• NICOLETT
Porfin había llegado el viernes y rebosaba felicidad por cara poro de mi piel, aunque para que mentir, también estaba un poco asustada y bastante nerviosa, mi corazón no podía parar de latir de tal manera que parecía que se me fuera a salir del pecho. Amanda había venido a verme todos los días desde que nos conocimos y aunque solo habían pasado tres días desde que nos conocimos nos dio tiempo ha hacer muchísimas cosas, me habían llevado de compras para ver que gustos tenía ya que querían decorarme la que de ahora en adelante seria mi habitación, también me explicaron mas cosas sobre ellos, había descubierto que la situación económica de los Justice era muy pero que muy buena, eran una de las familias mas ricas y poderosas de todo Barcelona, la cual cosa me dejo alucinada. Durante la tarde del jueves pude conocer a Helena y a Jackson, de los cuales me enamore nada mas verles y aunque Lucas no pudo venir por exámenes , clases de dibujo y trabajos que le mantenían de lo mas ocupado el le mando un vídeo a su madre donde me daba la bienvenida a la familia, el único del que aún no sabia nada era del chico mayor tan misterioso que tenían los Justice, por lo que Amanda me había explicado era un chico difícil y muy impulsivo, me enseñó fotos y si había algo que claramente no podía negar era lo guapo que era, en una de las fotos el estaba en una especie de campo lleno de flores preciosas que rodeaban su increíble rostro y miraba a la cámara con mirada seductora, era una de aquellas fotos que si la mirabas durante mucho rato probablemente caias rendida ante ese color café tan intenso que desprendían sus ojos, en cambio en la otra salía en medio de un edificio de la cuidad de Nueva York con una simple chaqueta negra abierta con la que dejaba al descubierto su torso increíblemente fibrado y lo primero que se me vino a la cabeza fue que su cuerpo era sinónimo de perfección, cuando Amanda me enseñó la foto tuve que esforzarme para que no notara lo embobada que me había quedado al ver su hijo mayor.
Durante estos días estuve despidiéndome de todos los compañeros, de las chicas de mi habitación, los de clase, incluso me despedí de todos los profesores, no puedo evitar sentir pena al dejar este sitio, ha sido mi hogar durante mucho tiempo y también sé que echaré de menos a Judith y sobretodo añorare a Roth, ella ha sido lo más parecido a una madre que he tenido. Mientras pensaba en todo eso vi llegar a Lucy que venia a buscarme cojí todas mis cosas y bajé a la entrada del orfanato, cuando llegue Amanda me dio un abrazo y Liam cogió mis cosas devolviéndome una sonrisa encantadora.
—Voy a echarte de menos Roth, juro que vendré a veros —prometí de todo corazón sabiendo que una parte de mi iba a quedarse en este orfanato y aunque sentí un poco de tristeza estaba segura de que lo que estaba por venir iba a ser mucho mejor de lo que me esperaba.
—Se feliz pequeña, te lo mereces —me dijo Roth emocionada, despedirme de ella era duro, pero sabia que se alegraba de esto.
No pude evitar que se me empañaran los ojos, le di un abrazo y nos fuimos, entre en el coche y no pude evitar pensar que esta era mi familia ahora, que por fin tenia una familia, y creo, creo que realmente me sentia feliz por primera vez en mi vida, era un sentimiento bonito y era algo que no quería dejar de sentir. Cuando nos subimos al espectacular coche de Liam, el dejó las cosas en el maletero y empezó a conducir, como de costumbre mi mente se encerró en su pequeña burbuja y empezó a pensar en todo lo que siempre he querido hacer y ahora puedo, mire por la ventanilla el paisaje y decidí bajarla un poco, el aire fresco me daba en la cara despertándome de mi mundo y haciéndome sonreír como nunca, decidí mirar a Amanda que estas vez se había sentado en el asiento del copiloto, ella estaba tan sonriente como yo, me guiñó un ojo, a lo que yo respondí con una sonrisa y seguí mirando por la ventanilla pensando en los millones de sitios a los que quería viajar ahora que podría salir sin ningún problema, era algo que no me había planteado mucho pero realmente quería ver muchos sitios.
—Cariño ahora llegaremos a un restaurante italiano, es el mas bueno de toda Barcelona, así conoceras a tus hermanos y despues iremos a casa a instalarte para que empieces a conocer la casa y para que descanses —me indicó Amanda a lo que yo asientí muy contenta y empiece a escuchar la conversación entre ellos.
