Amor

Los días próximos la feliz pareja se notaba alejada, pues solo faltaba una semana para el gran día de la coronación, ningún error se permitía cometer. En los pocos tiempos libres ambos se reunían en aquel invernadero que estaba siendo cuidado por ellos. Era su método de escape para hablar sobre sus deberes, por otro lado, sus mensajeros espirituales eran el uno para el otro, a pesar de ser un zorro antártico y un búho, su relación era muy buena. Con ello podrían asegurar que su matrimonio no correría riesgo.

Uno de los días cercanos a la coronación el príncipe Jerry estaba en el reino, era en uno de los días en los que Lee se veía más tiempo con Michael en el invernadero. Camino al lugar Lee se topó con el Príncipe. 

—Hola bella dama, hace mucho que no nos veíamos —comenta con voz seductora.

—Buenas tardes majestad, ¿qué lo trae al Reino? —cuestiona severamente.

—Solo pasaba a ver a una bella mujer que desde el día del incidente quedé hechizado. Ese momento heroico al proteger a Michael, me hizo asegurar que deseo hacerla mi compañera —Lee solo ignoró sus palabras e intentó seguir.

—Discúlpeme majestad pero tengo trabajo que hacer, como sabe todos en el Reino estamos preparando la coronación de su primo Michael —eso último no le gustaba escuchar al hombre.

—Parece que mi primo ya hizo su jugada —Lee se detuvo a escuchar sus palabras—. ¿Qué mentiras te dijo para conseguirte engañarte? ¿Qué te amaba? —Jerry se acercó a su hombro—, hazte a la idea que no fuiste la única mujer en su vida, ¿por qué crees sigue sin una esposa? No llegaste a este Reino por ese maldito destino.

—Majestad, cualquier cosa que salga de su boca no me hará cambiar las decisiones que yo tome con mi vida. Michael es quién me dirá sus razones, no necesito de la ayuda de su primo para saber la verdad.

Un sabor amargo quedó en el lugar, Jerry no convencería tan fácilmente a Lee, tenía que usar otros métodos para alejarla del camino. 

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Al llegar al invernadero Lee parecía molesta, no se dejaría llevar por las palabras de alguien que a penas conoce, por más familia que fuera de Michael un odio se estaba ganando en la vida de Lee.

—¿Qué sucede Lee? Te noto tensa —curiosea acomodando un mechón de cabello.

—No es nada, pero cuéntame ¿ya está listo tu traje?

—Si, mañana tengo que checar los últimos toques y pronto nos quitaremos de todo este teatro de encima.

—¿Qué no estas ansioso por la coronación?

—Por supuesto, es solo que no me hago a la idea de estar tanto tiempo alejado de ti.

—Oh vamos, ahora dirás que no puedes hacer nada sin mí al lado —bromea empujándolo.

—Pudiera ser —contesta riendo por la situación. 

El ambiente era el adecuado, el lugar estaba en silencio, sus ojos quedaron a la par mirándose aleatoriamente sus labios. Michael tocó su mejilla acariciándola lentamente, acercó su mentón para por fin sellar el momento con un tierno y dulce beso que había sido esperado desde hace mucho tiempo. 

—Michael, necesito... —anuncia Philip dándose cuenta que había arruinado el ambiente. Ambos se alejaron y Michael observó con odio a su amigo—, discúlpame no era mi intensión interrumpirlos —lloriquea apenado.

—Descuide Ministro, tengo cosas que hacer, los dejaré solos para que continúen trabajando —menciona Lee dejando a los caballeros solos—, te veo más tarde —susurra despidiéndose.

—Ya veo que no pierden el tiempo ustedes dos —bromea Philip chocando el codo de Michael. 

—Si tan solo te atrasaras unos minutos, quizás no hubieras arruinado el ambiente —rechista molesto.

—Vamos amigo, no es como si ese hubiera sido su primer beso —Michael lo miraba con más enojo— ¡Qué! Realmente no sabía, perdóname —dice sorprendido alejándose de él para que no lo golpeará.

Después de ese día Lee ya no apareció por el Reino, había sido tragada por la tierra. Su rastro había sido borrado, alguien había cometido tal acto para sabotear los planes de la coronación.

Michael no podía dejar que las cosas se salieran de control, mando a todo su equipo a investigar quienes estaban en el Reino, el registro llegaría en unos minutos, al ver la lista identificó a uno de los posibles sospechosos.

—Príncipe Jerry Dorian, mi primo —murmuró viendo molesto a Philip.

CONTINUACIÓN...