Por cuarta vez volví a observarme en el espejo, aquel vestido con espalda descubierta resaltaba perfectamente todas mis curvas.
A pesar de eso, sabia que mis caderas estaban un poco mas ancha y mis bubies más grande.
<<Tuve dos bebes>>
Me sentía ridícula por pensar en eso ya que mi abdomen si había quedado plano, a pesar de todo seguía recordando a Reizel y su perfecta silueta.
—¿Quieres que te ayude con algún peinado? —pregunto Clara apareciendo a mi lado.
Clara se había colocado un vestido de un solo hombro que era de color rosado, con unos tacones no muy altos y se había colocado lentes de contacto.
—¿Qué sucede As? —ella se giro para observarme a los ojos— relájate adelantamos muchos trabajos hoy y mírate estas preciosa.
Trague saliva sintiéndome alagada por tu comentario hacia mi pero lo que Clara no sabia es que mi preocupación iba por mis hijos, a los que no había visto durante todo ese día.
—Después de pensarlo creo que nos vendría bien salir un rato aunque a mis padres no les agrade demasiado la idea.
Con ese comentario por un momento me vi reflejada en Clara.
—Pero ellos están lejos —dije mirando su lindo cuarto— al menos tienes tu lugar y privacidad.
—De todas formas eso no quita que me sienta sola en este sitio —dijo ella terminando de arreglar su maquillaje.
La soledad a la que tantas veces le había temido pero a la cual me había refugiado en varias ocasiones.
—¿Vas a dejarte el cabello recogido? —pregunto Clara al ver que no me había soltado el pelo.
Asentí para luego tomar mi móvil que estaba vibrando, al ver la pantalla salí del cuarto para poder atender a mamá.
—Astrid, mañana debo trabajar y los niños no quieren irse a dormir.
—Solo serán unas horas mama intentare llegar temprano.
—Los niños esperan por ti eres su madre —ella hizo una pausa.
De fondo escuche la vocecita de mis hijos, hacia horas que no los veía.
—Mami, te hice un dibujo. ¿Vendrás a cenar con nosotros? —pregunto Olivia.
—Te extraño mami —al oír eso de Owen sentí las ganas de llorar.
—Intentare llegar temprano. Los amo demasiado —dije con mi voz entre cortada.
—Te quiero en casa antes de las doce.
No quería llorar pero al escuchar a mis hijos sentía como la culpa se apoderaba de mi. Era como mi razón por un lado me decía que me merecía salir aunque sea un momento pero por el otro estaba ese pesar.
—¿Esta todo bien? —la voz de Clara me hizo reaccionar.
Rápidamente tome aire rogando que la lagrimas no estropearan mi maquillaje.
—Si, ¿Nos vamos? —dije disimulando pero la pelirrubia seguía mirándome.
Le mostré una sonrisa para luego dirigirme hacia la puerta, Clara no volvió a preguntar pero sabia que se daba cuenta. Al bajar en la puerta del edificio nos esperaba Peter dentro de su camioneta.
—Mujeres, soy el conductor responsable así que yo me encargare de ustedes —hablo Peter que estaba bien arreglado.
Peter se había quedado observando a Clara que se veía muy guapa.
El bar no quedaba lejos así que al llegar nos bajamos para dirigirnos hacia la entrada, levante mi cabeza observar el hermoso cielo estrellado.
No recordaba cuando había sido la última vez que había salido de noche a un bar.
Al percatarme era el mismo que solíamos ir junto con mis amigos años atrás. Aquel bar donde había vivido algunas situaciones no tan agradables.
<<El pasado ya es pasado>>
Solté un suspiro para regresar la mirada al frente justo al lado de la puerta se encontraban dos personitas tomadas de las manos mirando hacia nosotros sonrientes.
—¡Oh nuestra linda Astrid! —Lean abrió sus brazos para abrazarme.
—¡Me alegra que ustedes también estén aquí! —saludo Danna que vestía con un enterizo ajustado y dos extraños colgantes— Payton nos dijo que estabas trabajando en el Starbucks.
Sonreí nerviosa al recordar aquel encuentro en el trabajo.
—¡Bueno es hora de divertirse! —exclamo Lean con energía tomándome del brazo.
Danna repitió el gesto tomando a Clara y a Peter del brazo.
Al cruzar la puerta, se dejo de sentir ese frio y de repente el olor a tabaco del lugar llego a mi. La música no estaba tan fuerte porque aun era temprano pero poco a poco el lugar empezaba a llenarse.
Lean y Danna nos dirigieron hacia un sector donde habían varios sofás, donde ya habían varias personas. Los rostros empezaron a hacerse mas familiares hasta que llegamos a una ronda.
—¡Buenas noches gente linda! —exclamo un chico sonriente.
El chico de cabellos castaños y lacio era Harry, y pertenecía al grupo de alumnos de las practicas pero era de tercer año y siempre andaba junto a Brick.
—Lindos colgantes —dijo el mirando los pendientes extraños de Danna.
Observe a Lean que estaba a mi lado que miraba a Harry pero con una sonrisa.
Mi amigo se volteo para observarme y hacer un extraño movimiento con sus cejas provocando que soltara una risita.
—¡Bueno! ¡Quiero bailar y beber hasta que amanezca! —exclamo Lean captando nuestra atención.
—¡Oh que bueno están aquí! —una chica con labios pintados de rojo se acercó hacia nosotros— ¡Astrid por un momento pensé que no ibas a venir!
Payton se acerco a mi para abrazarme, ella y Lean se miraron y se saludaron con un beso en la mejilla.
Lean no parecía querer prestarle atención y solo la ignoro provocando curiosidad de mi parte por aquella situación.
<< ¿Qué había sucedido? >>
Gire mi cabeza hasta que mis ojos llegaron a la persona que se encontraba junto a la de cabellos negros lacios largos hasta la cintura.
Definitivamente Brick se veía diferente su manera de vestir había cambiado.
Él tenía una de sus manos dentro de su bolsillo y su otra mano rodeaba la cintura de Reizel.
#9211 en Novela romántica
#1302 en Joven Adulto
amor dolor secretos pasado doloroso, drama amor inesperado, hijos secretos
Editado: 30.07.2024