Decido hablar con mamá con lo que me está pasando, tengo la sensación de que ella es la zoóloga que descubrió sobre el fenómeno de la migración de corazones, necesito respuestas y tengo que saberlas ahora.
—Madre, puedo hablar contigo a solas— digo imponente.
Ella me ofrece sentarme en el sofá para que platiquemos amablemente y dudo mucho que yo pueda logar eso.
—¿Qué quieres hablar? — Dice angustiada.
—La migración de colores— digo.
—Lo que te ocurrió fue traumático, debes superarlo — dice.
Le lanzo sus apuntes a la mesa y exijo una explicación.
—¿Qué hace esos viejos apuntes en mi mesa? — dice sorprendida.
—Eres la zoóloga —digo.
Mi madre se queda callada por un par de segundos mientras saca un par de lágrimas.
—Tu abuela fue la culpable de esto— dice.
—¿Qué? —
—Ella por mucho tiempo estuvo obsesionada con los animales, era una pasión incontrolable pero ese día fue testigo de la primera migración de colores y nos arruino por mucho tiempo. Yo también poseo ese poder y no me agrada tenerlo. Es una pena que tú también lo tengas, nuestras vidas pudieron ser diferentes, pero lo arruine al igual que tu abuela. Ahora tendrás que vivir con esta maldición — dice.
Es imposible que me diga esto, estoy maldita con este poder que no deseo tener y mucho menos, tengo que buscarle una solución a esto y no puedo seguir, mi vida está hecho una mierda de por sí y no quiero hacerla más lata todavía.
Quizás haya una especie de hechizo contrario que me permita seguir con mi vida normal, no quiero esto. Lo único que puedo hacer es sentarme a llorar porque esto está acabando conmigo y puede acabar con muchas personas, no quiero cambiar la vida de nadie y no estoy preparada para cambiar mi propia vida que puede hacerse pedazos.
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Editado: 23.06.2018