El Amor a veces Duele

- 5 -

Sali del baño rápidamente y me acerqué hacia la cama donde había dejado la ropa que iba a ponerme, otra vez volví a mirar el reloj de muñeca y estaba tarde.

Fue cuando intente prenderme el pantalón que me percate que no podía cerrarlo.

—No… no —dije para acercarme hacia el espejo que estaba dentro del closet.

Casi ni siquiera me había percatado del bulto que sobresalía de mi. Habían pasado unas semanas que había ido a mi ultima consulta y ese día me tocaba realizar una ecografía para saber que los bebes estaban creciendo bien.

A penas había podido abrir mi apetito y a disimular las nauseas que poco a poco iban desapareciendo.

—¡Astrid no te olvides de llevarle la marquisse a Chase! —dijo mama entrando al cuarto.

En un rápido movimiento tome una camiseta y me la coloque encima.

—¿Me oíste? —dijo ella apareciendo a pocos metros de mi.

Y fue cuando me gire dándole la espalda, porque la camiseta que tenia no era tan holgada como pensaba.

—Si mama —respondí sintiendo el nerviosismo.

—Nos vemos mas tarde te preparare algo con pollo así después no te quejas —dijo para luego salir de allí.

Solté un suspiro y empecé a revolver entre mi ropa, mi barriga había crecido incluso mas de lo que pensaba. Agradecía que el invierno estaba llegando y que usar abrigos me ayudaba a disimular.

Sali del departamento con la bandeja entre mis manos y empecé a caminar en dirección al departamento de Chase.

Durante todo el camino solo había pensado en una cosa y era que el tiempo seguía transcurriendo y que pronto no iba a poder seguir ocultando mi barriga.

La puerta se abrió y un gran perro de pelaje dorado apareció, junto con el un chico con una gran sonrisa me miro y luego al paquete que tenía entre mis manos.

—Mamá te lo envía —dije mostrando una sonrisa.

—Ella me ama —dijo el mirando con felicidad la marquisse.

Deje mi mochila sobre el sofá y tome asiento, mis pensamientos otra vez me llevaban a la imagen del espejo.

<<Crecieron>>

—No me terminaste de contar lo de la llamada con tu padre —dijo Chase apareciendo con un plato para cada uno con porciones de marquisse.

—No puedo creer que se me antoje esto —dije viendo el chocolate— y lo de papa el insiste que me comunique con mis primos pero… volví a decirle que yo quiero empezar de cero y…

Mi voz volvió a entrecortarse pero levante la cabeza, estaba cansada de llorar por la mínima estupidez, aunque aquello no era tan insignificante. Había sido la decisión más dolorosa que había tomado hasta el momento.

—Sigo pensando si tomé la decisión correcta —dije bajando la mirada a mi barriga.

—¿A que te refieres? Oye As lo estás haciendo bien mira en poco tiempo te convertiste en una de las mejores alumnas de primer año de medicina —volví a mirarlo y Chase tenía esa sonrisa en su rostro.

Pero como casi todos los días ese pensamiento intruso cruzaba por mi mente otra vez aparecía Brick. No sabia absolutamente nada de el y tampoco quería saberlo.

Y con ello también arrastraba el hecho que tenia que dejar todo ese pasado atrás, incluso a las personas que más quería.

—Crecieron Chase —dije mirándolo a los ojos.

Me quite el chaleco y me levante la camiseta que era una de las pocas que podía disimular algo, dejando finalmente al descubierto mi vientre los ojos de Chase se abrieron con sorpresa y sus manos fueron directo a mi pancita.

—Hola pequeñitos soy Chase —el volvió a mirarme a los ojos.

Y fue cuando me abalance hacia a el para abrazarlo.

—Tengo miedo Chase no se que es lo que estoy haciendo ni siquiera puedo decírselo a mama y ellos crecen… —dije entre sollozos— papa quiere venir a verme.

En ese momento me separe de Chase para luego levantarme y dirigirme al balcón que tenia vista a toda la ciudad.

Los días habían empezado a cambiar y el frio era mas notorio, pero ignore ese hecho y me quede con mi mirada observando a lo lejos.

—Ya no deberías estresarte demasiado recuerda lo que te dijo la doctora —dijo Chase apareciendo a mi lado.

Y después de largos días lleve mis manos a mi barriguita. Aun no me acostumbraba al hecho de que tenia a dos seres dentro de mi y que debía cuidar de ellos.

—Soy una mala madre porque ni siquiera pensé en que ellos están creciendo sanitos —dije rompiendo en llantos.

—Ellos saben lo que estas haciendo por ellos As —el paso un brazo por mis hombros.

—Gracias por apoyarme desde el primer momento no se que hubiera sido de mi y de ellos —dije limpiando mis lágrimas.

Los dos nos miramos por unos segundos, y fue cuando otra vez volvía a pensar en Brick en esa situación. ¿Y si tan solo el hubiera actuado diferente? Era algo que nunca iba a saber y mucho menos después de la decisión que había tomado.

Toda aquella tarde habíamos realizado trabajos con Chase ya que para mi fortuna o como el decía, el destino nos había cruzado por varias razones y una de esa era para acompañarnos en este largo camino.

—Me di cuenta que tienes los ojos muy claritos desde la primera vez que te vi —comento Chase mientras me ayudaba a guardar los libros en la mochila.

Era un detalle que yo también había notado, desde que había empezado mi embarazo.

Sali del departamento de Chase después de negarme a que me acompañara a casa ya que quería tener un momento para pensar.

El cielo estaba anaranjado y a mi mente vino ese recuerdo, de aquella tarde en la colina junto a Brick ambos observando el atardecer.

<<Es lo mejor para los dos>>

Había decidido que mis sentimientos por Brick debían desaparecer porque mi vida había cambiado, mi futuro dependía de mi y a pesar de que con dos niños todo iba a ser mas complicado no iba a rendirme.

Brick debía quedar en el pasado.

Después de un largo caminar llegue al departamento mis manos temblaban y por poco la llave no entraba en la cerradura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.