Dulce tentación

Capítulo 10

Dimitri Rinaldi
Me encuentro en mi jet privado de regreso a Nápoles, mi acompañante cumplió con su parte del trato, por lo que se le ve más entusiasmada sabiendo la recompensa que le espera.
—Tengo una pregunta? —habla cortando el armonioso silencio.
Permanezco con la mirada perdida en la vista nocturna presintiendo lo que quiere saber
—Planeas quedarte con mi bebé? —desatino
Pensé que quería conocer la razón por la cual la tengo privada de su libertad
—Necesito un heredero a quien dejarle mi imperio —suelto una verdad a medias.
—No puedes. Mi bebé no necesita un imperio, eso no comprará el calor de una familia.
—Pero si lo mantendrá seguro de todo el que quiera hacerle daño —replico de vuelta
—Alguien quiere lastimarlo? —intuye con astucia
—Probablemente.
—Quien?—indaga alarmada
Centro mi mirada en ella para responder
—Confórmate con saber que están seguro bajo mi dominio.
Se queda pensativa por unos segundos, luego vuelve a disparar esa lengua afilada que no tiene descanso.
—Aun así, necesita mi cariño y el de sus abuelos —defiende su posición con desesperación
—Entonces que propones?
—Un acuerdo en que no se dañe la salud mental de Kylian.
—Eh?
—No impediré que convivas y establezcas una relación con Kylian, pero tiene que ser bajo un acuerdo en el que sea yo quien tenga su custodia.
—Muy bien calculada tu propuesta, aunque no termina de convencerme.
—Por qué? Tu mismo lo acabas de decir. Mi propuesta es muy buena y nos beneficia a todos. Kylian estaría con quienes lo han visto crecer desde que nació y tú tendría la oportunidad de construir una relación con él.
—Que te parece si mejor esperamos a que el niño hablé y sea quien decida con quién quedarse —suelto un disparate para molestarla
—Lo que dices es absurdo. Kylian es solo un bebé sin raciocinio. Como podría decidir quién cuidara de él? —objeta histérica
—Que!? ¿Tienes miedo de que decida quedarse conmigo?
Sacarla de sus casillas es algo que se me da con facilidad y de alguna forma lo disfruto.
—No, obvio se quedaría conmigo, pero estoy siendo justa en esta situación solo por el bienestar de mi hijo —me quedó absorto en la manera en que sus labios rojos se mueven formando palabras que ahora no estoy escuchando —. Si entiendes eso? —clavo mi vista en sus iris color almendra superclaro y atractivo
—Lo entiendo —contengo la tentación de cerrarle la boca con otro beso —. Pensaré en tu propuesta —le sigo la corriente solo para acabar con esta absurda conversación.
Mi intención no es quedarme con la criatura, al contrario; sé lo importante que es la figura materna en la vida de un niño, por esa razón resguardo su vida tanto como la del niño, pero eso es algo que ella desconoce y ha malinterpretado. Tampoco pretendo sacarle esa idea de la cabeza.
Llegamos a la fortaleza pasada la media noche, el plan es dejarla ver al niño por lo que me debato en sí ordenar que le traigan a la criatura o esperar hasta mañana. Después de todo el pequeño debe estar descansando .
—Uno de mis guardias te guiará a tu habitación. Mañana podrás ver al niño —decido finalmente.
—Por favor, déjame verlo ahora —clama desesperada
Dudo.
Que una desconocida entre en mi espacio personal no me parece buena idea.
—Ya es muy tarde, mejor ve a descansar.
—Solo quiero verlo unos minutos —insiste
—El niño debe estar descansando.
—Te lo ruego —perciste
—Un minuto —me dejo convencer por su voz suplicante
La dirijo hacia mi lugar de descanso observando como restriega sus manos en señal de ansiedad.
Se nota que el niño le importa, el que ella se preocupe y lo ponga como prioridad me da una idea del tipo de madre que es. Una que lo ama y daría todo por él
Eso me gusta.
Entramos en mi cúpula y con una señal les ordenó a mis hombres de confianza que se retiren quedándome a solas con el niño y su madre. El pequeño yace dormido en su portabebés con un chupete en la boca, ella se le acerca con ojos llorosos y deja un beso en su mejilla que lo hace arrugar la frente
—Mi bebé, mamá está aquí —susurra mientras examina su cuerpo en búsqueda de alguna lesión
Al comprobar que está bien, vuelve a besarlo una y otra vez consiguiendo que el pequeño gruña con fastidio
—Lo harás enojar —advierto, pero no me hace caso
Lo saca del portabebés arropándolo entre sus brazos, el niño al sentir su aroma busca con desespero algo dentro de sus..
