Callie le había pedido a su hermana que se reuniera con ella en un restaurante local el sábado por la noche. Dispuesta a informarle que se mudaria al penthouse de Grant.
Algo que no era una simple decisión, ni algo que Joey se tomará a la ligera.
Ambas han sido hermanas y vecinas, por lo que no ha existido una brecha tan larga o prologanda, y le preocupaba que su temporal mudanza pudiera provocar algún tipo de distancia con Joey.
A medida que pasaban los minutos, sentía que se estaba acorbardando, una sensación que se negaba a sentir, debido a las cosas y personas que pueden llegarse a perder.
Solo por temer expresarte.
Sermoneandose a si misma, recordó estar metida en estos líos por sus brillantes ideas.
Minutos más tarde, Joey apareció en la entrada del local, luciendo jovial y risueña con su aspecto.
—Hola, hermanita. —expresó como un saludo, besando furtivamente la mejilla de Callie para proceder a tomar asiento.
—Hola. —Callie sonrió.
—¿Haz hecho la orden? Tengo mucho hambre.
—¿Pollo frito con papas? Pronto estarán en la mesa.
—Me gusta eso. —exclamó Joey, mirando a su alrededor, para terminar de centrarse en ella—. ¿Cómo ha estado tu semana? Quiero escuchar todo sobre tu suculento y misterioso prometido.
Callie no pudo evitar reírse ante esas palabras. —Ha sido muy divertido, sobre todo los encuentras con Ginny y Fred.
Las siguientes horas se trataron de Callie, contándole a resumen sus salidas, haciendo más énfasis en la degustación de pasteles el día anterior. Riéndose de como Ginny recibió el impacto de que Grant había reservado una de las pastelerías más exóticas, caras y exclusivas. Gusto del cual ni con una mini fortuna pudo obtenerlo.
Había onmitido la parte donde Grant soltó que vivían juntos, no tampoco había comentado la propuesta de Grant.
Y lo más importante, que había aceptado tal cosa.
Joey estaba por terminar su postre, y para Callie, esa fue la oportunidad perfecta de darle la noticia.
—Joey... —dijo Callie, haciendo una pausa. Ella hizo un sonido desde el fondo de su garganta, señal de que tenía su atención—. Tengo algo importante que decirte.
Espero a que Joey terminara de masticar, para escuchar lo que tenía que decirle. Por lo que tomó un vaso de agua, dispuesta a beber. —¿¡Estás embarazada!?.
¡Doble, tiple y cuádruple mierda!.
Callie se atragantó con el agua, obteniendo la atención de la gente en las mesas cercanas. Joey no tardó en reaccionar y dar la vuelta para palmearle la espalda.
—Lo siento, debí esperar a que me dieras la noticia. —murmuró Joey, cuando Callie dejo de toser.
—No estoy embarazada. —Joey resopló, y tras eso volvió a sentarse.
—¿Que puede ser más importante para que tuvieras ese rostro temeroso?.
No existían palabras para endulzar.
Así que solo había una salida: ser directa.
—Me voy a mudar con Grant.
—Espera... Olvida lo que te dije. —Joey levantó sus manos—. ¿Dices que te mudaras con Grant?.
Callie desvío su mirada, pero tras morder su labio inferior, asintió. —Lo haré.
—¿Estás segura?.
No es como si existiera otra opción, pensó Callie removiendose en su asiento.
—Sí.
Joey suspiro, antes de tomar las manos de Callie sobre la mesa.
—Se que hemos estado siempre juntas, sin una distancia prominente que pueda crear un espacio entre ambas. Desde la muerte de nuestros padres fue así, y ambas hemos amado cada segundo de ello. —hizó una pausa—. Se que has pensado muy bien en eso, antes de estar sentado en esta mesa. Si tú crees que es una buena decisión, lo voy a respetar y apoyar como tu hermana. —Joey sonrió en demasía—. Sin conocerlo me ha demostrado que te hace feliz, solo hace falta ver el brillo en tus ojos y tu postura relajada.
—Esperaba más drama. —dijo Callie.
—No existirá drama cuando tu felicidad es el platillo principal. Se que puedo ser un poco metiche y tediosa contigo, pero lo hago para que nadie logré lastimarte de nuevo.
—Lo sé, y te amo por eso... Y por ser mi hermana también.
Joey soltó una risa. —Tambien te amo mucho... ¿Cuándo te mudaras?.
—La próxima semana.
—¿Que harás con el contrato de arrendamiento?.
—Solo faltan dos meses, seguire pagando.
Posiblemente solo viviría unas dos semanas con Grant, tiempo que faltaba para la boda de Ginny y Fred.
—Okey, Amber estará disgustada de no poder llevarte al trabajo, últimamente se divierte en esa ruta.
—No me quiero imaginar el por qué.
—Creo que empieza y termina con un nombre: Devin.
—Hummm. —Callie puso una mano en su barbilla—. Eso suena a problemas.
Joey no dejaba de reírse y sonreir como loca. —Y de los grandes.
—Espero que ese chico la trate como se merece.
—O en todo caso, que ella no lo noquee. —soltó Joey, antes de cambiar de tema—. ¿Podré ayudarte a empacar?.
—Si tienes tiempo, me vendría bien un poco de ayuda. Aunque iniciaré con un bolso básico.
—Hecho, además... Quisiera poder conocer a Grant.
Callie carraspeó un poco. —Él no tiene plobelma con eso, me sugirió lo mismo ayer por la tarde.
Los ojos de Joey brillaron con satisfacción. —Entonces no tendrá problema... Que ponga la hora y ahí estaré.