Aquí me tienes, mostrando mi lado más oscuro,
me querías callado, y me quité el bozal para no seguir mudo,
te di todo lo bueno por creerte mi mundo,
¿seguir amándote? Ya lo dudo.
Aparentar no es señal de expresión,
callaba y guardaba cualquier mala sensación,
me molestaba, porque ni mi poesía era la solución.
Soy exorcista por sacar todos mis males,
ahora uso estas páginas para contarles,
que callarse cuando no debes es deplorable,
porque hay una gran diferencia entre tolerar y ser amable.
Me harté de soportar a quien resta y no suma,
alejé a quien no actúa y solo duda,
que te hablan y al final solo son palabras mudas.
Todos me aman cuando ven en mí lo mejor,
pero me odian y se sorprenden cuando ven lo peor,
que no todo siempre es de un mismo color,
que se siente frío aun cuando transmites calor.
Corté los lazos de quien me ataba,
saqué la verdad de quien decía que me amaba,
me sentía como el lobo solitario que a la luna aullaba,
y entre soledad la lujuria me arrullaba.
Hubo quien dijo que estaría siempre,
y hoy, no quieren verme,
se alejaron al querer conocerme,
y hay quien los odió por tener la oportunidad de tenerme.
Me odian por lo que soy
y me aman por la misma razón,
que no es mucho lo que doy,
pero siempre lo daré de corazón.
No me preocupa quien se va,
pues cuido a quien se queda,
vete si no tienes ganas de estar,
porque si te vas no hay nada que pierda.