Eclipse

▪️08▪️

¿Cómo que voy a compartir departamento con…? Ay no ni siquiera lo voy a mencionar

Mafana Renette no hace más que dejarme en shock con lo que me acaba de decir, o sea de todos los malditos departamentos que hay en este lugar solamente ese está disponible. 

Vaya mierda. 

Camino junto a Ern rumbo a la cafetería cuando mi estómago ruge por comida, ahora que no vivimos juntos tendré que comprar comida ya preparada si no quiero morir intoxicada por mi o aun peor incendiar mi nuevo departamento. 

— ¿Dime que hare sin tu deliciosa comida ahora? — Hago un mohín que seguramente me hace ver infantil— ¿Cómo se supone que sobreviviré sin tu deliciosa pasta? —Me dejo caer sobre su hombro como si me estuviera desmayando— ¿Quien preparara mis alimentos por las mañanas cuando se me hace tarde? 

Finjo estar sollozando en sus brazos. 

— ¿Por qué? —Lo agarró de la camisa y comienzo a estrujarlo en busca de una respuesta— ¿Por qué la vida es tan injusta conmigo? ¿Por qué me castigan así?

—Orden número 21 lista— avisa la mujer que está atendiendo y es ahí cuando paro con mi exagerado dramatismo porqué hay algo más importante en lo que enfocarme. 

Tomamos asiento en una de las mesas más alejadas, las vistas de todos han estado sobre mí todo el tiempo y aunque finjo que no lo noto estoy atenta a todo, además los pensamientos de los demás son algo que aún no sé cómo callar por lo que tengo que vivir escuchando todo lo que piensan. 

— ¿Te ha dicho Miss Renette con quien compartirás departamento? —la pregunta me toma desprevenida y terminó escupiendo el jugo que estaba bebiendo— Puedo llevarte después de que comamos si gustas. 

Comienzo a toser como una foca con retraso mental y mi buen amigo Ernest en lugar de ayudarme se me queda viendo como si estuviera loca. Con estos amigos para qué quiero enemigos. 

—Si, me lo ha dicho— tomo una servilleta y comienzo a limpiarme.

— ¿y?

—Alfa Reed— mi voz sale apenas en un leve murmullo que me sorprende que me haya escuchado.

—Es joda ¿no? —si incredulidad tuviera un nombre, en este momento sería Ernest Hemingway— O sea él jamás ha tenido un compañero, ¿estás segura que él está de acuerdo con esto?

—No lo sé—jamás se me había pasado eso por la mente, ¿y qué tal si él no está de acuerdo?— la directora solo me ha dicho que compartiría departamento con él y que mis cosas ya estaban ahí—la expresión de su rostro a cambiado completamente— ¿Me acompañaras? Qué tal si me echa del lugar y no tengo a donde ir.

—Claro que te acompañare— asegura para mi buena fortuna— Aunque no creo que sea capaz de echarte. 

Terminamos de comer en silencio y sigo pensando en la posibilidad de que el Alfa Reed me eche de su departamento, nuestro primer encuentro no fue el mejor, prácticamente le grite en la cara que era mejor que él y lo humille frente al grupo, solo espero que no sea alguien rencoroso. 

Bueno que mi antiguo edificio era hermoso, pero esto literalmente me sobrepasa. Jamás había estado en esta parte de la universidad, el jardín frente a nosotros parece parte del paraíso con esos árboles tan perfectamente podados y sus colores vibrantes, el pequeño riachuelo que lo divide hace que le de toda mi atención, un montón de peces nadan en aguas tan cristalinas que se pueden ver a la perfección y entre todos los que están puedo notar a varios peces como aquel que tenía mi antiguo director en su oficina. 

Cruzamos por el puente de cristal y el imponente edificio se cierne sobre nosotros. Los colores oscuros predominan, el recibidor es algo muy parecido al de mi edificio solo que este es mucho más elegante, enormes lámparas con un montón de cristales cuelgan del techo, todos aquí están vestidos tan pulcramente que siento que desencajó en el ambiente, hay varias salas un poco más allá y lo que parece ser un salón de fiestas está hasta al final del pasillo justo antes de los elevadores. 

— ¿Sabes en qué piso está el departamento? — pregunto después de que el elevador se ponga en marcha. 

—Por supuesto que sí —le doy una mirada de lado— me ofende de sobremanera que creas que no, no estás hablando con un pendejo.

—Tranquilo fiera—levantó las manos a la altura de mi rostro— yo solo preguntaba. 

Odio los elevadores y su música aburrida de mierda, o sea porque no puede tener algo más movido que no me dé ganas de llorar y cortarme las venas con un apio. Veo a mi alrededor, no me había dado cuenta que las paredes del elevador eran reflejantes, así que casi cuando estamos a punto de bajar aliso mi cabello y me cercioro de no tener lagañas, no quiero dar una mala impresión de nuevo. 

Bueno, para ser sincera, al Alfa Reed le quiero dar y no impresiones. 

“Ay por dios Surya, te puedo escuchar” Se hace presenté nuestra querida Arath

“Me gustaba más cuando nos comunicábamos menos, así no tenías que fastidiarme entrometida” le digo en tono de burla.

“Aja chulita, si no estuviera aquí quién te daría consejos para echarnos a la bolsa al sexi alfa de la manada LDS” 

“Yo no quiero echarme a nadie” le digo ofendida.

“Mjm. Y la muralla china se construyó en una hora” comienza a reírse de mí. “conmigo no tienes que fingir nada, recuerda que soy parte de ti y sé como piensas”

“Te odio”

“Mentirosa”

La conversación termina cuando las puertas del elevador se abren y tenemos que bajar.

— ¿Estás seguro de que es el piso correcto?— el lugar está bastante desolado, hay tres puertas solamente y ya no estoy tan segura de que Ern realmente sepa dónde está el departamento del Alfa Reed.

—Mmm la verdad es que ya no lo estoy tanto— se lleva una mano a la cabeza y comienza a rascarla— Creo que es un piso más arriba.

Doy vuelta intentando encontrar un indicio que me diga si es o no el lugar, pero no hay nada, solo queda confiar en Ern. 

—Si, en definitiva es un piso más arriba.



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En el texto hay: lobos, alfa, amor

Editado: 18.01.2022

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