—Quiere pecho? —le pregunta la madre tomando lugar en el sillón
Se saca uno de sus senos y le da comer al niño, en tanto yo me quedo inmóvil viendo la escena que me produce apetito
La idea de darme una ducha con agua fría para aplacar la tensión que está mujer dejo en mi desde que la vi en ese vestido ajustado que marca sus buenas proporciones se me viene a la cabeza, pero termino optando por irme al gimnasio a descargar mi energía.
—Puedes dormir con el niño en la habitación que están cruzando el pasillo —permito que se quede por esta noche
—De verdad? —sus ojos brillan sin poder creerlo
—No cometas una estupidez, si sobrepasas mis límites haré que te arrepientas —se encoge del miedo ante mis palabras
No pretendo tocarla, jamás le pondría la mano encima, solo quiero asustarla para que no malgaste sus energías en escapar.
Paso de ella dirigiéndome a mi gimnasio personal y al entrar me deshago de mi camisa para colocarme un vendaje en las manos antes de subir a la lona donde me espera mi mejor contrincante, el saco de boxeo.
Golpeó y pateo hasta agotar mis energías, el impacto de mis golpes es todo lo que se escucha en el lugar, este silencio sepulcral ha sido mi compañía durante toda mi vida.
Me críe en las calles, rodeado de gente mala que solo me usaba para su propio beneficio, fui maltratado, abusado, despreciado y pisoteado. Todo lo que viví me convirtió en un cascarón vacío que no sabe cómo dar o recibir afecto.
Llegue a pensar que estaba muerto y era un alma en pena, hasta que un pequeño bebé logro despertar en mí un extraño y cálido sentimiento.
Me detengo rato después hiperventilando del agotamiento, la cabeza me da vuelta por la falta de oxígeno, me recuesto en la lona hasta recuperar el aliento y al volver en sí, me doy una ducha larga en el baño del lugar recordando eventos despreciables del pasado.
La hora en mi reloj indica pasada las cuatro de la madrugada, el cansancio me lleva directo a mi habitación encontrando mi cama ocupada por dos invasores.
Suspiró aceptando que ya no estoy solo, que mi vida ahora está tomando un nuevo sentido y sobre mi hombro reposa está responsabilidad que por alguna razón el destino me dio.
(****) .
.
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Despierto aturdido escuchando un gran escándalo proveniente de la cocina. No estoy acostumbrado al ruido a tan tempranas horas de la mañana por lo que me levanto a inspeccionar que demonios pasa.
—Kylian, abre la boca, el avión, el avión. Niauuuu! —la progenitora de mi hijo hace unas muecas y un show extraño para darle de comer.
—Brrrrrr! —el niño escupe la comida como si apestara
—No, Kylian, no.. —el desastre en mi cocina me da dolor de cabeza
Entro buscando un vaso con agua y ambos se giran a mirarme
—Bhu-bu —el pequeño rompe el silencio, buscando mi atención
—No, bebé, aún tienes alimentos por comer—la madre insiste en darle de comer, pero este reniega asqueado
—Puah! —no le gusta el sabor
—Que demonios le estás dando de comer? —entorno los ojos hacia la comida con aspecto mohoso, sintiendo intriga
—Es puré de brócoli —dirijo mi vista al pequeño quien pide ayuda con desesperación
—Que hizo para recibir tan horrible castigo? —cuestiono con sarcasmo hacia la madre
—De que hablas? El brócoli es un alimento saludable para los bebés
—Permíteme —le quito el recipiente de las manos y lo tiró a la basura
—Que haces? —espeta indignada
—Voy a prepararle a mi hijo comida de verdad —me riñe, pero la ignoro sacando de mi frigorífico manzanas, plátanos, cereales y leche.
Uso lo aprendido en internet dando como resultado un desayuno más apetitoso y nutritivo. Acto seguido tomo a la criatura y la siento en mi regazo para alimentarlo sin tanto espectáculo.
—Como es posible? —la madre no puede creer lo que sus ojos ven
—Que?
—Él no pone objeción a tu comida —musita con incredulidad
—Porque mi comida no es aburrida
—Que estás queriendo decir?
—Que tu comida apesta.
—No es cierto —se ofende —. Mi puré de brócoli es el mejor y tiene muchos nutrientes Verdad kylian? —el niño la ignora
—Ya ríndete. Tienes muchas más opciones con mejor sabor —blanquea los ojos —. Deberías aprender a variar los sabores en su alimentación o fácilmente se aburrirá —aconsejo como si fuera un experto en maternidad
—Bien lo admito, soy mala en estas cosas. Mi madre era quien me ayudaba con todo lo referente a su alimentación.
