Así es, finalmente el orgullo le había ganado a su amor, tomando la única salida que encontró a aquella situación, simplemente desapareció.
No quería enfrentarla pues sabía que cedería una vez más ante ella, los días pasaron pero él no regresó.
Tal como prometió, Anna lo esperó, y mientras su corazón se rompía Hazar buscaba anestesiar el suyo en otros lugares con otras mujeres, tratando de ser quien era antes de conocerla.
Y para peor, en medio de esa soledad, la joven recibió la noticia que tanto temía, la confirmación de su enfermedad.
Siempre supo que había una gran posibilidad de que padeciera el mal que mató a sus padres, esa era la razón principal por la cuál no quería tener pareja en un principio, para que nadie sufriese por ella, pero aquella efímera felicidad junto a Hazar la hizo olvidar por un tiempo que podía tenerla.
Los meses pasaron y una terrible ansiedad nació en Hazar, finalmente entendió que nada podía suplir a Anna. Todo se lo recordaba, pero no encontraba el mismo placer de estar con ella en ningún otro cuerpo. Era inútil luchar contra sus sentimientos.
Indeciso por volver a su lado, se detenía en regresar ante la duda de si ella lo odiaba por lo que hizo, hasta que decidió que no importaba si Anna estaba enojada o no, se dijo a si mismo que pondría todos sus esfuerzos en reconquistarla para volver a disfrutar de su compañía.
El primer lugar que visitó fue su casa, pero al mirar de cerca notó que la misma estaba vacía y abandonada, la desesperación se apoderó de él, ¿Se había mudado?, ¿Había abandonado el pueblo? . Necesitaba más información y se dirigió al único lugar donde podría obtenerla, el café.
Al llegar no la vio por ningún lado, y en su lugar había otra joven. Fue directo a hablar con el dueño, quien siempre estaba sentado en la barra sirviendo bebidas - Disculpe señor, ¿Sabe en donde puedo encontrar a Anna?- preguntó Hazar.
El hombre levantó la vista y dijo - Te conozco... eres el muchacho rubio que solía venir aquí... ¿Eres Hazar? -
- Sí, soy yo. ¿Anna le habló de mi? -
- Sí, me contó sobre ti y su relación... -
- ¿Dónde está ella?, ¿Se mudó? -
El hombre quedó en silencio por un momento - Ven conmigo, te llevaré hasta donde está - respondió y dejó a cargo a otro empleado.
Comenzaron a caminar bajo la puesta del sol hasta una pequeña colina un poco alejada del pueblo.
Hazar comenzó a notar que no había nada alrededor hasta que apreció con horror tres lápidas, y aquel hombre señalando la del centro dijo - Allí está Anna...-
El Diablo sintió como nuevamente un frío corría su espalda - Tiene que ser una maldita broma... Ella no puede estar mu- -
- Muerta - terminó la frase el hombre - Sí, Anna murió hace más de un mes... -
- No puede ser... ¿Qué le ocurrió? -
- Le diagnosticaron la misma enfermedad a la sangre que a sus padres...-
- Pero... si apenas unos meses han pasado desde la última vez que la vi -
- Es una enfermedad muy cruel, aún no tiene cura, es una sentencia de muerte...-
- Anna...- murmuró desconcertado.
- Ella me habló sobre ti, no dijo mucho, sólo que estaba muy enamorada. Era evidente su felicidad, pero entristeció mucho cuando te fuiste.... Y casi supo de su enfermedad al mismo tiempo...-
Lentamente se acercó a la lápida que llevaba su nombre - Mi preciosa...- susurró Hazar.
- ¿Puedo preguntar por qué desapareciste? - indagó el hombre.
- No quería aceptar que la amaba tanto...-
- Dime... valió la pena alejarse?...-
- No...-
Seriamente el señor se acercó y tocó su hombro - El orgullo es un sentimiento ambiguo, que puede hacernos perder algo que no sabíamos que amabamos...- dijo por último y se marchó en silencio dejando sólo a Hazar.
El Diablo sintió que su corazón se deshacía, una sola lágrima rodó por su mejilla y con ella escapó su orgullo para siempre.
Con un sólo movimiento de su mano hizo aparecer muchas rosas blancas alrededor de la tumba de su amada - Perdóname Anna... estoy seguro de que me esperaste tal como lo prometiste... pero como un idiota me alejé. No puedo volver el tiempo atrás, pero te aseguro que buscaré tu alma en cada rincón que exista... hasta asegurarme que seas mía en tu siguiente vida... - juró Hazar y así lo hizo.
