Dulce Tormento

Unificación

El día de la boda finalmente llegaba, ambos Reinos estaban presentes para unificación de sus familias. La novia vestía un hermoso vestido blanco que resaltaba su figura, el novio estaba con su traje de monarca, aquella copia que su padre usó el día de su boda. Todos en el Reino aprobaban la gran ceremonia.

—La unión de dos sangre pura marcará el inicio de una nueva era —anuncia el obispo permitiendo que los mensajeros espirituales se mostraran saliendo de ambos—, se convertirán en uno solo, lucharán con su ciclo de sed bebiendo su propia sangre. Nadie interferirá en su deseo, ustedes serán responsables de su bienestar. A llegado el momento de intercambiar sus mensajeros espirituales.

Al colocar Michael el anillo de Lee en su dedo en el entró su mensajero, aquel que protegería su bienestar y le permitiría ser solo suya. De la misma manera pasó con el anillo de Michael, su lazo estaba sellado al beber de una copa su sangre mezclada. 

—Rey Michael V del Reino Hero, acepta a la Reina Lee Overflow del Reino Wesley para amarla siempre y protegerla toda la eternidad...

—Acepto.

—Reina Lee Overflow del Reino Wesley, acepta a su majestad Michael V para amarlo, protegerlo y cumplir su rol como protectora de su esposo..

—Acepto.

—Por el poder que me otorgan los dioses, hoy está unión es finalmente consagrada. 

Todo el pueblo se regocijo de alegría, el Príncipe no solo había subido al puesto si no conseguido una bella mujer como su acompañante. Este seria el inicio de una nueva historia.

La pareja subió al trono para recibir ambas coronas que finalizarían con su ceremonia. 

—¡He aquí a sus Reyes! —anunció el obispo.

—¡Viva el Rey Michael V!

—¡Viva!

—¡Viva su majestad, la Reina Lee!

—¡Viva!

Todos en el Reino estaban de fiesta, nadie podía trabajar en este día, todos debían celebrar de la misma manera. Los chicos al ver de cerca como su Capitana se había convertido en una bella mujer aprobada por los dioses no faltaron en estar ansiosos por ello.

—¡Hermana Lee! —exclamó una pequeña. Al voltear al lugar donde provenía esa tierna voz, Lee reconoció a esa personita.

—Miren quien está aquí, la hermosa Iris. ¿Cómo estás cariño? —responde con una gran sonrisa.

—Lo siento capitana, cuando supo que estaríamos con usted, no paro de insistir que deseaba verla —comenta Ted apenado.

—Descuida, estoy feliz de verla. 

—Hermana Lee, te ver hermosa. 

—Gracias querida, pero tu también lo eres —la pequeña solo se río. Había cambiado bastante desde la última vez que se vieron, su enfermedad había desaparecido debió a la gran influencia de la pequeña flor.

—Lee te vez hermosa —dice Hank abrazándola—, finalmente conseguiste uno de tus logros. Ser feliz con alguien. 

—Te lo agradezco Hank, realmente te has convertido en un gran hombre.

—Todo fue gracias a ti —Lee estaba disfrutando de la compañía de sus seres queridos, Hina estaba feliz de volver a encontrarse con ese pequeño de hace unos años. 

Por su parte Colly estaba algo distante, Lee al notarlo decidió dejar un momento a su esposo y acercarse a mantener una conversación.

—¡Oye tu! —anuncia llamando la atención de Colly—, ¿qué no vas a felicitarme?

—Por supuesto, le deseo mucha felicidad a usted y a su pareja.

—¡Uhmm! No sé si esas palabras son serias —Lee tomó un asiento a su lado y siguió hablando—, eres demasiado serio con las palabras pero veo que te preocupa algo, ¿quieres compartir tu pesar conmigo? 

—Realmente nada se te puede ocultar Lee. 

—Llevamos tantos años juntos, somos uno en la guerra. El mejor equipo de hecho —susurra eso último viendo afuera.

—¿No extraña el frente de la guerra?

—Claro que lo hago, le dediqué muchos años de mi vida. Aunque puede que ya no sea necesario volver, seguiré protegiendo la vida de muchos. En donde quiera que este voy a usar mi fuerza para cuidar a aquello que amo —contesta viendo en dirección hacía Michael y Hina.

—A cambiado Capitana, quien iba a pensar que se casaría o sería una princesa.

—Ya sabes, el destino siempre te sorprende —ambos se vieron tranquilos, las cosas ya no serían iguales. Lee seguiría feliz mientras todos hacen sus vidas en caminos muy distintos —. Apropósito, este momento lo deberías aprovechar para confesarte. No creas que no supe que estabas loco por mí —Colly solo se sorprendió al escuchar sus palabras, este solo se río para cortar la incomodidad y se puso de pie.

—Jamás lo admitiré —responde firme.

—Típico de ti. 

Ambos se fueron para integrarse a la fiesta, Colly se embriagaría para quemar ese sentimiento que antes tenía por Lee, lo único que deseaba era su felicidad. Todos estaban de acuerdo con ese deseo, Lee se había convertido en una gran mujer, fuerte, justa. Ese gran demonio que muchos murmuraban en la militarizada, ese mismo que protegió y cuidó a sus compañeros, sanándoles aquellas heridas del pasado.

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Los novios se retiraron para marcharse a su habitación, dejaron la fiesta a medias con los congresistas, socios y amigos de la pareja. Todos disfrutaban del licor y comida. 

Aunque no lo parecía ambos estaban nerviosos por lo que pasaría esa noche, al entrar a la habitación Michael tomó con delicadeza su cintura dándole un tierno y duradero beso. 

—Te amo Lee —murmuró abrazándola. Se le notaba muy nervioso a lo que se aproximaba.

Lee tomó su mano llevando a su amado a la cama, quería hacerlo sentir cómodo. Al tenerlo frente a frente Lee beso con más profundidad, el aire estaba acabándose por lo que bajo a su cuello dando pequeños besos sobre su piel, mientras que Michael bajaba lentamente el cierre del vestido.

Al ver la poca desnudez de Lee no pudo estar tan nervioso, sus orejas estaban tan rojas como el arreglo floral de rosas que estaba sobre la mesa.

—Creo que estoy soñando —susurra viéndole—, eres tan hermosa Lee. ¿Estas cómoda con esto?

—Lo estoy. Amo y deseo al hombre que esta frente a mí —alude dándole más confianza. 

Ante su confesión, Michael decidió bajar completamente aquel gran cierre que cubría la belleza de su amada. Lee siguió sus movimientos desnudando al hombre que seria completamente suyo esta noche. 

Pronto estaban bajo las sábanas, acariciándose, besándose, dándose ese amor que ambos merecían. Michael fue tierno al entrar, se contuvo durante mucho tiempo para hacer especial ese momento, la noche sería eterna para ambos, todo era mágico. 

CONTINUARÁ...
 




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