Sección 1: Aroma de rosa
El despertador de Rosa suena a las 7:30 am, interrumpiendo el silencio de la mañana. Se levanta de la cama, se estira y se dirige a la cocina para preparar su café matutino. Mientras el aroma del café recién hecho llena la habitación, Rosa se sienta en su pequeño balcón, disfrutando de la tranquilidad de la mañana.
Después de su tranquilo desayuno, Rosa se prepara para el día. Se viste con su ropa favorita, se pone sus zapatos cómodos y sale de su apartamento. Camina por las calles de la ciudad, saludando a los vecinos y disfrutando del bullicio matutino.
Rosa pasa la mayor parte de su mañana en su trabajo en una librería local. Ama su trabajo, le encanta estar rodeada de libros y disfruta ayudando a los clientes a encontrar el libro perfecto. Después de un almuerzo rápido en un café cercano, Rosa decide que es hora de visitar la panadería donde Steven, su novio, acaba de empezar a trabajar.
Al llegar a la panadería, Rosa se sorprende por el ambiente acogedor y el delicioso aroma a pan recién horneado. Mientras observa a Steven trabajar, se encuentra con Kaythlin. Ambas se llevan bien desde el principio, compartiendo risas y anécdotas.
“Este lugar es maravilloso”, comenta Rosa, mirando a su alrededor.
“Gracias”, responde Kaythlin, “hemos trabajado mucho para hacerlo acogedor para nuestros clientes”.
“Steven parece estar disfrutando de su trabajo aquí”, dice Rosa, observando a su novio.
“Sí, él ha sido una gran adición al equipo”, responde Kaythlin, “es muy trabajador y aprende rápido”.
“Steven es mi novio”, revela Rosa, “estoy muy orgullosa de él”.
Kaythlin sonríe y asiente, “Debe ser genial tener a alguien que te apoye tanto”.
En ese momento, Steven se desocupa y se acerca a Rosa. Aunque ambos se sienten tentados a besarse, respetan las políticas de la panadería y se limitan a un cálido abrazo.
“¡Hola, Rosa!”, saluda Steven, “¡Qué sorpresa verte aquí!”
“Quería ver cómo te va en tu nuevo trabajo”, responde Rosa con una sonrisa.
“Estoy disfrutando mucho aquí”, dice Steven, “el equipo es genial y estoy aprendiendo mucho”.
“Me alegra oír eso”, dice Rosa, “sabía que te iría bien aquí”.
Justo cuando están a punto de continuar su conversación, un cliente entra en la panadería. Steven se disculpa y se dirige a atender al nuevo cliente. Rosa vuelve a charlar con Kaythlin, quien también tiene cosas que hacer, pero decide no decirle nada pues la conversación se le hace amena. Este encuentro inesperado en la panadería marca el comienzo de una serie de eventos que cambiarán la vida de todos los involucrados.
Sección 2: aromas compartidos
Mientras Rosa y Kaythlin se conocen en la panadería, Diego y Miriam disfrutan de una tarde juntos en el mismo día. Diego, emocionado por su nueva adquisición, no puede dejar de hablar de su nuevo piano. Toca algunas melodías para Miriam, quien escucha con atención y aplaude después de cada interpretación.
“Es impresionante cómo puedes expresarte a través de la música”, dice Miriam, “yo encuentro mi paz en el yoga”.
Diego asiente, “Sí, cada uno tiene su propia forma de encontrar la armonía. Me encantaría aprender más sobre el yoga algún día”.
Miriam sonríe y promete enseñarle algunas posturas básicas de yoga la próxima vez. Sin embargo, a pesar de la conexión que comparten, Miriam malinterpreta las intenciones de Diego. Cree que él está interesado en ella, pero Diego solo tiene ojos para Kaythlin.
A medida que la tarde avanza, Diego y Miriam se encuentran inmersos en una serie de conversaciones profundas. Hablan de sus sueños, sus miedos y sus esperanzas para el futuro. Comparten risas y silencios cómodos, creando un ambiente de camaradería y entendimiento mutuo.
“¿Alguna vez has pensado en enseñar yoga?”, pregunta Diego, intrigado por la pasión de Miriam.
Miriam se ríe, “A veces, pero me gusta más practicarlo. Aunque, quién sabe, tal vez algún día”.
Diego sonríe, “Creo que serías una gran profesora”.
“¿Y tú, Diego?”, pregunta Miriam, “¿Alguna vez has pensado en dar conciertos con tu música?”
Diego se ríe, “La verdad es que sí, pero siempre me ha dado un poco de miedo. Tocar para otros es muy diferente a tocar para uno mismo”.
Miriam asiente, “Entiendo, pero creo que tienes un gran talento y deberías compartirlo con el mundo”.
A medida que pasan más tiempo juntos, Diego empieza a notar que Miriam parece estar desarrollando sentimientos por él. Sin embargo, no está seguro y decide observar un poco más antes de sacar conclusiones.
Un día, mientras están disfrutando de un paseo por el parque, Miriam toma la mano de Diego. Diego se sorprende, pero no dice nada en ese momento. Esa noche, Diego reflexiona sobre lo que ha estado sucediendo y se da cuenta de que Miriam puede estar malinterpretando su amistad.
Finalmente, después de una larga conversación, Diego se da cuenta del malentendido. Decide ser honesto con Miriam y le confiesa que no está interesado en ella de manera romántica.
“Miriam, creo que ha habido un malentendido”, dice Diego, “Realmente disfruto de nuestra amistad y valoro el tiempo que pasamos juntos, pero no estoy interesado en algo más allá de eso”.
Miriam se sorprende al principio, pero luego se siente triste. Comienza a cuestionar su belleza, sus fortalezas, y se pregunta qué hizo mal en sus intentos de conquistar a Diego.
“¿Es por Kaythlin?”, pregunta Miriam, “Ella parece haber capturado tu atención con tan poco esfuerzo”.
Diego se queda en silencio por un momento, luego responde, “Kaythlin es una gran amiga, pero eso no tiene nada que ver con nosotros. Eres una mujer increíble, Miriam, y valoro nuestra amistad”.
Miriam se queda en silencio, tratando de contener las lágrimas. Diego, viendo su angustia, trata de consolarla.
“Miriam, no te menosprecies”, dice Diego, “Eres hermosa, fuerte y apasionada. No hay nada malo contigo. Simplemente, mis sentimientos hacia ti son de amistad”.