¿el amor lo cambia todo?

V capitulo

Me sostiene fuertemente de la cintura y logra inmovilizarme. Trato de safarme de su agarre, pero el es demasiado fuerte como para aserlo.

 

—No te escaparas de mi.

 

Me dice eso cerca del oído y eso ase que sienta una corriente eléctrica por toda mi espalda. Me quedó helada al sentir esas sensaciones, el aprovecha eso y me pone una comistes para cargarme como un costal de papás. 

 

Que deja vu.

 

Luego veo su espalda desnuda y me doy cuánta que me a dado su camiseta.

 

—Bajame 

—No 

—Bajame oh..

—Oh que.

 

Me quedo callada por qué no sé que decir, así que solo resoplo rendida y veo que ya estamos subiendo las escaleras de dónde escapé.

 

—¿ Dime qué quieres de mi ? ¿Dinero?, Si es eso puedo dártelo.

 

— No yo no quiero tu dinero, yo te quiero a ti.

 

—¿A mi?

 

—Si, a ti.

 

Llegamos de nuevo a la habitación donde estaba y me baja, aprovecho eso y le doy un puñetazo en su rostro. Tratode correr pero otra vez me sostiene de la cintura impidiendo que escape otra vez. Respira en mi cuello y ciento una corriente eléctrica por toda mi espalda baja.

 

—Su- suéltame.

 

Dios no puedo creer que este tartamudeando por culpa de el.

 

—Huele exquisitamente mi lady.

 

Siento una extraña sensación, me siento como si tuviera esa necesidad de besarlo, como si lo conociera de años y nos ubieran separado. Trato de quitar todos esos pensamientos de mi mente y trato de safarme de su agarre.

 

—Te soltaré, solo relájate.

 

Me suelta y yo me quito de vista para pasarme atrás de el. 

 

—¿Quien te crees que eres para secuestrarme? — le digo desde atrás de el.

 

—Soy tuyo y tu eres mía. — me dice y se da la vuelta para verme.

 

—Yo no le pertenezco a nadie, yo soy dueña de mi misma, a si que déjame ir.

 

—No, soporte varios años sin ti, pero ahora ya eres todo una mujer— se acerca a mi para tratar de tocar mi mejilla con sus nudillos pero yo evado su tacto volteando hacia un lado — Por qué eres así, antes eras muy dulce.

 

—Que triste por ti, está soy la nueva yo —Luego recuerdo que no lo conozco y le digo — ¿Quien eres?— el ignora mi pregunta y eso hace que me enoje. Me cruzo de brazos y veo mi vestimenta, veo que llevo un pantalón de dormir que no es mío y que también llevo puesta la camiseta que me puso. Así que me la quito y le entrego la ropa  — Toma, no es mío y quiero que me entregues mi jean que estaba usando cuando me secuestraste.

 

El recibe el pantalón y la camiseta de dormir y me ve de pies a cabeza, veo que sus ojos an cambiado a un azul más oscuro con unos toques de rojizos.

 

—Vistete 

 

Escucho su voz más ronca y trata de entregarme el pantalón y la camiseta.

 

— No te preocupes he estado desnuda frente varios hombres, solo que está ves llevo más ropa.

 

Sonrió maliciosa y el deja caer la ropa al suelo y se acerca a mi. Yo retrocedo hacia atrás y topo con la pared pero sin dejar de sonreír maliciosa

 

—¿Que dijiste? — pone sus brazos a los lados de mi rostro.

 

—Lo que oíste, ¿O quieres que te lo repita?

 

Río al ver que se ha puesto enojado, pero dejo de reír cuando veo que sus ojos se an puesto de un rojo carmesí. Luego siento como pone sus manos en mi cuello y hace precion evitándome el oxígeno. Pongo mis manos en sus brazos tratando de safarme de su agarre y también empiezo a patalear, pero se me hace difícil porque empiezo a sentirme muy debíl y siento como mi vista se empieza a nublar. Mis brazos caen a los lados y dejo de moverme por lo débil que me siento, pasan unos segundos y en ese momento me suelta y caigo de rodillas golpeandomelas.

 

Eso no me importa mucho ya que siento como si me ubieran evitado el oxígeno por varios minutos.

 

Empiezo a tocer y a tragar bocanadas de aire para recuperar el aliento. El se arrodilla enfrente de mi.

 

—Perdon, perdóname yo no quería la-lastimarte.

 

Trata de tocarme pero yo no dejo que lo haga.

 

—No — toso un poco más — no me toques — vuelvo a tocer — alejate de mi.

 

—Perdon me segue por la ira, perdóname por favor. 

 

Yo sigo tosiendo y tratando de recuperar el oxígeno.

 

—No, vete de aquí.

 

—Por favor...

 

— Dije que te fueras.

 

Le digo después de aver recuperado un poco de oxígeno. El hace lo que le digo y se levanta y camina hacia la puerta. La abre, pero antes de salir me dice algo.

 

—Perdon no quería hacerte daño, jamás te volveré a hacer daño.

 

Cierra la puerta y al hacer eso yo me levanto del suelo, corro hacia la puerta y la cierro con seguro. Me doy la vuelta y me dejó caer de espalda al suelo, subo mis rodillas hasta mi pecho y las abrazo. 

 

(≈)

 

Tocan la puerta y me levanto rápidamente alejándome de ahi. 

 

—¿Puedo pasar?

 

—No, quiero que me dejes ir.

 

—Disculpame yo, nose lo que me pasó.

 

—Dejame en paz.

 

Abre la puerta y me quedo pensando como entro, luego recuerdo que está pueda ser su casa y tiene todos las llaves de las habitaciones. Trae un ramo de rosas rojas y una charola con comida, al ver la comida mi estómago empieza a rugir de hambre.

 

— Te traje cómida.

 

— No quiero nada que venga de ti.

 

— Por favor recíbelo se que te mueres del hambre.

 

Tiene razón pero mi orgullo es más fuerte que mi hambre, talves si me lo coma pero si el no estuviera presente, ya que le e dicho  que no quiero nada de el.

 

Volteó a ver hacia atrás de el y veo que una chica lleva una bolsa y entra.

 

— Con su permiso Señor Evans.

 

Pone la bolsa sobre la cama y se retira.




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