—Ella se encuentra bien? —en medio de mi inconsciencia escucho la voz de papá
—Su diagnóstico es estable, solo debemos esperar a que reaccione —una voz desconocida le responde
—Devora, Hija —esta vez escucho a mi mamá llamarme —. Reacciona, por favor —clama sollozando
Me obligó a reaccionar. Con pesadumbre abro mis ojos y todo se ve difuminado. Solo distingo paredes y techo blanco.
—Despertó!—grita mi madre con euforia
—D-donde estoy? Que está pasando? —musito aturdida
—Estas en el hospital, cariño —mi papá se acerca preocupado para hablarme al oído —. ¿Como te sientes?
—Por que estoy en el hospital? —me inquieto e intento levantarme, pero un mareo me devuelve a mi lugar.
—Señorita Agazzi, no se esfuerce, aún se encuentra débil —aconseja el médico—. Su estado es estable, pero la tenemos bajo observación por medidas de seguridad
—Cariño hazle caso al médico —secunda mi papá
—Mi bebé —toco mi vientre imaginando lo peor —. Por qué estoy aquí? —exijo una explicación
—Hija, el bebé está bien —mamá intenta tranquilizarme —. Estuviste en medio de una guerra entre pandillas. Fue un milagro que salieras ilesa. El chófer y algún pasajero del bus no corrieron con la misma suerte —me alarmó al recordar a la mujer del paraguas
—Había una mujer embarazada a mi lado. Cómo está ella? —indago con un mal presentimiento instalado en mi pecho
—Entre las víctimas fatales está una mujer en gestación —revela mi papá comprobando mis sospechas
—No puede ser cierto —mis ojos se nublan sintiendo pena por el horrible final de la mujer y su bebé.
—Agradecemos a Dios que estás bien, cariño —papá besa mi frente sintiéndose agradecido por mi bienestar
La policía aparece queriendo obtener mi declaración y solo digo lo que recuerdo, que en realidad no es de ayuda.
El doctor me da el alta unas horas después y al llegar a casa mis padres me prohíben la salida de casa hasta nuevo aviso.
Espero a que todo se calme para hablar con ellos, pero por cosas del destino, en la noche recibo una llamada de Amalia confirmándome que sus abuelos han aceptado rentarnos el establecimiento en Nápoles.
El tiempo apremia con las deudas acumulándose, por lo que, no me queda de otra que contarles la idea de mudarnos a otra ciudad
Como era de esperarse, no les agrada la idea de volver a comenzar de cero y abandonar su hogar, pero en la situación en la que nos encontramos, no tenemos otra opción.
Les toma unos días decidirse viendo nuestra situación empeorar.
Mis amigas me hacen una pequeña despedida entre lágrimas, nos hacemos promesas de mantenernos comunicadas y en menos de lo que imagino, mis padres y yo estamos comenzando una vida en otro lugar.
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Un año después
Muerdo mis uñas contando por tercera vez los ceros obtenidos en ganancias este mes. La cifra es una locura, me resulta increíble cómo nuestro pequeño negocio familiar haya obtenido tanta fama y prestigio en tan corto tiempo
—El vuelo sale en tres horas —anuncia mi papá terminando de organizar sus pertenencias en una maleta
—Cuanto tiempo pretenden quedarse en Inglaterra? —inquiero comenzado a sentir un vacío por su pronta ausencia.
—Serán solo un par de semanas, cariño —responde verificando que todos sus documentos estén en orden
Mamá entra en la habitación con los ojos hinchados de tanto llorar, en sus brazos trae al pequeño que ha robado su corazón desde que llegó a nuestras vidas
—Estarán bien sin mi ayuda? —vuelve hacerme la misma pregunta por enésima vez
—Ve y disfruta tu viaje, mamá. Estaremos bien —confirmo con seguridad
—Segura? —continúa dudando de mí.
