Desde muy chico, siempre me a gustado imaginar cosas que pensé no podían llegar a ser verdades, extraterrestres, naves espaciales, zombis, toda las cosas que vemos en películas, todo eso quería que fuera parte de nuestra realidad, y esto no solo pasa por mi cabeza, hay muchos otros locos por ahi, que estan pensando cosas incluso más locos que eso.
Diría que ellos terminan viendo el mundo con unas realidades que para otros parecen más ficticios que los extraterrestres, miran como el mundo siendo tan grande pudo llegar a conectarse, aunque poco vale la coneccion, ya que nos importa poco el que no parece a nosotros, hacemos de vista gorda él como otros seres vivos, tanto animales como humanos, van perdiendo la vida, por hambre y cuantas otras cosas más.
Creo que es nuestra cabeza, hay cosas que solo no concuerdan, y al final somos tan ignorantes que decidimos no importarnos mucho de lo que nuestro poco cerebro entiende, callamos y no hacemos preguntas, porque entendemos que no necesitamos respuestas, mientras tanto todo sigue yéndose a la mierda, y el mundo sigue, igual de injusto, con unos pocos con todo, y los muchos sin nada, y a todo eso nadie dice nada.
Bueno algunos insinúan que es el balance de la vida, otros que sus pecados los tienen ahí en donde están, es triste que el porcentaje al cual mas le falta sea a la gran mayoría, y que sean quienes, históricamente han trabajado y sufrido más, pero según los que saben eso son cosas que pasan, uno nunca termina de saber que pasara manana, y esa debe ser nuestra esperanza, mientras todos se derrumban solo porque dos o tres terminan arriba, quieren hacernos pensar que todos tenemos las mismas oportunidades.
Lo triste es que terminamos creyendo eso, aceptando todo como esta, incluso a veces apoyando a esos que nos oprimen, ciegos con los ojos abiertos, solo mirando un bien propio, olvidando lo hermoso que se ve el bien común, pero que digo yo, si al final tengo esos mismos pensamientos singulares en la cabeza, y para mi esa es la realidad de mundo, un mundo con poco que envidiarle a otros, pero con mucho que olvidar de sí mismo.