Miradas
🌺 Julie Lewis 🌺
Las clases han terminado. Estoy evitando a toda costa a los hermanos Miller, a John por el golpe bajo, y a Henry por la noche anterior. Después de que me subiera al auto no cruzamos ni una palabra. Yo estaba muy confundida como para hablar con él. Tengo tantas dudas que deben ser resueltas y solo una persona las puede responder.
Voy hacia mi trabajo. De la nada un auto se detiene. Me detengo inmediatamente al escuchar su voz.
—Tenemos que hablar. —me giro lentamente, sus ojos azules chocan con los míos. Y una sensación extraña recorre todo mi cuerpo— Sube al auto, no nos pueden ver juntos.
—Tengo que llegar a mi trabajo, si llego tarde me descontaran de mi sueldo. Y no tenemos nada que hablar —le digo con toda la tranquilidad del mundo. Su mirada me pone nerviosa. Él me pone nerviosa.
—Hay unas cuantas cosas que no he dejado en claro. Te sigues metiendo en líos. —camina hacia mí, con un porte de total seguridad— Sube al auto.
—Te gusta darme órdenes. —le digo en un tono elevado. Y con la mirada lo reto.
—Y a ti no obedecerme. —contraataca.
—No eres mi papá, no eres nadie para darme órdenes. Estoy suficientemente grande para saber que hago o dejo de hacer. —trago saliva— Creo que habíamos quedado en no volvernos a cruzar en el camino del otro, y tú estás justo en el mío.
—Eres bastante terca. Sube al auto. —lo ignoro y me giro para seguir mi camino— Bien, tú lo has decidido —siento como me carga, me echa sobre su hombro— Yo hablaré y tú me escucharás. Entendido.
—Bájame y, te escucharé. —me deja en el suelo, y me subo a su auto— No iremos a ningún lado, —le digo cuando veo que pone su auto en marcha— quieres hablar. Adelante hazlo.
—Tienes que alejarte de Owen, si no quieres correr peligro. Aléjate. No te conviene estar cerca de él, relacionarte con él solo te traerá problemas. —se detiene— Estoy tratando de evitarte líos, porque al parecer no sabes cuidarte sola, no sabes en que terrenos te estás metiendo. —sus ojos me inspeccionan— O tal vez me estoy equivocando, y estas relacionada con Owen y su gente, ¿eres parte de su gente?
—No sé quién es Owen, no sé de qué gente hablas. Y no te estoy pidiendo ayuda para evitarme líos. No me conoces, no sabes quién soy. Así que evítate de ayudarme cada vez que me encuentre en problemas.
—No lo hago por ti. Como los has dicho no te conozco. —le sostengo la mirada.
—Pues entonces deja de acercarte a mí. —él suelta una sonrisa burlona, y baja la mirada.
—Yo no me acerco a ti. —sonríe de lado— Tú eres la que te metes en mi camino, yo solo intento sacarte de mi camino para evitarme problemas.
—Bien si es así, ¿por qué estás aquí? ¿a qué vienes? ¿por qué me ayudaste con John, o con Owen? Te he dicho que se arreglármelas sola. No necesito de ti.
—Ja —suelta una risita— Crees que me interesas. Estás equivocada, si te sigues metiendo voy a tener muchos problemas. Lo único que quiero es evitarme de ellos, y de paso evitártelos a ti. —su mirada vuelve hacia mi rostro— Owen no te conviene. No te metas en mi camino, ni en el de John. He hablado con él y no te molestará más.
—Creo que ya hablaste, debo irme. —salgo de su auto. Me detiene su voz.
—Una cosa más. No andes sola por esas calles tan tarde. —sigo mi camino, que se cree este tipo.
No le importas.
Llego al trabajo, me cambio y saludo a Alex.
—Buen día, Alex —le sonrió— He llegado tarde por culpa de un imbécil. —me interrumpe.
—Princesa, un tipo vino a buscarte está mañana. —me detengo para mirar a Alex— me dejo una nota para ti.
Alex me da un trozo de papel. Lo comienzo a desdoblar, empiezo a leer.
Te espero cuando salgas de trabajar en la misma calle muñequita.
Realmente no tengo miedo, tengo muchas dudas y preguntas que hacerle. El miedo lo dejo a un lado. Quiero tener respuestas a todas las preguntas que me han estado consumiendo la cabeza todo el día. Hoy podré obtener muchas respuestas. Dejo esos pensamientos muy lejos de mi mente y consigo poner toda mi atención a las mesas que me tocan atender.
Miro el reloj, es hora, me cambio. Me despido de Alex. Salgo del restaurante y me dirijo al encuentro con Owen. Cuando llego, es el primero en hablar.
—Que gusto volverte a ver muñequita. Tenía muchas ganas de tener esta conversación contigo. —se acerca a mí, y con su pulgar roza mi mejilla— Me imagino que tienes muchas preguntas, pero primero responderás a mis preguntas. Después responderé tus dudas.
—No sé si deba confiar en ti. —le susurro.
—Raúl confiaba ciegamente en mí, al igual que tú lo harás. —sonríe de lado— Comencemos, ¿lista? —asiento con la cabeza.
Me toma de la muñeca y me hace caminar hasta llegar a una banca. Nos sentamos y comienza a hablar.
—Raúl era un buen tipo, no se merecía lo que le hicieron. — ¿Lo que le hicieron? Raúl murió en un accidente automovilístico ¿Qué le hicieron? — Éramos tan jóvenes cuando paso todo eso aquella madrugada, tenía tantos planes y en todos estabas tú. Bueno, en fin, —voltea a mirarme— Raúl tenía algo que no le pertenecía, tomo prestado algo que no era suyo —suspira— por eso le paso esa desgracia. ¿tienes idea de lo que estoy buscando? —no estoy comprendiendo nada.
—No tengo ni la más mínima idea de lo que me hablas.
—No te creo, tú sabes donde se encuentra lo que estoy buscando. El jefe quiere de regreso lo que es de él. —agacha la mirada— Soy el responsable de regresarlo. Y tú. Tú me ayudarás a entregarlo, eres la única persona que estaba tan cerca de Raulito.
—En serio no tengo la más mínima idea de lo que hablas. Raúl solamente era un estudiante común y corriente. —solo era eso— Solamente estudiaba y en vacaciones de verano trabajaba en la tienda de su abuela. Nunca me llegó a contar de algo que ocultara.
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Editado: 01.09.2022