Durante los días que Amanda vino a verme me pregunto cuales eran mis aficiones, mi estilo de música favorita y para mi sorpresa le intereso más de lo que pensaba mi opinión sobre los libros, charlamos muy felices sobre nuestros grandes gustos, que claramente son muy parecidos o incluso iguales, a las dos nos gustaban los artículos antiguos de Larra y su sincera opinión o las historias de amor de Blue Jeans. También me pregunto qué tipo de comida me gustaba más, obviamente le contesté la pasta, creo que en la pasta están las mejores recetas de este mundo y doy gracias a Italia por sus sabrosas recetas, así que me imagino que sabiendo ese tipo de información sobre mí decidió hacer el encuentro en un restaurante Italiano.
—Amanda cariño hay que ir a buscar a los niños al colegio? --.pregunto Liam preocupado, dios era un padre preocupado, me parecía tan bonito y tan inusual, definitivamente me encantaba aquello.
—No no Lucas salia una hora antes así que me ha dicho que iba a casa a cambiarse y le decía a Stef que le llevará y a Jackson y a Helena los va ha buscar Everett que le he mandado un mensaje ---aclaró Amanda dejando a Liam mas relajado.
El tal Everett me provocaba una curiosidad enorme, parecía el típico chico misterioso que no se dejaba conocer, no pude evitar sacar una pequeña risa irónica, me lo imaginaba el típico pijo que siempre había tenido todo lo que él ha querido desde que prácticamente salió del estómago de su madre. Tal y como me lo había pintado su madre está claro que encajaba con ese tipo de tíos, la verdad espero llevarme bien con el, bueno con todos los niños de esa casa, nunca antes había tenido problemas para llevarme bien con la gente, es cierto que no intimaba mucho con nadie pero si solía llevarme cordialmente bien con todo el mundo mientras yo daba rienda suelta a mi imaginación y a mis pensamientos al fin llegamos unos diez minutos mas tarde, cuando baje me encuentre en un sitio muy perfecto, las paredes eran moradas y tenia columnas como en la antigua Grecia de color oro con mesas y sillones de color gris, también habían unas estanterías llenas de diferentes tipos de pasta que no conocía con nombres italianos muy raros pero que sonaban muy apetecibles.
—Buenas, tengo una reserva a nombre de Liam Justice —informó Liam al hombre que había en la puerta, sacando su identificación. Madre mía no se porque pero este sitio me daba la sensación de que solo podías pagarlo vendiendo uno de tus órganos vitales.
—Si, venían con más gente verdad? hay tres personas esperando en la mesa —afirmó el chico mientras nos miraba y de alguna manera me sentí un poco fuera de lugar, no estaba acostumbrada a estas cosas, a estos lujos.
—correcto ---asintió Liam y el chico después de apuntar algo en una ridículamente libreta nos hace una señal.
-Bien pues síganme porfavor ---acabó por decirnos.
Seguimos al chico bien vestido con uniforme rojo y blanco bien conjuntando con una pequeña placa dorada donde ponia Andy hasta que llegamos a una mesa apartada del centro pero muy bonita, allí pude ver a tres personas jugando, a Jackson y Helena que ya los conocía y a un chico que también conocía pero en fotos, el se puso de pie en cuanto vio a Amanda y Liam, para mí sorpresa su figura se puso inmediatamente rígida y cada facción de su cara se tensó al instante. Jackson y Helena también se pusieron de pie, Madre mia no me imaginaba que fuera tan guapo en persona, es alto, bastante más alto que yo y su pelo negro azabache estaba muy bien peinado hacia arriba en un perfecto tupé. Su color de piel moreno le resaltaba de una manera espectacular haciendo que este se viera más atractivo aún, entonces unos ojos color café me atravesaron con tan solo una mirada y su piel que brilla con la luz de los focos del lugar consiguiendo atraer la atención de muchas chicas del restaurante, además va muy bien vestido con unos tejanos de color azul que combinan muy bien con su camisa blanca, es con diferencia la persona más perfecta que he conocido nunca.
—Habéis tardado mucho, llevan 20 minutos torturándome, la próxima vez vais vosotros a buscarles— explica el chico con la mirada fija en mi, está completamente serio, me siento intimidada.
—Nicoleeeeeett— Oigo la aguda voz de Helena desde la otra punta de la mesa, en cuanto helena grita mi nombre noto su cuerpo aplastándome y empiezo a reírme.
—Hola guapísima— contesto mirandola con ternura.
