Efímero

CAP 1/ Enseñanza de vida

 

La envidia nunca faltara en ningún momento de nuestra etapa de crecimiento, hay dos tipos de envidia:

1. La envidia que se calla y no hace daño.

2. La envidia que daña y deja cicatrices.

Cualquiera afecta, pero una más que la otra. Cuando nacemos somos seres puros e inocentes, con un corazón y unos sentimientos bondadosos, pero por circunstancias de la vida siempre va a estar el momento donde llegará personas indeseadas y acaben eso tan bonito que teníamos y cambiamos por nuestro bien.

Nos envolvemos en nuestra coraza de frialdad o simplemente armamos una pared para que no la atraviesen tan fácil, siempre estaremos atentos y analizando a las personas que están a nuestro alrededor para saber si son de nuestra confianza y dejar la entrada de nuestra coraza que hemos puesto.

Lucía ha sabido mantener esa coraza, pero solo una persona ha logrado destruirla.

Amar es posible, lo ama. Lo supo cuando tuvo catorce años y empezó a ver a su mejor amigo de distinta forma, pero lo calló porque no quería arruinar toda la bonita amistad que habían formado.

Por el momento el tiempo fue pasando hasta la realidad que nos golpea y llegamos en último curso de bachillerato para luego salir y buscar una universidad.

¿Qué hay de los sentimientos?

A veces preferimos no sentir nada por nadie en el colegio porque sabemos que en algún momento de la vida tomarán caminos distintos al tuyo, aunque nadie manda al corazón a amar y menos a dos jóvenes que se aman, pero no lo confiesan por miedo a perder a esa persona o al rechazo.

Rechazar, es una palabra tan cruel y dura ante la persona que la pronuncia. Tenemos el temor que nos rechace y si lo hace por lo menos dejaremos de insistir y de ilusionarnos más de lo que llevamos.

Aunque los sentimientos de Matthew y Lucía no son ilusión, capricho o simplemente un jugueteo. No, es algo más que eso.

Ella observa como Matthew sigue cantando su composición, acompañado de la guitarra. Desde muy niños ella le gustaba como tocaba Matthew y su voz, una voz potente pero melodiosa y expresiva.

—Queriendo escapar de la incertidumbre que das, queriendo que me des una oportunidad, para amarte amor, para acariciarte amor y quererte cada día más. Bella niña de mi corazón...

Como quisiera que entendieras que te amo — pensó Matthew terminando de cantar y observarla como ella lo miraba, como ella disfrutaba de sus cantares, sus miradas se conectaron esos ojos azules que hipnotizan a Lucía y los ojos cafés de ella, le brindan un gran cariño que el necesita.

Se fueron acercando más, sus rostros todavía más cerca, las miradas iban a sus labios, sus respiraciones se mezclaban con la del otro, la presión cardíaca aumentaba, pero de algo estaban seguros es que habían deseado ese momento en que sus labios se tocaron con los otros para empezar a mover sus labios suavemente, en un ritmo tierno, dulce y delicado, en uno donde los dos deseaban lo mismo, uno solo donde encajaban a la perfección. Uno solo que necesitan de uno para el otro para que sus debilidades se fortalezcan. Uno para enamorarse.

Sus respiraciones estaban ya entrecortadas, separaron sus labios de la maravillosa unión que presentaron anteriormente. Abrieron sus párpados para distinguir los hermosos iris del otro, los hermosos sentimientos que puedes ver tras de ellos, amor, cariño, alegría y protección.

A veces nos equivocamos con los prejuicios o comentando porque lo hombres cierran los parpados, unos dicen que, por vergüenza, pero se hace para sentir mejor las pocas palabras que no se pueden expresar por medio del dialecto como tal.

Eso se estaban demostrando.

— Se que esto suena un poco loco, pero ... ¿quieres ser mi novia? — propone Matthew. Lucía quedó conmocionada en su lugar.

— ¿Qué dijiste? —pregunto de nuevo, pensó que había escuchado mal pero no es así.

— ¿Quieres ser mi novia?— pregunta de nuevo, estaba nervioso, sentía sus manos sudar.

— ¡Claro que sí! — exclamó feliz, lanzándose en los brazos del chico y los dos quedarse tendidos en el pasto, ella encima de él, la abrazo por la cintura y ella se acuna en su pecho también abrazándolo.

Los dos sonreían como bobos enamorados, pero cuando en verdad se ama y es tu primer amor es algo mágico a veces nos pasa que nos enamoramos por primera vez y tenemos miedo porque no sabemos qué hacer,  también cuando confesamos puede que nos acepten o no, pero nada duele más que olvidar la primera persona que amaste y entregaste todo de ti para ella. 



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En el texto hay: juvenil, romance, romance drama

Editado: 19.08.2018

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