—Las chicas se quedarán conmigo hasta que regresen —miento para tranquilizarla
En realidad mis amigas se quedarán solo unos días y el viaje de mis padres tomará mucho más que eso, su plan inicial es buscar información sobre algunos objetos de la época victoriana que guardan en su colección, pero también pretende conocer el país y festejar su aniversario.
—Está bien —finalmente accede no muy convencida —. Te llamaré cada día para saber cómo se encuentran —puntualiza dándome las indicaciones sobre como cuidar a mi bebé
Mi hijo Kylian recién cumplió los cuatro meses y para ser un pequeño bebé sobresale en muchas cosa. Su pasatiempo favorito es arrastrarse en búsqueda de objetos que capten su atención para babearlos y morderlos, como por ejemplo mi llavero
Mamá es quien me ayuda con su crianza debido a mi nula experiencia en maternidad, en corto tiempo aprendí de ella a cambiar pañales, dar biberón, bañar y dormir a mi hijo, siendo está última la más difícil.
—Estaré atenta al teléfono —me comprometo logrando que se marche tranquila.
Hace mucho tiempo no estaba por mi cuenta, desde la experiencia en el autobús, mis padres se volvieron paranoicos y más sobre protectores que nunca. Con el nacimiento de Kylian la situación empeoró. No quiero sonar malagradecida, pero me alivia un poco tener esta pequeña libertad de hacer lo que quiera sin sentir la presión de no preocupar a mis padres.
Mientras espero a que mis amigas aparezcan, enciendo la tele en búsqueda de un dibujo animado para que mi bebé se distraiga en tanto hago mis labores diarias, por desgracia el primer canal que aparece es el de chisme anunciando la noticia del día.
"La modelo Australiana Victoria Murray finalmente contrajo nupcias con su novio de más de un año, Mauricio Garibaldi, hijo del vicepresidente del país, Lorenzo Garibaldi"
—Cobarde, basura, miserable! —apago rabiosa el aparto sintiendo que la bilis se me revuelve
—Bhu bu —balbucea mi bebé apoyando a su madre
—Si cariño, tu madre tiene malos gustos. Por suerte ese engendro no es tu padre —hablo con mi hijo fortaleciendo nuestros lazos
Decido dejar mis deberes aún lado tomándome el tiempo de jugar con Kylian hasta agotar sus energías o mejor dicho hasta agotar mis energías y olvidarme de lo que me atormenta.
—Tienes hambre? —le pregunto a Kylian una hora después, al verlo bostezar y hacer muecas de fastidio —. Veamos que dejó la abuela para ti.
Entro en la cocina y encuentro un recetario pegado al frigorífico donde mamá específica como preparar los alimentos de su nieto.
Pongo manos a la obra, haciendo lo que puedo en tanto escucho el llanto de hambre de mi bebé. Me quemo, desparramó alimento y algo en la mezcla sale mal consiguiendo que entre en una crisis de nervios.
Agobiada recurro a darle pecho al pequeño gruño para calmar su apetito voraz.
—Lo impaciente no lo sacaste de mí —le recriminó observando su sonrisa traviesa que dice. "Obtuve lo que quería"
El timbre suena y me apresuró a abrirle la puerta a mis amigas. La cuatro se emocionan al verme después de algunos meses separadas, apapuchan a mi hijo cómo si fuera un peluche y le dan besos hasta hacerlo enojar.
—Dios mío, si es todo un muñeco —elogia Nathaly pellizcando sus cachetes regordetes
—Ya puedo ver que será un rompe corazones —Amalia admira su belleza mientras lo carga con mucho cuidado
—Es obvio, saco la belleza de su madre —secunda Vicki jugando con sus manitas
—Gracias por el cumplido, pero en realidad no se parece a mí —difiero detallando los rasgos del niño rubios de ojos verdes que me mira pidiendo auxilio.
—Lo importante es que está saludable —enfatiza Nathaly para hacerme sentir bien
—Gracias a Dios —respaldo su comentario
—Bueno pequeño leoncillo, mamá y las tías tienen una tarde de chicas, así que debes ir a dormir tu siesta del día —Nathaly intenta quitárselo a Amalia, pero mi hijo se resiste.
