Destrucción y caos, armónicamente peligroso. Luces destellantes, prevén irremediablemente el apocalipsis, siendo la recompensa justa para los impíos y propagadores del mal encarnado, pues no estarán a salvo, ni habrá piedad, mucho menos misericordia. El tiempo de perdón acabó y lo que alguna vez fue una oportunidad de vida, hoy será solo de muerte será.
Aunque cruel parezca, no es el final, solo es un lúgubre cambio de perspectiva para quien observa y disfrutará de tan peculiar espectáculo.