Mi mejor capitán

Reino Teste
(Hace 4 años)
 

Aún recuerdo mi equipo, aquel que no era ni el más alto y bajo de la militarizada. Todos nos cuidamos como una familia, en ese entonces yo era el más joven de los cuatro. Dayan, Maicol y el Capitán Jaison. No recuerdo el día en que el capitán no sonriera, siempre tan optimista y fiel a su patria.

En los entrenamientos me sobreexplotaba y sacaba todo mi potencial. Al ser un híbrido incompleto mi poder fue más lento de percibir. Maicol era un integrante de uno de los equipos de otro Reino, debido a su mala actitud desde que ingresó a la militarizada a pasado por muchas. Fue abandonado a su merced porque su madre no soportaba su hiperactividad desde niño.

Dayan era buena con la magia, su familia había muerto en un trágico incidente, una bomba explotó su casa asesinando a toda su familia. Los militares la encontraron vagando por las calles, deseosa se venganza, le inyectaron un don que fuera aceptado por su cuerpo. Magia, para su suerte.

El Capitán no se libraba de la mala suerte, desde que llegó le fue difícil llegar a su puesto, muchos no confiaban en él. Sus antiguos compañeros pensaban que en el primer combate moriría. Después de eso, ellos estaban bajos los escombros. Siendo aplastados por el éxito de aquel hombre.

Un equipo imperfecto, pero nos cuidabamos la espalda. Siempre nos mantenían lejos del fuerte pero éramos capaces de derribar unos cuantos. Dayan siempre se quedaba con las ganas de seguir cortando cabezas. Pero su poder tenía un límite al cual no podía sobrepasar.

El Capitán era un hombre fuerte y lleno de muchos deseos que no pudo cumplir. Un hombre que arriesgaba su vida en cada batalla a la era enviado. Siempre protegida a los heridos, recibía una bala por aquellos inexpertos que tomaban esto a juego.

Yo soy un ejemplo de ellos, no tenía la fuerza suficiente para cargar un arma, mi cuerpo no era el adecuado para alguien que protegería a su escuadrón. El Capitán no se rindió conmigo, siempre insistía en que llegaría a ser como él. Siempre bromeaba en negarle que me convertiría en un idiota musculoso.

Cada guerra fue ganada por nuestro cuartel, pero no siempre sucedería.
Una temporada, tuvimos que enfrentarnos al Reino Beles, una guerra fría que tardó 2 meses. Nuestras fuerzas no pudieron detener su trinchera. Al parecer el Reino enemigo cometía delitos transfiriendo más de un don a los internos, ocasionando que estos se volvieran más fuertes y difíciles de asesinar.

Tan pronto y derribaron a los mejores, pronto vendrían a asesinarnos. La mayoría no se enfrentaba a los más poderosos, los cobardes fueron los primeros en morir. Por otra parte, mi Capitán sacó su mejor arma y defendió a su Reino, pero no era su rival.

El primero en caer de mi equipo fue Maicol, uno de los soldados lo sujetó por el cuello colocándole un collar de granadas. Tan pronto como chasqueo los dedos, el cuerpo de Maicol desapareció. Dayan al querer venganza, se lanzó a ellos. Su magia no estaba al nivel del enemigo. Cruzo su límite y exploto. Su pierna estaba a la mitad, tomé su cuerpo e hice un torniquete.

Como cobarde me escondí, mis manos temblaban del terror que estaba experimentando. El Capitán Jaison me golpeó para que reaccionara. Me ordenó marcharme y llevar a Dayan a la zona segura donde estaban los médicos. Sabía que si me iba en esos momentos, el ya no regresaría. El enemigo le pasaría una bala por el cráneo para después venir por nosotros.

Dayan no podía más con el dolor de su pierna, estaba perdiendo demasiada sangre. Reuní el poco valor e intenté volar, pero uno de los soldados dañó mis alas. Corrí lo más que pude, pero Dayan estaba muriendo. Intenté hablarle pero no reaccionaba.

Mi cuerpo calló al suelo por la liberación de estrés, todo había terminado, en un simple abrir y cerrar de ojos mi equipo ya no estaba. Pronto acabarían con mi dolor esos soldados que me seguían. Trate de mirar al cielo como último deseo, recordando los momentos felices que tuvimos. Las locuras que pasábamos, pronto nos reuniriamos nuevamente. En un lugar donde no existan guerras ni dolor.

CONTINUARÁ...