Edward Stephan

Capítulo 15. Uno por uno

Una habitación muy tensa, sus corazones casi saliéndose por la ventana miraron entrar al doctor. Sus rostros lo decían todo.

Se aferraban uno al otro para prepararse para una noticia. Tomados de las manos —muy fuerte— le saludaron.

—buenas tardes. ¿Cómo están?

— ¿cómo cree que estamos doctor? — dijo su padre

—tranquilos, respiren un poco. No es una mala noticia.

Sus colores de piel regresaron de lo más lejano que se habían ido. Describían tranquilidad y sus cuerpos se notaban más relajados aunque siempre atentos a lo que les diría.

—lo que les voy a decir es muy importante.

—pero díganos qué es, por favor

—sé que han permanecido luchando por mucho y a veces todo se vuelve demasiado cansado. Quienes se enfrentan a situaciones como estas se debilitan y quedan sin fuerzas. Solo hay dos caminos en todo esto: o luchas hasta el final o te rindes. Ustedes decidieron luchar contra todo.

Y quiero decirles que su lucha éste día ha acabado.

— ¿qué? — dijeron ambos en coro

—John. Ya conseguimos un donador. Te vas a curar.

La locura se desató en ese lugar. Los tres muy felices y emocionados se abrazaron con tanta fuerza que era inexplicable. El sol dibujaba esperanza en sus vidas y lo era todo. Morían por conseguir que su hijo viviera. Ni siquiera podían creerlo. Tantos meses buscando un donador luchando ante cualquier adversidad y ese día su cansada batalla se acabaría.

—Gracias doctor— dijeron

—no me agradezcan a mí.

—y ¿sabe quién es la persona que ayudará a mi hijo— preguntó su padre

—por supuesto. Por cierto él está aquí ahorita. ¿Quieren conocerlo?

No habían ni siquiera respondido cuando John ya estaba listo para salir y conocerle.

—Claro que si queremos— dijo John

Volteando su vista les dijo que le siguieran para buscarlo.

—debe andar por allí... ya lo encontramos.

Sus padres salieron y viendo al pasillo voltearon a ver a todas las personas que había en cualquier lado que vieran.

— ¿el amigo de John? Preguntó su mamá

— ¿Edward? — dijo John

—veo que ya lo conocen.

Su madre no lo podía creer y abrazó a su esposo.

—EDWARD— gritó con mucha fuerza que alcanzó a escuchar a lo lejos.

Él y Amber voltearon a ver y observaron que alguien venía corriendo hacia ellos.

—Amber... te presento a John.

Corría y corría para llegar a él y no paró hasta abrazarlo. Estaba llorando —estaba muy conmovido—

—no llores— dijo Ed

—GRACIAS— fue lo único que salió de su boca, no paraba de llorar.

Sus padres junto al doctor estaban llegando.

—mírame. Limpia esas lágrimas y sonríe okay— dijo limpiando sus lágrimas con sus manos

John no lo soltaba, se aferraba a él.

Sus padres le abrazaron también y le agradecieron. No cabía tanta felicidad en ellos.

El doctor se fue y les dejó hablando.

—quiero presentarles a alguien. Ella es Amber, es quien me ha apoyado bastante.

Ambos le saludaron con un abrazo. John lo hizo después de ellos. —eres muy bonita— dijo

—muchísimas gracias John. Tenía muchas ganas de conocerte.

— ¿en serio? ¿por qué?

—Ed me habló muy bien de ti y me dijo que eres un niño muy bueno y muy inteligente.

—él sí que sabe— dijo. Todos se echaron a reír.

La conversación no paraba por ningún lado. Pasado un rato llegó el doctor para informarles lo que procedía.

La operación la harían el siguiente día. Ya tenían reservado el quirófano a primeras horas del día. Hoy debían hacer exámenes y descansar un poco.

Los padres y Amber fueron a sus casas para llegar temprano en la mañana y estar pendiente a todo. Antes de irse se despidió de Edward.

—descansa sí.

—tú también hazlo, gracias por estar aquí. Luego iremos por comida, ¿te parece?

—sí, definitivamente lo haremos

Ella se fue con los papás de John. La iban a ir a dejar a su casa

—no se preocupen, descansen y mañana vuelven. Yo cuidaré de él.

—gracias, de verdad gracias— dijeron

                                                                                         ✧✧✧✧

Ambos estaban un poco nerviosos por lo que pasarían pero trataron de evadir eso distrayendo la mente en algo que les hiciera sentir mejor. Tenían un desempate pendiente, podían dibujar y pintar algo y hacer del tiempo más ligero, menos pesado.

Reían aunque tenían presente que el tiempo se hacía más corto pero lo disfrutaban aun así.

En ocasiones escuchaban la palabra quirófano y se detenían.

— ¿tienes miedo? — preguntó John

—claro que lo tengo. ¿Tú tienes?

—sí.

—tranquilo. Todo estará bien. Tenemos un buen médico que hará muy bien su trabajo. Pronto podrás salir de aquí.

—es cierto, y haré muchas cosas— dijo.

Se ayudaban entre ellos y hacían menos del miedo. El tiempo pasaba no tan deprisa pero lo hacía hasta que se agotó y les mandaron a dormir. Edward fue a dejar a John hasta su lugar y le arropó.

—descansa, mañana será un gran día y todo irá bien.

—gracias. Eres una buena persona— respondió casi quedando dormido.

Muy lentamente salió para que durmiera e hizo lo mismo, fue a dormir. Le costó un poquito más dormirse pero luego de confiar cerró sus ojos hasta el siguiente día.



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En el texto hay: romance, valentia, amor dolor

Editado: 12.09.2020

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