Luego de un siglo de restaurar la sociedad y el mundo en los tres grandes continentes Astra, Hope y Centuria, la humanidad prosperaba con diferentes mecanismos, así mismo se creó una sola institución de vigilantes de las leyes llamada “Corregimiento”, responsables de cuidar el bienestar de las personas y resolver conflictos de toda clase, esta única institución se encontraba sin embargo en el continente de Astra. Estaba prohibido para los corregidores ingresar sin autorización o ejercer su oficio en el continente de Hope dado que el reglamento del concilio daba autoridad única a los líderes de los distritos y a sus delegados para mantener la paz entre sus pobladores. En aquel lugar se consideró por mucho tiempo por parte de los corregidores como un sitio muy lejano, donde la ley no tiene autoridad alguna pese a su nombre.
Era una mañana alegre y tranquila en el distrito 1 del continente Astra, Víctor Líes despertaba temprano, cinco minutos antes de que sonara la alarma de su radio, algo nervioso decidió alistarse para su primer día en el trabajo de sus sueños, se había preparado en la institución durante 5 años con los mejores honores y el respaldo de sus profesores, no podía contener la emoción cuando por fin había sido aceptado ser parte de los corregidores.
Aquel impaciente joven salió de su departamento para caminar por las calles de su localidad, mientras aguardaba que fuera la hora de su cita esperada. La gente de aquel distrito era muy amable con Víctor desde su infancia y muy rara vez se veía a alguien romper las reglas de la institución, pero aquella mañana casualmente el joven corregidor se encontró con una irregularidad al reglamento.
Una mujer de aproximadamente 20 años era llevada por unos bravucones a un callejón, de inmediato el joven los siguió hasta el lugar en silencio para observar cómo estos coqueteaban absurdamente halagando su belleza y su tatuaje de una rosa azul en su hombro descubierto mientras ella solo miraba burlonamente. Rápidamente el futuro oficial de la ley se acercó ante ellos solo para ser interrumpido por la imagen insólita de aquella dama dejando inconscientes a todos solo para después robar sus billeteras, despedirse y alegremente huir.
Víctor confundido por lo sucedido se apresuró a verificar que los heridos estuviesen estables, luego de haber pedido ayuda y confirmar su estado se dirigió velozmente al Corregimiento siendo recibido por su jefe el señor Rigth, quien con una expresión seria en su rostro lo llamó a su oficina.
Luego de escuchar las ordenes de su jefe, Víctor salió de la oficina desconcertado, su primera misión para la cual se había preparado en años era sino entrar en un territorio completamente desconocido para el continente de Astra en varias décadas. La ansiedad comenzaba a dominar su ser cuando un pequeño flash le recordó las características de la desconocida a quien debía encontrar, la escaza descripción era similar a la misma chica que lo había impresionado con sus habilidades en la mañana.
Su intuición de inmediato activó la necesidad de buscar a la chica en el mismo lugar, por lo que rápidamente se dirigió al distrito 2, paso largas horas preguntando por la joven de tatuaje sin obtener respuesta alguna, sin rendirse continuó por los alrededores, en locales cercanos e incluso preguntando a sus víctimas por su paradero, su recorrido parecía no tener fin hasta que finalmente la noche cayó al igual que sus esperanzas. Agotado de obtener la misma respuesta decidió regresar a su hogar para descansar y recuperar fuerzas para continuar su calvario más tarde, sin embargo, su cansancio desapareció cuando estaba a punto de abrir la puerta de su departamento. La chica que tanto había buscado en las calles no solo había resultado ser la dueña del departamento a su lado, si no, que también regresaba en el mismo momento que él, encontrándose cara a cara en el mismo pasillo.
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Editado: 13.10.2021