—Bhu, bu —balbucea mi pequeño en rechazo
—Aww! vieron! Me dijo tía! —esta se emociona y confunde sus palabras —. Di otra vez tía, pequeño —clama con ilusión.
—Pa.. pa..—responde de vuelta mi bebé
—Dijo papá? —entonan todas a la vez
—Desde hace días —confirmo
—Y no dice mamá? —pregunta Vicki realmente conmocionada.
—Aún no —encojo mis hombros restándole importancia
—Como es posible que diga papá y no mamá? —cuestiona Amalia arrebatándole mi hijo a Nathaly tras verlo incómodo en sus brazos.
—Posiblemente, me escucha llamar a mi papá y así lo aprendió —saco mi conclusión
—Mamá.. Di mamá —suplica Nathaly hacia mi pequeño
—Papa.. —repite con inocencia mi bebé
Mi amiga desiste al ver que continúa repitiendo una y otra vez papá por diversión. Amalia se encarga de llevarlo a su cuna para hacerlo dormir su siesta en tanto yo me pongo al día con las demás.
—Ya vieron las noticias? —saco el tema que me tiene enferma, mientras me acomodo en el sofá.
—Si te refieres a la pareja de mierda que acaba de contraer nupcias, si, por desgracia ya vi la noticia en mis redes —contesta Vicki dando un largo trago a su cerveza.
—Tú como te sientes al respecto? —me pregunta Nathaly
—Ya es un tema superado —finjo que no me afecta para no verme lamentable.
—Eso me tranquiliza, ya verás que pronto aparecerá un mejor partido —alienta Nathaly siendo positiva como siempre
Me reservo una respuesta porque en mis planes no está enredarme en una relación amorosa hasta que haya conseguido sacar a Mauricio de mi corazón.
Aún me duele recordarlo, pasamos tantos momentos bonitos que difícilmente pueda borrarlo de la noche a la mañana. Sería injusto para otra persona estar conmigo teniendo en mi cabeza a otro hombre.
Solo espero que el tiempo haga lo suyo y logre superarlo para poder entregarme por completo a un nuevo amor.
Dimitri Rinaldi
Inspeccionó mi nuevo lugar, asegurándome de que todo esté en orden. Mudarme no estaba en mis planes, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Por suerte no soy de apegarme a ningún sitio, me definiría a mi mismo como un león solitario.
—Dame los detalles —le ordenó al espía con quién hablo por teléfono
—Señor, el blanco sigue en la ciudad, tenemos la zona asegurada —informa
—No le quites los ojos de encima, si lo vuelves a perder eres hombre muerto —le doy mi última advertencia y sabe que hablo en serio
—No cometer el mismo error dos veces, señor —garantiza con seguridad, aunque sus palabras no me convence.
—No más errores, Aldo —vuelvo a recalcar—. Mantenme informado de cada movimiento —exijo finalizando la llamada.
Termino de sacar mis cosas de la maleta y ordenó todo en su lugar pensando en la posibilidad de contratar una empleada para que se encargue del lugar.
Declinó la idea rápidamente.
El orden para mí es prioridad, pero mi privacidad lo es mucho más.
Agotado de tanto pensar caigo tendido en la cama, tratando de recuperar energías y por suerte me quedo dormido.
No sé cuántas horas pasan, pero despierto al sentir mi teléfono vibrar a un lado de mi cabeza
—Si —cojo la llamada aún adormecido
—Señor, tenemos un problema —reconozco la voz de Aldo.
—Que sucede? —recupero rápidamente la lucidez
—Es sobre la familia del cachorro.
—Habla de una vez, que sucedió? —exijo con impaciencia
—El avión donde viajaban los abuelos del niño acaba de desaparecer de los radares. Todo indica que pudo haberse estrellado —declara poniendo el alerta todos mis sentido.