Eclipse

▪️05▪️

La música suave hace que cierre mis ojos, puedo escuchar el latir de mi corazón acelerándose poco a poco, la voz del profesor inunda el lugar, su tono es suave pero conciso.

— Traigan a su mente su lugar favorito, ese dónde se sienten seguros, dónde pueden pasar horas que parecen minutos, dónde son libres para hacer lo que desean, dónde se sienten felices y alegres, aquel lugar donde pueden ser ustedes mismos.

Mi lugar favorito era mi casa, con mamá y papá sentados en el gran sofá, papá recargado en uno de los brazos del sofá con la piernas abiertas y mamá entre ellas recargando su cabeza en el pecho de mi padre, yo sentada frente a ellos en posición de indio al igual que mi hermano mientras veíamos alguna cosa en televisión. Nosotros en el hermoso jardín de mi madre, jugando algún deporte o haciendo alguna actividad al aire libre los domingos dónde mamá no cocinaba y teníamos que pedir comida, mamá ponía un mantel como si estuviésemos de picnic. La cocina, dónde compartimos anécdotas de nuestro día mientras organizamos la mesa, comíamos entre historias que nos hacían sentir a todos más conectados a los otros.

Ese era mi lugar feliz.

Mi hogar.

Mi espacio libre.

Dónde podía ser quien quisiera sin temor.

Dónde me sentía segura.

Fue todo eso hasta que me encargue de que no lo fuera más, hasta que lo destruí, lo hice peligroso, con recuerdos horribles, donde ellos ya no están para recibirme después de un agotador día de clases dónde mi única preocupación era la escuela y mi novio, dónde mamá me visitaba por las noches y me decía una y otra vez lo feliz que era por qué yo llegue a su vida.

Lo destruí todo.

El dolor de su muerte es algo que llevaré grabado en mi mente por siempre, nada cambiará ese horrible sentimiento de culpa por haber hecho tal atrocidad, por no haber podido controlarme, por ceder el mando y atacarlos.

Nada cambiará que yo soy la bestia y ellos fueron la gacela indefensa que no debió cruzarse en mi camino.

Los culpo a todos.

Culpo a quien me abandonó en la puerta de mis padres.

Culpo a mis padres por recibirme, por darme amor y hacerme parte de su familia.

Culpo a mi exnovio por solo haber jugado conmigo mientras yo me enamoraba.

Culpo a mi hermano por no haberme advertido que los chicos eran crueles.

Culpo a mi amiga por no haber insistido un poco más para que me diera cuenta a tiempo.

Culpo a quien me envió ese mensaje donde me decían la verdad.

Culpo a mi profesor de química por haberme dejado salir después de haber recibido el mensaje.

Culpo a Dan por no negarlo.

Culpo a sus amigos que se rieron de mí aumentando mi irá.

Culpo a mi padre por llegar temprano a casa.

Culpo a mi madre por subir a mi habitación.

Culpo a mi familia por no haber huido a tiempo.

Pero la mayor culpa la tengo yo.

Me hubiese gustado que las cosas hubiesen sido diferentes, quizá justo ahora estaría en casa, con mis padres recibiendome cuando llegara de la universidad, comiendo todos en familia, pasando tiempo con Sun-Ho, yendo al cine con Min-Su, teniendo una tarde de chicas con mamá, viendo algún programa en televisión mientras esperaba por la cena, en mi cuarto haciendo mis deberes de la escuela, planeando mi fiesta de cumpleaños número 18, quizá pudo haber sido todo diferente o quizá hubiese pasado lo mismo solo que en un tiempo diferente, quizá era algo que no sé podía frenar y que tarde o temprano pasaría, pero me gusta imaginar que pude haber tenido la oportunidad de no dañar a mis padres, de ser lo que soy sin hacerle daño a los que amaba.

El tiempo es caprichoso, hace con nosotros como se le da la gana. A veces lo percibimos lento y otras acelerado, cuando lo queremos a nuestro favor se vuelve como un niño mimado que cuando hace berrinche arrasa con todo en segundos, cuando menos lo esperamos ahí está, recordándonos que todo depende de él.

La voz del profesor me trae de vuelta de mis pensamientos, camina por el lugar serpenteando entre los asientos.

— Pronuncien su nombre sin miedo — sus pasos resuenan en el lugar— abran ese vínculo entre ustedes y su lobo para comunicarse entre sí —agrega— no le tengan miedo, es una parte de todo lo que ustedes representan.

«Arath ¿Estás ahí?»

Suspiro, quizá esté molesta conmigo por qué no termino de aceptarla.

«Estoy aquí Surykata»

«No me llames así, solo el me llamaba así»

«Oh solecito, ya no te atormentes con eso el ya no está»

«Es tu culpa, tú me pediste el control y los dañaste»

«No — dice en un rugido potente — yo solo hice lo que me pediste, yo solo nos protegía»

«¿Que nos protegías? Nooo, tu los mataste»

«Los matamos Surya, tu lo deseabas tanto como yo, recuerda que soy parte de ti, no somos tan distintas lo único en lo que nos diferenciamos es en qué yo afrontó las cosas en lugar de esconder la mano después de lanzar la piedra, yo no me afligo ni me martirizo, se lo que soy y lo que hago y no culpo a los demás por lo que se fue mi error»

«No, no mientas yo jamás desearía hacer daño a mis padres. Yo jamás podría dañar a quienes me lo dieron todo, quienes me amaron y me cuidaron como si fuera una más de su familia»

«Abre los malditos ojos — suplica— quítate la puta venda de los ojos y date cuenta de lo que verdaderamente pasó ese día»

«¿De qué hablas?¿Cómo qué lo que pasó esa noche? Yo no recuerdo nada de esa noche, solo sus cuerpos moribundos en la sala y a Sun-Ho huyendo de mí.»

«Pues inténtalo, intenta recordar qué pasó ese día. Nunca te has puesto a pensar por qué no lo recuerdas, por qué la noche del vagabundo si la recuerdas, como lo atacamos después de que intentará hacernos daño, por qué lo del chico lindo también lo recuerdas, las inmensas ganas que tenías de hacerle daño, ¿Por qué esas sí y la otra no? Inténtaloooo, de una jodida vez date cuenta de que no somos las malas.»



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En el texto hay: lobos, alfa, amor

Editado: 18.01.2022

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