Todos murmuraban cosas sobre mí, "oh mira, una zorra".
Me había dado cuenta de algo. Todos eran unos hipócritas, las personas que creí mis amigas desde que inició la preparatoria, decían a mis espaldas que era una zorra. Mi novio con el que anduve desde que iniciamos bachillerato, iba a citas a ciegas a escondidas de mí, y mi padre, el hombre más importante en mi vida, el primer hombre en el que confié, el primer hombre que me defendió, que me celó, y como muchos dicen, el primer amor; resultó ser igual de hipócrita, engañando a mi mamá y engañándome a mí, vaya suerte.
Después de clases, volví a casa devastada por todo lo que había pasado, justo al estar frente a la puerta, escuché gritos, sí, era mi padre y mi madre discutiendo, vaya suerte, otra vez. Abrí la puerta y...
— ¡¿Cómo es eso de que te irás de la casa con tu amante!?— gritó mi madre molesta.
— No me iré con mi amante— respondió mi padre mientras organizaba sus maletas.
— Por favor Damián, no soy estúpida— dijo mi madre. En ese momento interrumpí su discusión.
— Papá, ¿te irás?— pregunté. Quería saberlo, no, necesitaba hacerlo.
— Rebeca...
— ¿En serio amas a alguien más?— interrumpí.
— Hija, tu madre y yo...— dijo mientras se rascaba la nuca, pensando en las palabras adecuadas para explicarme lo que estaba pasando.— Nos vamos a separar. Tú ya tienes 17 años, así que yo sé que podrás salir adelante aunque yo no esté presente.
— ¿Aunque no estés presente?— repetí.— Entonces te irás, entonces todo es verdad.— dije molesta.
— No puedo creer que le digas eso a la niña, Damián. Está bien que ya no me ames, pero, ¿por qué tienes que dejarla a ella también?— preguntó mi madre enojada.
—Mamá, déjalo así— le dije, sonreí y ella me miró preocupada.
—Samanta, Rebeca ya no es ninguna niña, entiende por favor— dijo mi padre, ah perdón, dijo el señor Damián.
— ¡Idiota!— le gritó mi madre.
— ¡Basta!— gritó mi padre.— No te daré dinero ya, tengo que concentrarme en mi nuevo hogar, y consentir a mi nueva mujer. Pero como no soy tan malo, dejaré que vivan en mi casa— dijo cínicamente.
No lo podía creer, el padre amoroso se esfumó de un día para otro. Mi padre se fue de la casa, nos dejó.
Subí a mi cuarto y me aventé hacia mi cama, estaba a punto de comenzar con mi momento depresivo cuando me llegó un mensaje.
Mi príncipe Brayan: ¿Rebeca? Estoy afuera de tu casa, necesitamos hablar.
Yo: ¿En serio estás afuera?
Mi príncipe Brayan: Si, sal por favor.
Yo: Ok.
Salí, y realmente estaba Brayan parado frente a mi casa, en cuanto me vio se acercó hacia mí.
— Rebeca— dijo.
— ¿De qué quieres hablar?— pregunté.
— Verás, hay un rumor de que el día de la fiesta tú bailaste con un chico de otra clase— dijo, sonaba algo molesto.
— ¿Ah? ¿Con quién?— pregunté.
— Con John Adams, también rumorean que tienes un romance con él, Ximena y Kareli me lo dijeron— respondió.
— No puede ser— dije y subí mi mano hacia mi cabeza. Dios, soy yo de nuevo...
— ¿Es verdad?— preguntó preocupado. En ese momento solté una carcajada.
— ¿Hablas en serio? Primero mis amigas y ahora ¿tú?— dije mientras reía.
— No entiendo cuál es la gracia— dijo Brayan molesto.
Me reía de la estupidez de esas dos, realmente me quieren arruinar.
— Escucha, yo nunca tuve nada con John como crees tú, como creen ellas, y como cree todo el maldito mundo. Es verdad que platiqué un rato con él, sólo eso, además, no estoy de humor ahora. Ya tuve suficiente con la humillación que pasé en la escuela para que ahora vengas tú a reclamarme porque "se rumorea" que tengo algo con otro idiota— dije molesta.
— ¿Qué rayos te pasa? Acaso...
— No, no ando en mis días— interrumpí.
— ...
—Escucha Brayan, mis padres se van a separar, necesito apoyo ahora, no reclamos— dije deprimida.
— ¿Qué?— dijo Brayan sorprendido.
— Mi padre se fue de la casa— respondí. Él no habló por unos minutos.
—¿Brayan?— dije.
— ¡Demonios!— gritó.— Pero, ¿cómo? ¿Ahora serás pobre? Yo no quiero a una novia pobretona— dijo egocéntricamente. Debo aceptarlo, esa no me la esperaba.
—Brayan...
—No Rebeca, tu padre tiene mucho más dinero que tu madre, y si él se va, entonces SERÁS POBRE— interrumpió.
Sus últimas palabras resonaban en mi cabeza, no lo mal interpreten, no me importaba tener poco dinero, simplemente no creí que el hombre al que yo amaba, sólo le interesaba mi dinero. Tampoco podía creer, el vacío que estaba sintiendo por dentro en este momento.
Continuará...
NOTA:
Espero que esta historia no ofenda a nadie, eso no es algo que yo quisiera, es una historia inventada, por favor disfrútenla, y si hay personas que se sientan identificadas, espero que no les afecte. ¡MUCHOS ÁNIMOS PARA TODOS! ❤