Alyssa se despertó con el sonido de su molesta compañera de cuarto moviendo cosas de sitio. Gruñó, poniéndose la almohada encima de la cabeza, tratando de bloquear el ruido.
Pero aquella chica parecía que lo hacía para molestra, así que siguió.
Alyssa después de unos minutos se rindió, quitándose la almohada de la cara y cogiendo su móvil de la mesa.
—Joder, ¿puedes levantarte ya?—dijo la chica molesta—.Me estás poniendo nerviosa con tus tonterías.
Alyssa le ignoró completamente, girándose, quedando de lado en la cama. Desbloqueó el móvil, cegándose con el brillo y miró la hora.
Se levantó de un salto, le quedaban diez minutos para estar sentada en clase.
Miró por primera vez a la chica de su habitación, que estaba pintándose los labios de un rojo exagerado, lista para irse.
—Ya que molestabas, podías haberme dicho que hora era—dijo haciéndose un moño rápido. Después se quitó el pijama para vestirse con lo primero que había visto.
—Tú podrías aprender a ponerte un despertador—respondio la chica, mirándose a través del espejo. Guardó el pintalabios en su bolso y le dio una mirada de arriba abajo antes de salir por la puerta—. Nos vemos.
Dio un portazo al salir, haciendo apretar los puños a Alyssa. Esta chica le ponía de los nervios.
Miró la hora, solo quedaban diez minutos para aparecer en clase. Agarró sus carpetas y su mochila entre todo su desorden y salió de su habitación para correr, esquivando gente. Al menos, al quedar tan poco para empezar la clase, los pasillos estaban casi vacíos.
Corrió hasta llegar a su clase de química, jadeando.
Se sentó al lado de su habitual compañera, y miró a sus demás compañeros, que estaban muy animados.
Se pasó una mano por el pelo y miró al chico, que miraba distraído su móvil.
—¿Que pasa hoy?—le preguntó, y el chico levantó la mirada de la pantalla para sonreírle.
—Han llegado algunos nuevos y todos quieren conocerlos—se encogió de hombros.
Alyssa asintió y se cruzó de brazos. El profesor, gritó para calmar a los alumnos, y empezar las proximas horas de clase interminables.
Alyssa con las carpetas desordenadas en los brazos, salió de el aula. Estaba muy cansada. Solo quería dormir un par de horas más, y olvidarse de libros.
Llegó al comedor y miró su habitual mesa, la que estaba al fondo. Se sorprendió al ver una chica sola allí.
Se acercó interesada. ¿Sería una de los nuevos?
La chica tenía el pelo muy claro, casi platino y estaba comiendo tranquilamente.
Podía presentarse e intentar entablar conversación con ella. Siempre está bien cuando se es nueva, conocer a alguien.
Se puso delante suya y le sonrió.
—Hola. Soy Alyssa White, encantada—se presentó Alyssa, manteniendo su mirada fija en la chica.
—Oh, encantada de conocerte. Soy Kristal Newdawn. Podemos comer juntas, si quieres
Alyssa se sentó a su lado, con una sonrisa agradable.
—Claro, puedes sentarte con nosotros cuando quieras —dejó sus carpetas encima de la mesa—. Espero que no te hayan acosado mucho al llegar.
—No te preocupes, ser la nueva siempre es complicado, ¿no?—dijo sonriendo, tomó los cubiertos y revolvió la comida que su madre había preparado para ella.
Se apoyó en su mano y miró a la chica frente a ella.
—¿Ser la chica nueva es tan complicado como lo pintan en las películas?—preguntó Kristal; medio en broma, medio en serio.
Sonrió un poco al mirar a la chica.
—¿Ser la nueva? No creo, a veces se exagera mucho en las películas—se rió suavemente Alyssa—. Hay un buen ambiente en esta universidad.
Pensó en lo que dijo, Kristal.
—No lo sé, puede ser que sí o que no, a mi siempre me cuesta un poco—le sonrió Kristal, intentando trasmitirle algo de confianza— . Aunque bueno, ya te he conocido a ti, así que ya es un paso, ¿no?—bromeó riéndose.
Alyssa se rió con ella.
Decidió comer con ella, aunque le dedicó una sonrisa emocionada antes.
—¿Dónde estás viviendo ahora mismo? ¿Eres de la ciudad?—preguntó Alyssa, antes de comer un poco.
Kristal abrió la boca para responderle a la chica cuando se percató del joven que acababa de llegar a la escena, interrumpiéndolas.
Thomas comenzó a andar hacia la mesa en la que estaba Alyssa, ésta lo vió hablando con otra joven que no conocía. Cuando estuvo suficientemente cerca las miró y dijo mientras se sentaba:
—Heyy, ¿y tú eres?
Miraba a la desconocida con aires de superioridad.
Kristal frunció ligeramente el ceño ante los aires de superioridad que mostraba.
—Kristal Newdawn—dijo de una forma no tan amable. No le gustaba la gente que actuaba de aquella forma, menos que se mostrasen tan bruscos. Sonrió amablemente, mostrando dos hoyuelos y ladeó levemente el rostro.
>>También puedo ser la que te muestre algo que nunca has visto—dijo e hizo un gesto con las manos como si mostrase un cartel—: Educación, ¿nunca te han dicho que debes preguntar, si ese sitio está ocupado?—dijo cambiando su mueca de una sonrisa a una ceja alzada.
Thomas se quedó sorprendido ante la contestación de la chica.
—Eyeyeyey. Tranquila, Kristal.—la miró con una sonrisa ladeada, un poco asombrado por la contestación—. Siempre me siento aquí.
Kristal, después de esto, miró a Alyssa disimuladamente para ver su reacción ante la escena.
Alyssa le había sonreído amablemente al verlo llegar, aunque no se esperó ese roce que acababan de tener.
Ni siquiera le dio tiempo a saludar a su "amigo" cuando ya se habían empezado a lanzar puyitas.
Entonces desdibujó un poco su sonrisa mirándolos a los dos como si fuera un partido de tenis y quiso intervenir.
—Hola Thomas—le sonrió de nuevo, Alyssa—. Ella es la nueva de intercambio, trátala bien—le miró casi como un ruego.
Después miró a Kristal.
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Editado: 21.05.2020