Sae
Me levanté pensando lo de ayer "Te quiero". No quiero pensar cosas que no son. Hice mis cosas y bajé a desayunar. Vi a mi madre sirviendo el desayuno y mi hermano con su celular. Me acerqué lentamente y le quité el móvil. Estaba hablando con Yoongi.
-Yoongi: Quiero que me ayudes.
-Hoseok: Sabes que siempre contarás con...
No terminó de escribir. Pero, según leí, Yoongi pedía apoyo a mi hermano.
-¿En qué le ayudarás? ¿Eh? -interrogué.
-No te importa -me quitó el celular.
-Quiero saber qué traman ustedes dos -insistí.
-Dejen de discutir. Desayunemos tranquilos.
No lo entiendo. Parece que mi hermano muestra más preferencia a Yoongi que a Jungkook. Aunque creo que no odia del todo a Kook, porque no le dijo a mamá que había salido con Jungkook en vez de Yoongi. Terminé mi desayuno y, como no tenía nada que hacer, me fui a mi cuarto a ver vídeos de medicina. Busqué en específico: "Cirugías en el cerebro" También busqué casuística de personas con parálisis o muerte cerebral. Hice una pausa para almorzar y continué. Eran, aproximadamente, las 6:30 p.m. cuando mi madre entró a mi cuarto.
-¿Qué haces, cariño? -dijo sentándose a mi lado.
-¿Vienes a verme para preguntarme solo eso? Estoy muy ocupada, te pido que te retires, por favor.
-Hija, sé que piensas que no te quiero,que no te comprendo, pero no es así. Yo te amo muchísimo y quiero lo mejor para ti.
-Aja
-Veamos, Sae. Que estés enojada conmigo, no significa que no me respetes. Soy tu madre.
-Tú eres la causante de todo esto. Tú nunca aprobaste mi amistad con Jungkook y ¿todavía me dices que eso es lo mejor para mí, sin ninguna explicación? -solté una risa irónica.
-Si solo supieras lo que realmente está pasando, me entenderías. En fin, no podemos establecer una conversación sin que nombres a ese muchacho. Te aviso para cenar, con permiso -dijo eso y cerró la puerta.
Ni bien cerró la puerta, mis ojos se inundaron de lágrimas y empecé a llorar como si fuese una niña pequeña. No es que no me duela hablarle a mi madre de esa manera, pero cada vez que menciono a jungkook frente a ella, me desconozco. Cuánto me gustaría que ella aceptara esa amistad ¿Por qué tanto misterio? No lo entiendo. Ahora, más que nunca, quiero un abrazo sincero y cálido, pero de mamá.
Dejé a un lado mis cosas y me acosté en mi cama, mientras abrazaba mi almohada. Mis lágrimas seguían y seguían y no se detenían.
-¿Sae? ¿Estás bien? -se escuchó del otro lado de la puerta. Podría reconocer esa voz a kilómetros.
-Pasa -me senté y sequé mis lágrimas.
-¿Por qué llora mi hermanita? -se acercó a mí.
-No es nada -contesté.
-Hummm... No te creo. dime ¿qué sucede? ¿Discutiste con mamá, otra vez?
Solo asentí y el me abrazó. Lo necesitaba.
-Debes entenderla. De cierta manera, yo coincido con ella. No me gusta que te relaciones con ese tal Jungkook. No es como Suga.
-No lo compares. Aun no entiendo cómo Yoongi te agradó y Jungkook, no. ¿Lo odias? ¿Acaso, te hizo algo malo para que actúes así, también, tú?
-No hay razón. Pensarás que es un disparate o son mis celos. Solo, no me cae y ya. Cambiando de tema, deberías salir un rato, estás encerrada aquí y solo estudias. Anda a pasear, quizás por el centro comercial. Yo te llevo ¿Qué dices?
-Pero, ya es tarde. Mamá no me dejará.
-Le diré que irás conmigo. Te dejaré allá y yo tomo otro rumbo. Ya no estás en el colegio y tienes que aprender a ser más autónoma y responsable.
-Ok. Espera y me alisto.
Hoseok se retiró del cuarto y me fui al baño. Me lavé la cara, me cambié y me coloqué un poco de rimel y brillo labial. Luego de unos minutos...
-Sae, vamos -escuché decir a mi hermano.
-Ya voy.
Bajé las escaleras, cerré la puerta principal y subí al auto. En el trascurso del camino, miraba las calles pobladas de gente caminando. Veía algunos padres con sus hijos pequeños, unas amigas divirtiéndose o simplemente a unos enamorados caminando cogidos de la mano. La verdad es que sí extraño a Yuri. Con ella, tenía estas salidas repentinas o solo íbamos a la playa a caminar. Lindos recuerdos pasados.
Hoseok se estacionó y me despedí. Le dije que llamaría para que me recogiera. Sin apuro, iba pasando de tienda en tienda, mirando todo ávidamente, pues había novedades y hermosas prendas. Algunas me gustaron y las compré. El tiempo pasó tan rápido: eran las 7:30 p.m.
Debería ir a cenar algo. Lo haré después terminar de ver esta tienda -pensé.
Entré y habían vestidos muy lindos. Cogí uno y me miré en el espejo con este. Se me veía bien. Me dirigí hacia el cajero, pero veo una silueta conocida afuera de la tienda. Era Jungkook y con dos chicos más. Dejé la prenda en su sitio , salí de la tienda y lo llamé.
-¡Jungkook!
Me acerqué hacia él y lo saludé- ¿Qué haces por aquí?
-Hola, bonita. Mi nombre es Jimin -me sonrió de manera coqueta el chico rubio. Yo solo me limité a asentir.
-Cállate, Jimin -dijo Kook con voz trémula- No seas inoportuno. Hola, Sae. Pues...
-¿Ella es Sae? Sí que es un buen... -dijo el pelinegro, quien fue interrumpido por Kook.
- Ah, ellos son mis amigos. Disculpa, creo que te están incomodando.
-Bueno un gusto de conocerlos, pero ya no les interrumpo más, debo irme.
-¿A dónde vas sola y a esta hora, Sae? -preguntó Jungkook.
-Buscaré algo para comer antes de llamar a mi hermano. No te preocupes por mí, Kook. Estaré bien -sonreí.
-UUUUUUUU... le dice Kook con cariño. Au, duele -Jungkook le dio un codazo al chico rubio y sonreí ante la ocurrencia.
-Si quieres te acompaño. No creo que se molesten mis amigos. Ellos ya se iban, también.
-Qué mentiroso, Kook. Íbamos a.. -En un descuido, el rubio recibió otro golpe de Kook.