—¿Ya eres oficialmente mi hermana? Dime que si porfi— me suplica con su vocecita dulce a lo que mi cuerpo reacciona tocándole el suave pelo color negro carbón, no puedo evitar reírme cuando veo lo contenta que está.
—Pues si creo que si pequeña— contesto mirando a esa pequeña niña que ahora me llama hermana.
—¡Si! porfín tengo una hermana y ya no estoy sola rodeada de niños— Fulmina a sus padres y a sus hermanos con la mirada y nos reímos todos con su grito de felicidad llenando el restaurante de un ambiente que favorece al lugar.
—Helena cariño deja respirar a Nicolett.
Helena se separa de mí Jackson viene para darme un abrazo a lo que yo respondo con un abrazo también y veo cómo sonríe, por último como veo que el tal Everett ni se molesta en saludarme decido ir yo a decirle hola con una cálida sonrisa.
— Hola, soy Nicolett, tú debes de ser Everett ¿No?— su expresión es neutra y me confunde.
¿Que le pasa a este chico?¿Le da igual?
—Si, ese soy yo— me contesta mientras con un suave movimiento se echa el pelo hacia atrás.
Veo cómo Amanda le mira y el hace una mueca antes de levantarse darme dos besos, el tacto de su piel es cálido, como si le hirviera la sangre debajo de esa bronceada piel.
—Nicolett siéntate aquí— me indica Amanda.
—No no que se siente a mi lado porfa— responde entonces Helena con una energía radiante.
—Donde ella quiera Helena cariño— responde Amanda con una sonrisa.
—Eemm me parece bien sentarme con Helena— intervengo decidida.
Me siento al lado de Helena teniendo al lado a Everett que el tiene en frente a Liam y yo a Amanda , al lado de Helena se sienta Jackson y entonces me doy cuenta de que falta Lucas, el último hermano y el que tiene mi misma edad.
—Oye ¿Dónde está Lucas?— pregunta Amanda con preocupación, se nota que cuida de sus hijos a la perfección y que los quiere.
—Está llegando— contesta Everett, vaya ha hablado, desde que hemos llegado ha hablando tres veces contadas, es un chico muy borde o por lo menos lo aparenta.
—Ah vale perfecto pues ¿Queréis ir pidiendo?— decide Amanda.
Helena y Jackson dicen que sí y empezamos a mirar la carta, dios no entiendo nada de nada, empiezo a ponerme nerviosa, esta todo el italiano y no se que hacer, Everett se gira y veo cómo se ríe, ¿De que coño se ríe? Me está poniendo nerviosa.
—¿Necesitas ayuda?— me acaba por decir mientras sigue mirando su carta.
Yo lo observo preguntándome porque actúa con esta incredulidad, con vergüenza respondo asintiendo con la cabeza, aunque su intención es amable su voz suena algo borde, empieza a explicarme y entonces decido pedir pasta a la carbonara. Seguramente el niño pijo espera que le de las gracias pero no pienso hacerlo.
—No hay de que— me dice poniendo una cara que me sienta como una verdadera patada en mis partes, a lo que yo decido no responder y hacer como que no lo escucho, justo antes de pedir aparece el otro chico.
—Perdón había mucha cola y Stef se ha puesto de los nervios porque decía que iba a llegar tarde— nos explica el chico el cual Amanda me dijo que se llamaba Lucas, con una sonrisa me mira y yo decido devolverle la sonrisa.
No se porque pero empieza a reírse y me transmite confianza, lleva una media melena castaña muy lisa que le queda bastante bien, le da un toque diferente conjunto con sus ojos color miel.
—Por cierto soy Lucas encantado de conocerte Nicolett— Se acerca y nos damos dos besos, esto si es una persona amable, me giro y miro al chico que anteriormente ni me ha saludado, el mira a Lucas con el ceño fruncido, como si estuviera diciendo algo raro y yo no puedo evitar pensar de nuevo en que le pasa a este chico.
—Igualmente— contesto al separarnos.
—Si necesitas cualquier cosa no dudes en pedírmelo de verdad estoy aquí para lo que necesites nueva hermanita— su mote cariñoso me enternece, es una bonita manera de empezar una amistad.
Nos sonreímos y me siento feliz y un poco más cómoda que antes, pedimos y entonces empiezan a hablar sobre el colegio, el trabajo y más cosas que a mí me hacen feliz sólo de escucharlas porque son conversaciones en familia, conversaciones que nunca he tenido...