Luisseeker, estaba mejor recuperado, gatea lentamente dirigiéndose hacia el felino sin saber que era Kaiser, él siente en su corazón un vacío, una gran tristeza, pese a ello puede sobrellevarlo, intenta abrir los ojos pero le duele mucho.
_ ¿Quién eres?’’ amigo incondicional, un gran vacío siento en mí, realmente quiero saber quien eres...
Los demás integrantes no pueden siquiera levantarse, tienen miedo, es de noche, temen morir. Ares está herido y observa a los humanos.
_ Es extraño, difícil de entender, el estar feliz no se manifiesta constantemente, Y bien, tengo muchos recuerdos en mi cabeza, los colores poco a poco empiezan dibujar la figura de un gran amigo.
Luisseeker ha llegado donde se encuentra el felino, llegó confiándose de su instinto, lo acaricia, mientras lo hace siente su cuerpecito golpeado y humedecido y la curiosidad de verlo lo consume, necesita saber quien es, con todo el dolor consigue abrir sus ojos por unos instantes. Lo que vio le destrozó el corazón
_ ¡Porque!...Porque lo hiciste, nunca debiste hacerlo, mi gran amigo y ahora mi corazón sufre, sufre tu partir y no, no sé que hacer… Quiero dormir… Quiero dormir… Solo dormir…
Él esperaba que todo que lo que está aconteciendo, fuese un sueño del que quiere despertar, está desconsolado, la emoción de tristeza es percibida por todos, los gatos guerreros rodean a Kaiser y están echados con las patas en la cabeza en señal de respeto. El valle que tenía intenciones de asesinar a los humanos ha quedado conmovido por los sentimientos puros emitidos de Luisseeker. Las hojas de los árboles y de las flores las lleva el viento en dirección a Kaiser rodeándolo, las ramas del árbol curan sus heridas de su golpeado cuerpecito, entre lágrimas él puede ver a su gran amigo cuando era un gatito.
_ Y no estás, un corazón valiente, que descansa del dolor, te fuiste y quiero llevarte a casa, ¿Recuerdas? Cuando solíamos jugar, las horas de felicidad nadie nos las puede quitar.
_ ¡Kaiser! … ¿Porque termino así? ¿Este será el fin? nunca debiste… Y yo no pude hacer nada, me duele el corazón de solo pensar en… En tu partir… Quiero dormir… Quiero dormir
El valle estaba completamente conmovido por los sentimientos que podía sentir, todo el odio que había visto en los humanos, todos los conflictos que se desarrollaron en sus tierras tiempo atrás, el egoísmo presenciado a lo largo de toda su existencia, los gatos guerreros no solían llevarse con los humanos, para el valle y los gatos guerreros los humanos representaban destrucción y caos en cualquier lugar. Mientras tanto Luisseeker recordaba cuando era pequeño, un perro le había mordido el brazo izquierdo, no sabía qué hacer estaba asustado, él lloró de dolor, cerró los ojos y poco después Kaiser acudió en su rescate, sin dudar se lanzó contra el perro, ambos pelearon y este quedó con el hocico arañado y Kaiser con la patita lastimada, el perro huyó, sin embargo Kaiser estaba triste por lo sucedido, de sus ojos brotaban lágrimas solo quería el bienestar de Luisseeker. Solo eso quería… Protegerlo
_ Y todas las veces que me protegías, todo el tiempo era de verdad, que hago no sé como devolverte la vida, maldita sea no podemos volver atrás.
_ Kaiser … Porque te fuiste así, todo esto injusto es, nunca mereciste esto, al verte mi corazón llora, me duele verte así, siempre quise protegerte… Y no pude… Quiero dormir
_Solo dormir
_ Verte otra vez, jugar juntos y escuchar tu ronronear
Luisseeker cerró los ojos, quedó dormido de tristeza, el alma de kaiser se aloja su corazón, ese lugar será su hogar de descanso, él será el guardián de sus sentimientos, su pequeño cuerpecito resplandece y desaparece, su alma está fragmentada y hasta que no esté completo, Kaiser no despertará de sus sueños en el corazón de Luisseeker. El valle, al ver tal acto de amor decide perdonar la vida de los integrantes y permitirá la entrada a sus tierras a los humanos nuevamente. Los gatos guerreros deciden alojar al grupo momentáneamente.
#19942 en Fantasía
#27313 en Otros
#3719 en Aventura
aventura epica, aventura romanse inesperado ymucha intriga, fantasia musical
Editado: 29.09.2019