Recorrió cada parte del infierno para encontrarla pero sin éxito, hasta que decidió buscar consejo en el ser más antiguo del Inframundo, un Espectro llamado Arza, que vivía en el reino de la Codicia - Arza, ¿hay alguna forma de resucitarla? - preguntó Hazar.
- Eso es imposible señor, si hace mucho tiempo que murió su alma ya debe estar en camino hacia la reencarnación. Si tratamos de revivirla lo más probable es que un alma errante ocupe su cuerpo y ya no sería ella - respondió el espectro.
- ¿Entonces estás diciendo que ya no la busque? -
- Exacto señor, independientemente de dónde esté su alma ya debe estar por comenzar otra vida -
- ¿Y cómo rayos haré para saber en donde está? -
- No sé preocupe, si usted en verdad fue importante en la vida de esa joven, ella directa o indirectamente regresará a usted -
- ¿ A que te refieres con indirectamente? -
- No importan las vidas, el alma es la misma, inexplicablemente para ellas siempre buscan volver a aquello que las hizo felices, en este caso usted. Pero su encuentro puede estar sujeto a los más mínimos acontecimientos cotidianos... Deberá estar atento a todas las señales que el destino le dé, si ignora alguna de ellas puede que ya no la encuentre jamás...- terminó por afirmar el Espectro.
Así, pasaron más de veinte años sin tener ni una mínima señal de que Anna regresase, Hazar terminó por desilucionarse, buscando rellenar ese vacío en su corazón nuevamente jugando con otras mujeres. Pero lo que jamás imaginó es que Arza estaba en lo cierto, su encuentro con Anaciel estaba destinado a ser, sólo que él lo ignoró, siendo así Noré quien la encontró en su lugar.
Aquella noche Loxur le encomendó a Hazar que fuese a buscar un alma errante que se encontraba aferrada a una vieja casa en el bosque, casualmente estaba cercano al pueblo donde conoció a Anna y para no revivir dolorosos recuerdos decidió ignorar su deber e irse sin decir nada a otro lugar en busca de entretenimiento y distracción.
Al enterarse, Loxur envió a Noré a hacer dicho trabajo y este fue sin excusas. Luego de terminar el encargo eligió quedarse un tiempo más en el lugar para despejarse y ese fue el momento en que , a escondidas, vio a Anaciel por primera vez. Dejando en él tal impresión que ya no querría dejar de verla jamás.
Cuando ya había sucedido todo entre Anaciel y Noré, recién en ese entonces Hazar notó el particular comportamiento de su hermano, sus salidas diarias al mundo humano, llamándo su curiosidad - Rustem, ¿Tú sabes a donde se dirige Noré? - preguntó.
- ¿No te has enterado?, el idiota se enamoró de un ángel en el mundo humano - respondió el pequeño Diablo.
- ¡¿Un ángel dices?! - se sorprendió.
- Sí, la visita cada noche tomando la forma de un ave para estar cerca de ella si llamar su atención -
- Ja ja, eso tengo que verlo - dijo con burla y salió tras de él.
Hazar ocultó su presencia para que Noré no lo notase y poder seguirlo a la distancia. Al llegar al bosque tomó la forma de un zorro blanco para mezclarse con el entorno. El lugar le resultaba conocido, era el bosque cercano al antiguo pueblo de Anna.
Se escondió entre los árboles esperando la llegada de aquella ángel que enamoró a su hermano, pero en cuanto vio a Anaciel, Hazar sintió que su corazón se detenía - No... puede ser... - se dijo a si mismo impactado. Aquella hermosa ángel era la viva imagen de su amada Anna.
La observó durante varias noches a la distancia y le resultaba innegable, sus gestos, su comportamiento, su personalidad gentil, tenía que ser ella.
- Al fin... te encontré mi amor...- murmuró para si mientras en su cabeza comenzaba a gestar el plan que terminaría llevando a cabo.
Verla nuevamente había despertado con más fuerza que nunca los sentimientos de su atormentado y culposo corazón.
La desesperación por tenerla otra vez sólo iba en aumento y ya no se detendría por nada del mundo, ni siquiera por pasar encima de su propio hermano.
Y ahora ahí estaba, sumergido en recuerdos que lo alentaban a actuar sin medir consecuencias, a dar el siguiente pasó que terminaría con todo...
- Espérame Anna... pronto volverás a mi...-
Continuará...