Jungkook
Resuelto decidí nuevamente ingresar a la cabaña, pues el frío era insoportable y sabía que ella no tendría más remedio que seguirme. Cuando entró algunos segundo después, me fijé en su hermoso rostro y la vi tan indefensa, pero desvié mi mirada para disimular la ternura que me embargaba. De inmediato, le indiqué que se dirigiera a un dormitorio para buscar algo de ropa. Allí solía quedarse Jisoo. ¿Qué será de ella?
-Este lugar me trae tantos recuerdos -pensé.
Fui a mi habitación, tomé una ducha caliente rápidamente y me cambié de ropa. Estaba perfectamente ordenada y limpia como si ayer mis padres y yo hubiésemos estado aquí. Mi madre es única y veo que no descuida dar mantenimiento a nuestra cabaña, a pesar que ella se resiste en regresar conmigo aquí. Ahora, recién la comprendo y duele mucho estar sin mi padre.
Intenté sacudirme de mis pensamientos y dirigí a la cocina a preparar una deliciosa cena. Gracias a mi madre, sabía algunas cosas indispensables. Miré al pasillo de la habitación donde estaba Sae, pero no tenía ella intención de salir. Quizás estaba algo nervioso e impaciente y exageraba. Sin embargo, decidí ir a verla. Ella hablaba con su hermano y, al parecer, dijo que había salido con Suga. Por una parte, era lo mejor, aunque no encuentro el motivo de ocultar a su familia que saldría conmigo. No entiendo. Intenté reclamarle sin obtener buenos resultados.
Dentro de mí, lo confieso, pensé que iba a ser una cena ideal e inolvidable, pues estaba muy emocionado cuando preparaba la comida para nosotros, pero cuando estuve frente a ella, actué de tal manera que no se diera cuenta de nada. Terminé de cenar y fui a mi cuarto para estar solo y, sin darme cuenta, me quedé dormido. Sobresaltado, me desperté y eran las 8:49 p.m. Me puse de pie y me dirigí al baño, pero escucho unos suaves sollozos que venía de la sala ¿Está llorando Sae? Me olvidé de ir al baño y fui a verla.
-¿Estas bien? -dije apretando suavemente sus hombros.
Ella volteó a mirarme y vi que aquellos ojos marrones estaban llorosos. No entendía lo que estaba pasando, pero vi la Tv y vi la razón de esas lágrimas. No soy insensible, pero yo jamás he llorado con esas películas románticas o trágicas, pues las veo aburridas y cursis. Por el contrario, también sé que las mujeres son muy sensibles y lo entiendo perfectamente. He visto llorar a mi madre y la he consolado tantas veces, conteniéndome todo mi dolor , pero ahora no sé qué hacer. Es una simple película, pero... ¿La abrazo? ¿Qué debo decirle?
-Bueno, vamos apagar eso -cogí el control y lo apagué.
-¿Por qué haces eso? -dijo, secándose sus lágrimas.
-No puedes ver historias que te causen tristeza. Las mujeres ,a veces, son raras -dije.
Me dio una palmada en el hombro y reí por su acto.
-Las mujeres somos muy sensibles y si te asombra mi actitud, quizá no has tenido la oportunidad de conocer alguien como yo. Así soy y no me avergüenzo. La sensibilidad no solo es innata en las mujeres, también, hay hombres capaces de sentir y creo que tú eres uno de ellos. ¿O me equivoco?
-Tienes razón -guiñé un ojo y la vi sonrojarse- Bueno, cambiando de tema ¿No piensas dormir?
-No tengo sueño y tú ¿no estabas durmiendo?
-Iba al baño, y te escuché, y aquí estoy -sonreí.
-Anda, no te vayas a orinar como un bebé -dijo.
-Ok. Ya vuelvo -salí casi corriendo.
Sae
Jungkook fue al baño y nuevamente me quedé sola en la sala. Quise acomodarme mejor en el mueble, pero no sé cómo veo un pequeño animal pasar detrás de la Tv. Ni un segundo dudé y solté un grito. Jungkook llegó al instante.
-¿Qué pasó? -dijo exaltado.
-¡Una pericote! -dije.
-Te habrás equivocado, pero ¿por dónde lo has visto?
-Por allí -dije señalando la Tv.
-En la cocina hay una escoba. Anda y tráela -dijo cogiendo un pedazo de madera que estaba cerca de la chimenea.
-Ok.
Fui corriendo a la cocina ¿Qué se supone que voy hacer con esto?
-Listo -dije.
-Ponte ahí y cuando pase el pericote la espantas hacia mí, ¿ok?
-¿Qué? Yo no puedo. Tengo miedo.
-Tú puedes, avanza.
Me coloqué entre el mueble y la mesa pequeña que estaba allí.
Tengo mucho miedo -pensé.
En un abrir y cerrar de ojos vi al animal que se dirigía hacia mí. No pude hacerlo y, en vez de espantarla hacia él, subí al mueble gritando.
-Se va -dijo y empezó a correr tras él y desapareció ante mis ojos.
Mi corazón palpitaba . Casi me da un infarto. Pasaron unos minutos y Jungkook no volvía. Había ido donde estaban las habitaciones.
-Misión cumplida -dijo, mientras me mostraba el pericote.
-¡Dios Santo! ¡Arrójalo! No sé cómo puedes cogerlo -dije alejándome.
...
-¡Ya lo tiré -dijo y se sentó en el mueble. Dime, Sae, ¿Qué piensas hacer después del Instituto?
-Creo que sí te lo había dicho, pero pienso estudiar medicina y, si no me equivoco, tú, administración -contesté.
-Así es por el bien de mi familia. Sabes, debo apoyar a mi mamá con la empresa. Cuando mi padre aún estaba con vida, mi madre solo se dedicaba a mí y a su trabajo. Pero como papá ya no está, ella asumió todo el peso y, aún, yo no puedo apoyarla todavía.
-En realidad, mi papá, de alguna manera, desea que me quede a cargo de la empresa, también, pero ya le dije mi determinación de estudiar medicina y él no insistió. Ahora, toda la responsabilidad esta mi hermano y, en dos años, se irá a terminar sus estudios en el extranjero. De todas maneras, lo extrañaré a pesar de todo.
-Tú tienes a tu hermano y a tus padres; yo, solo a mi madre -dijo suspirando- Tienes suerte en en tenerlos -comentó.
-Me tienes a mí -sonreí- No soy una hermana, pero soy tu amiga y creo que eso cuenta.