Cordelia Astariel
ARIEL
Los miembros de la Alta Comisión quedaron en silencio sepulcral. La mujer daba pasos largos y acompasados, Anthony seguía a la mujer hasta sentarse en un sillón largo, Amelia tenso la mandíbula y su postura era medio erguida. La Alta Comisión miraban de reojo y agachaban la cabeza. Anthony tomó la palabra.
—Jefa Cordelia Astariel—dijo el presidente levantándose de su asiento—¿A qué debo su visita no anunciada?
—Vengo en representación de la OSMU, para hablar del asunto con el niño de Cain—respondió con voz melosa.
Cordelia Astariel era una mujer curvilínea de piel dorada, cabello rubio con raíces negras cortada a lo paje, llevaba vestido de tubo azul con zapatos a juego. Dejó su abrigo de pieles a un lado, dejando al descubierto sus brazaletes de bronce, y sus ojos eran ambarinos. Era muy hermosa para ser una mujer mortal o mágica.
—Matthew Vaunder—continuo Cordelia—. Es una amenaza a la comunidad, tanto mortal y mágica, ya que su padre fue una amenaza para ambas especies durante el inicio del primer ser sobrenatural. Y, ahora su hijo lo derrotó, con un poder que se sintió desde los polos y movilizó a la tierra. ¿Que nos dice que su hijo no será una nueva amenaza, o un nuevo Cain?
—Le aseguro, Madame directora, que Matthew Vaunder usa su poder para ayudar al Parlamento—contestó Anthony, aún con su porte tranquilo se le veía tenso—. Además de que es un agente de confianza, en todo lo relacionado con Cain y su derrota desde el principio, ahora nos ayuda, con situaciones relacionadas al grupo fugitivos que estaban con Cain.
—Un menor de edad en asuntos del Parlamento y la OSMU ¡Es intolerable!—agregó, se cruzó de piernas y sus brazaletes tintineaban—. Al menos trato de preguntar o avisarnos, si era correcto permitir aún menor estar aquí, y más si ese menor es quien derrotó a Cain.
Anthony no respondió, tal vez por qué tenía razón, o por qué no sabía qué decir.
—Señora directora—habló Amelia, se paró de su asiento y con su ojo felino escaneó a la mujer—¿Sabe usted la cantidad de sangre mágica se derramó durante décadas para detener a ese monstruo? Debería saberlo, ya que la OSMU fue quien mandó una legión de seres sobrenaturales, hace cien años contra Cain, cuando la alianza fue establecida. Resultado de eso; todos muertos.
»Nosotros no teníamos, en ese entonces, a alguien que iguale su poder. Tengo entendido que la magia oscura y del caos está prohibida. Ya que eso fue lo que desató los desastres naturales, y causó muchos desertores y traidores, la mayoría seguidores de Cain. Pero fue gracias a ese poder del caos, que su hijo tiene, lograr en una noche, lo que nosotros en más de cien años de historia.
»Así que con todo respeto, señora directora, usted no tiene idea de lo que tuvo que pasar el señor Vaunder, para liberarnos de él. Ni para considerar si es apropiado o no, tener al hijo de Cain en el Parlamento.
La directora tenía las mejillas coloradas y una mirada asesina que desfiguraba un poco su bello rostro. Amelia no se dejaba intimidar por la mirada de la directora, ya que ambas daban ese toque de autoridad, una que solo la vi en Juana de Arco. Cordelia sonrió con malicia
—Bueno, está bien, tomaré su palabra en consideración—dijo, aunque se notaba a la legua que mentira—. Ahora, si me permiten saber, ¿Por qué la Alta Comisión está reunida?
—Por supuesto, Madame directora—agregó Anthony—. Hablamos sobre la liberación de un preso de Howlong, para ayudarnos en la búsqueda del comprador de la Liga. Y para eso necesitamos la autorización de la OSMU. Tenemos suerte de que…
—No lo apruebo—interrumpió cortante.
—¡Disculpe!—salte, todos me miraron desorbitados, hasta Amelia arqueo las cejas—¡Está diciendo que no permitirá que nos ayude a ubicar al comprador!
—Si ubicar al comprador, significa liberar a un preso peligroso, no lo apruebo—apreté los puños hasta poner los nudillos blancos. Cordelia miraba tranquila a todos, estaba tentada en desintegrar su cerebro con un pensamiento, pero sabía que dañar aún mortal, implica también ser degradó a Caído; no gracias, quiero estar cuerda.
—Entonces creo que tenemos una desigualdad, señora directora—lo último lo dije con repudió—. Ya que podríamos terminar con este predicamento, de una vez por todas. Además, esto le demostraría a la comunidad que la OSMU, no es tan… distraída ni retraída en asuntos de seguridad nacional.
La Alta Comisión estaba inquieta cuando Cordelia se puso en pie, camino a la máquina de dulces y sacó un paquete de maní tostado azucarados. Con parsimonia se volvió a sentar en el sillón mascando maní, cuando terminó de comer lo que tenía en la boca habló.
—¿Quién es usted?—pregunto. En el centro de sus ojos, un brillo rosa aflora, una corriente eléctrica me llegó al centro de mi cabeza. Sentí como Jessica estaba por despertar, por tomar el control, Cordelia sonría coqueta mirándome fijamente. Es una bruja psíquica, por eso están todos tensionados, los puede obligar a ser cosas y decir.
—Solo una simple mortal—respondí con la voz más inocente que pude y las manos entrelazadas en la mesa. Ahora era mi turno de entrar a su mente, de obligarla a que me diga lo que quiero… pero había un problema. La mente de ella estaba bloqueada, todos sus pensamientos eran para ella. Se estaba por llevar otro maní a la boca, trataba de flanquear sus defensas, cuando pensé «¡Alto!», y el maní quedó a centímetros de sus labios. Ella me miró con odio, su actitud tranquila y engreída término.
Ahora era mi turno de sonreír y ella se paró apretando el paquete de maní.