—Pues debiste prestarle más atención —entono mordaz
—Lo sé, ella siempre me lo decía —reconoce con un suspiro melancólico
—Hablas en pasado, acaso ha muerto? —extiendo el tema conociendo perfectamente todo sobre su vida
—No lo sé. Dímelo tú —me mira de manera sospechosa
—Por que habría de saberlo? —finjo ignorancia
—Me investigaste, has de saber que mis padres están desaparecidos y que no he tenido noticias suyas desde que me tienes presa en este lugar —busca reprochar
—Desconozco la situación, tampoco es algo que me interese —devuelvo terminando de darle de comer al pequeño
—Eres un ser tan insensible, despreciable y malvado —me insulta con palabras que en nada me ofenden
—Deberías moderar tu vocabulario frente al pequeño, una buena madre siempre da buenos ejemplos —se muerde la lengua evitando caer en mis provocaciones
—Si hay un poco de bondad en ti, te pido que me ayudes a tener noticias de mis padres —esta vez suaviza su tono de voz
—Lo siento, pero soy un hombre muy ocupado y en realidad no soy nada bondadoso —me niego a ayudarla —. Te encargó al niño, si necesitas algo pídeselo a los guardias que estarán custodiando la salida —pongo en sus brazos al pequeño quien rápidamente entierra su cabeza en su pecho buscando su tesoro oculto
—Por favor. Te estaré muy agradecida si me ayudas —su mano se cierra en mi antebrazo con súplica
—Mis favores salen caros, niña —digo para que desista.
—Estoy dispuesta a hacer lo que me pidas —asegura con valentía
Lo pienso
Quizás saque ventaja de esto
—Está bien —me comprometo por puro interés —. Hoy mismo buscaré información. Espero y no te acobardes cuando quieras cobrar el favor —dejo que mis últimas palabras la perturben mientras salgo de la cocina
Soy consiente de que la policía no dará ninguna información, por la simple razón de que todos los cuerpos de seguridad de la región está comprado por quien planifico la desaparición del avión donde viajaba el matrimonio Agazzi, pero eso es algo que aún no puedo revelar.
Así que pienso en una historia para engañar a la hija de los Agazzi y tenerla controlada, en tanto este asunto se resuelve.
El día se me hace largo y es en medio de una reunión con traficantes de oro y piedras preciosas que me hago consiente de lo ansioso que estoy por volver a la cúpula.
Llegó temprano a la fortaleza y mato tiempo en la habitación de pánico observando el comportamiento de Kylian con su madre por las cámaras de vigilancia.
El pequeño sonríe mientras escucha el canto de su progenitora y los horribles mimos que esta hace con su cara, el lugar es un completo desorden, cojines y juguetes regados por todos lados.
Nada de eso me importa al ver esa sonrisa de felicidad en el rostro de mi hijo.
—Objetivo no identificado —las alarmas se encienden atrayendo mi atención.
—Requiero más información —exijo por el intercambiador
—Un auto no identificado ha atravesado nuestros parámetros —reponde el centinela a cargo de la seguridad del ala norte
—Envíenme las coordenadas —salgo del lugar para encargarme yo mismo del asunto
Recibo la ubicación del objetivo y subo a mi auto siguiendo la señal del intruso, mi gente me pisa los talones cuidándome las espaldas en tanto saco mi armamento dispuesto a defender lo mío. Al acercarme al sospechoso descubro que todo ha sido una falta alarma.
—Blanco identificado, falsa alarma —informo por la radio para que todos vuelvan a sus posiciones.
Estaciono al lado del auto del supuesto intruso y observo como se baja su tripulante, vistiendo un atuendo negro y llamativo.
—Me puedes explicar quien demonios te dio mi ubicación? —reclamo también bajando de mi auto
—Asi es como me recibes, cariño? —Sarah evade mi pregunta guindándose de mi cuello como un coala
—Ya deja de jugar con mi paciencia —la aparto rabioso —. Te necesito en Cefalú, devuélvete por dónde viniste, porque aquí solo me estorbas —soy sincero y poco delicado con mis palabras
—Me iré una vez le haga la prueba de paternidad al niño que dices es tu hijo —manifiesta la razón por la que se encuentra en el lugar
—No te atrevas —le lanzo una mirada mortífera
—Conmigo no funciona tus intimidaciones, cariño —me sonríe de manera desafiante
—Te estoy dando una advertencia, Sarah. Depende de ti obedecer o pasar sobre mí y atenerte a las consecuencias.
—Me prendes cuando te pones rudo —pestañea coquetea ignorando mis palabras
—Bien. Haz lo que quieras, luego no me vengas con lloriqueos —entro nuevamente en mi auto y arranco furioso dejándola atrás.
Creo que fue mala idea confesarle sobre la existencia de Kylian, aunque de todas formas se iba a enterar. Sarah ha hecho de todo para atraparme y cuando digo de todo no exagero. Recuerdo que una vez intento drogarme para que la tomara sin protección, fue mi astucia la que me salvó de su artimaña. Su locura ha llegado muy lejos y no me sorprendería que tome ensañamiento en contra de mi hijo al verlo como un obstáculo en su camino. La conozco desde hace muchos años, la aprecio y respeto por ser mi aliada en muchas cosas, pero su obsesión conmigo se ha salido de control.
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Editado: 22.07.2024

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