Sabes, recuerdo muy bien aquel día. Cuando me propusiste matrimonio.
Me llevaste a comer lo que yo realmente amaba, y no hablo de helado, fuimos a un restaurante, después de eso nos fuimos a ver la película que yo quería, y al atardecer en un edificio precioso con una vista hermosa me lo propusiste. Esa vez llore bastante, pero fue de felicidad, amor.
Nuestra boda.
Estaba realmente feliz de poder casarme con el amor de mi vida, y si, eras tú jungkook.
¿Recuerdas cuando te escabulliste de mi padre para venir a verme en la otra habitación?
Fue divertido ver su expresión de sorpresa disfrazada con su falso enojo.
— ¡Los novios no se deben de ver antes de casarse! — gritó mi padre sacandote a patadas, antes de hacerlo, me gritaste un-:
— ¡Te amo mi vida!
Sonriendo saliste con mi padre. Esa vez me hiciste reír por un rato, también quería escapar para verte pero mi madre fue más lista de lo que pensé.
Llegó el momento de ir hacia el altar, viendo a toda tu familia y a la mía, después te mire viendo como una sonrisa se expandía por tu rostro y unas cuantas lágrimas derramabas al verme caminar hacia ti escoltado por mi padre, ante todo jamás te quite la vista de encima y tú tampoco lo hiciste.
Al final de la fiesta nos fuimos en tu limusina hacia el aeropuerto, ¿Recuerdas a donde fuimos por nuestra luna de miel? Sí amor, fuimos a París, me hiciste aún más feliz, sabías que ese lugar era mi sueño visitarlo y lo cumpliste amor.
Cenamos y nos fuimos al hotel en donde bien recuerdo la habitación era preciosa, en esa misma noche nos unimos, porque el hacer el amor lo hacíamos a cada minuto, al ver tu ojos mirarme con un brillo especial, al regalarme una sincera sonrisa, decirme un te amo cada noche antes de dormir abrazado a ti, para mí, eso fue hacer el amor porque me consta de que ambos eramos la definición de lo que se llamaría aquel sentimiento que te llena el alma, que te hace ver que no todo está perdido en esta vida, exactamente, el amor.
¿Recuerdas las veces en que no te querías separar de mi? Me llevabas a tu trabajo por lo mismo, mi amor. Era divertido lo era más al ver lo celoso que te ponía si hablaba con tus compañeros y amigos del trabajo, al final del día me mimabas mucho, así que valía la pena ponerte celoso.
También ¿recuerdas los hermosos apodos que me dabas? También cuando me mal criabas mucho, me comprabas casi todo lo que veía, aunque te dijese que no era necesario comprarlo, siempre llevaba cosas nuevas a la casa.
Nosotros no necesitábamos de nadie más, en nuestro mundo, solo existimos tu y yo. Pero, entonces ¿Qué fue lo que pasó?
Házmelo saber, mi amor, ¿cómo fue que llegamos a esto?
Yo te quiero a mi lado, no me importa si está mal, yo tan solo te quiero a mi lado apoyándome como siempre lo hacías alguna vez en el pasado, quiero volver a escuchar un te amo de tus labios, quiero volver a sentir un abrazo tuyo, quiero sentirme querido mi amor, no como ahora, me siento usado
Me siento usado, y como cual muñeco tirado al ya no divertir.
Por favor, haz me saber que fue lo que estuvo mal, le suplico a la luna una respuesta, siempre rogando por una respuesta que se que jamás llegará.
Jungkook, no dejes que mis palabras se pierdan con el viento, no dejes que mis lágrimas se confundan con la lluvia.
Mi amor no me abandones de la peor forma, te lo suplico.
Mi amor, no tan mio, no dejes que me hunda en esta soledad. Aunque ya no me ames, yo sé que mi corazón sigue latiendo ante tu presencia como siempre lo hizo desde que te conocí.
Mi amor, se que ahora debo dejarte partir, por el bien de ambos, quisiera ser egoísta en este momento y aferrarte a mi pero se que no puedo.
— Te amo y siempre te amaré, Jeon Jungkook.— dijo contra el cristal de la ventana viendo cómo su aliento se marcaba en ella.
Miró con nostalgia la ventana la cual era golpeada por pequeñas gotas de lluvia, recordando cada uno de los hermosos momentos que pasó con su amado dejando caer una pequeñas lágrimas de sus ojos almendrados.
Desde el marco de la puerta, lo observaba su apreciado amigo rubio, cual no evitaba sentir un poco de tristeza al ver como su amigo se rompía en pedazos por un chico el cual, decía él, que no valía la pena y menos ahora sabiendo lo que hizo.
Tiro dos años por la borda, por 'salir' con un chico que le encantaba estar en la cama de cualquier hombre.
— Nos iremos de aquí — susurró hacia su amigo quien seguía llorando.— Nos iremos lejos, no te preocupes.
Siguió hablando a pesar de que no era escuchado.
Editado: 16.03.2019