamos a hacerlo-
Los dos estaban conversando con tonos y rostros serios sobre eventos futuros y Klarth, aunque podía sentirse un poco de tristeza en sus palabras.
Editado: 22.09.2019