Efímero

Capítulo 6

Capítulo 6 | Te quiero

Mis párpados comienzan a abrirse, pero se cierran nada más notar como calan por ellos la tenue luz de la habitación donde me encuentro. Parpadeo varias veces hasta que consigo abrir mis ojos, descubriendo que me encuentro en una habitación de hospital, incluso por su olor puedo saberlo. Ha sido mucho tiempo conviviendo ahí.

Aunque esta habitación es distinta a las que acostumrbo. Es algo más pequeña, más descuidada, incluso sus paredes tienen pequeñas imperfecciones. A mi lado me fijo por fin que está Matt, observándome detenidamente con gesto serio.

-¿Qué ha pasado?- pregunto en un hilo de voz intentando hacer memoria de lo sucedido.

-Te desmayaste- contesta serio y en ese momento suena mi teléfono móvil. Lo agarro rápidamente y veo que se trata de mi madre.

¿Qué hora es? Miro el reloj antes de contestarle y veo que son las cinco de la mañana, debemos estar en urgencias.

-¡Mamá!- contesto intentando disimular lo débil que me siento.

-Hija, ¿Dónde estás? Me tenías preocupada- contesta con voz temblorosa pero con un deje de alivio.

-Mamá- contesto mirando de reojo a Matt, el cual no cambia su gesto frío- Estoy bien, pero no me esperes a dormir- digo mirando hacia abajo incapaz de seguir observando el rostro de Matt.

-No me gusta que duermas fuera- dice seria pero ya relajada.

-Nunca he dormido fuera- replico simulando una pequeña sonrisa- Estoy bien- repito para dejarla más tranquila. Matt frunce el ceño, aunque sabe que lo mejor es que le mienta. Instantes después cuelgo.

-¿Cuándo me lo ibas a decir?- pregunta Matt una vez sabe que ya no está mi madre al teléfono.

Mierda.

¿Cómo lo ha sabido? Frunzo el ceño sin saber qué responder. Nunca había pensado como iba a manejar esta situación.

Lágrimas indiscutibles comienzan a brotar de mis ojos.

-No pensaba decírtelo nunca- digo y me rompo más a llorar, y tapo mi rostro empapado en lágrimas con mis blancas manos.

-¿Por qué, Elizabeth? Yo entiendo que tú no puedas hacer esfuerzos por tu corazón, pero eso no cambia nada entre nosotros- dice con voz más tierna y aparta mis manos de mi cara, agarrándolas con dulzura.

¿Solo sabe eso?

Le miro fijamente e instantes después desvío mi mirada de la suya. No puedo mirarle a los labios que hace nada estaban besando a otra.

-Pequeña, ella no es nada- dice como si pudiera leer mis pensamientos y me obliga a mirarle- Es una ex que no soporta verme y no montar un espectáculo de los suyos.

-Es mejor que estés con ella- contesto y me deshago de sus manos. Estoy celosa, sí, bastante celosa, pero dios sabe que no lo digo por eso.

Ella tiene más cosas que ofrecerle.

-¡No!- gruñe mientras se levanta algo frustrado de la silla- No- repite, volviéndose a sentar, y agarrando mis manos.

-Ella tiene más cosas que ofrecerte- contesto sin poder negarle a mis lágrimas que afloren por mis cansados ojos.

-No tiene nada que ofrecerme más que tú- contesta con voz suave que retumba en mi cuerpo como mi canción favorita.

-Tiempo- murmuro comenzando a notar como todo dentro de mí se desmorona. Es la hora. Es la hora de advertirle que se debe de alejar de mí. Huir y no mirar hacia atrás.

-¿Qué?- pregunta serio mirándome intensamente esperando con ansia y algo de preocupación mi respuesta.

-Tiempo, Matt- repito como si él pudiera imaginarse a partir de ahí lo que realmente sucede.

-No te entiendo, Elizabeth- contesta con un deje de tristeza y noto como en sus ojos verdes comienzan a amontonarse lágrimas.

-Me falta muy poco tiempo de vida Matt- le cuento, al fin, mi cruel destino entre ahogos que me causan verle así- No tengo una simple enfermedad del corazón- añado al notar que Matt no muestra ninguna reacción.

Su rostro está pálido. Sus ojos no brillan. Y yo me siento como una mierda.

-Lo siento Matt, joder... lo siento tanto- digo entre sollozos tapándome la cara con las manos. Quiero desaparecer.

Quiero morir ya.

No soporto ver a Matt sufrir.

Soy una maldita egoísta. Tuve que haberme alejado de él desde el principio.

Noto los brazos de Matt rodeándome con fuerza, y noto como mi pelo se humedece debido a las pequeñas gotas que surgen de los preciosos ojos de Matt.

-Aléjate de mí, por favor, no quiero hacerte daño- balbuceo por culpa del nudo en la garganta que no me deja expresarme con claridad. En respuesta de esto, Matt me abraza más fuerte- No te merezco Matt, no merezco que nadie sufra por mí.

-No digas eso por favor- susurra mirándome de cerca a los ojos, los cuales lucen rojos e irritados de tanto llorar.

No puedo verle así.

-Aléjate de mí por favor- repito volviendo a romper a llorar y Matt sujeta mi cabeza para que no la hunda entre mis manos- Por favor.

-No puedes pedirme eso- solloza sin apenas poder abrir sus ojos. Todo me destroza.

-Matt.

-Elizabeth- me interrumpe y me abraza con fuerza- No me pidas eso- escucho su llanto de cerca ya que tiene su cara apoyada en mi hombro.




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