- ¿Qué dijiste? - preguntó él Diablo ya fastidiado.
- Lo que escuchaste, ¿Quieres que te lo repita?, llevo más tiempo que tú de conocerla. He admirado su belleza y dulzura cada día, no tengo ningún reparo en decir que deseo a esa mujer, ansío el el momento de poder besarla, tocar su cuerpo... - dijo buscando provocarlo.
- Bien... ahora me generas la duda de saber si eres temerario o estúpido al atreverte a decirme algo así... Pero de lo que sí estoy seguro es que eres infantil, no importa que la hayas conocido antes que yo, al final será Petra quien decidirá. Y te aseguro que no retrocederé ni un centímetro ante ti, a menos que ella me lo pida... Ahora, si lo que quieres es morir, sólo tienes que decirlo directamente...- respondió intimidante el Diablo.
Ismael esbozó una pequeña sonrisa - Entonces ya somos dos... Pero a diferencia de ti, aunque tuvieses la suerte de que ella te acepte, aun así la seguiría buscando, hasta que se de cuenta con quien debe estar...
Aquel par de jovenes no dejaban de mirarse de manera desafiante, había una terrible tensión entre ellos y en ese momento apareció Petra.
- ¿Ismael?
- Hola Petra - le sonrió.
- ¿Qué ocurre? ¿Está todo bien? - preguntó ella.
- No es nada, sólo estaba cruzando un par de palabras con Lourent... siempre que pueda verte todo estará bien, eres mi alegría Petra... - dijo y con la punta de su dedo le tocó gentilmente la nariz.
El Diablo apretó los dientes, estaba furioso con el atrevimiento de aquel hombre, pero debía reprimirse, no podía siquiera ni tocarlo o quedaría en evidencia ante Petra y ella podría molestarse con él. Ismael era consciente de ello y se aprovechaba de la situación.
- Nos vemos hermosa... - se despidió con un gesto de satisfacción en su rostro.
La joven quedó confundida, no terminaba de entender lo que había sucedido.
- ¿Loxur?... ¿Qué pasó entre tú y él?...
- No es nada Petra... Creo que a Ismael le molesta mi presencia - intentó responder relajado pero no podía disimular su molestia.
- Pero te ves enojado... ¿Dijo algo que te molesto?... Disculpame, él es un buen muchacho pero como me pretende supongo que se siente inseguro cuando ve a un hombre cerca de mi, por su porte puede resultar intimidante.
- No te disculpes, sólo me molestó un poco su actitud. He peleado con enormes bestias en el infierno, no voy a dejarme intimidar por él.
- Pero... no le harás nada ¿verdad?...- preguntó algo preocupada.
- Tranquila, soy consciente de que con sólo un golpe podría matarlo, sé controlarme Petra...
- Está bien...
- ¿Nos vamos?
- Claro - sonrió y partieron.
Luego de comprar lo que necesitaban fueron directo hasta la casa de la joven.
- Ya llegué mamá - saludó a la mujer que se encontraba sentada en el jardín.
- Bienvenida hija, oh!, veo que traes compañía - comentó al ver a Loxur asomarse.
- Así es.
- Buenas tardes señora Amelí - saludó galante el Diablo.
- Bienvenido muchacho, un gusto verte de nuevo.
- El gusto es mío.
- Que bueno que pudiste regresar, Petra había quedado algo triste la noche en que no pudiste cenar con nosotras - comentó con picardía la mujer.
- Mamá... no es necesario que digas eso... - se apenó la muchacha.
- Pero es la verdad ¿o no?, ¿Qué tiene de malo que las personas sepan que te importan? - continuó su madre.
- ¡Mamá! - se avergonzó aun más la joven.
Loxur se sorprendió por aquel comentario, aquella noche creyó que sólo él se había quedado con una sensación triste, pero ahora acababa de descubrir que Petra sintió lo mismo.
La miró por un momento, ella lo notó, sé sintió expuesta por su madre
- Iré a hacer la cena, disculpen, los dejaré un momento solos - dijo algo nerviosa y se retiró.
El Diablo la observó irse, no pudo evitar sonreír levemente, la mujer lo vio y lo llamó
- Ven muchacho, siéntate un momento, quiero hablar contigo...
Tomó asiento a su lado en una de las sillas del jardín y ella continuó
- Te llamas Loxur ¿verdad?
- Así es.
- No se lo he preguntado a mi hija pero... Dime... ¿Tú eres igual que Petra verdad? - indagó mirándolo fijamente con una sonrisa.
- ¿A qué se refiere? - respondió algo desconcertado.
- Desde que te vi la primera vez pude percibir una energía a tu alrededor, la misma que lleva Petra... Tú no eres humano ¿no es así?
Él se sorprendió - ¿Cómo es que lo sabe?
- Desde muy pequeña puedo diferenciar las energías de las personas, puedo distinguir las humanas de las que no lo son...
- ¿Y eso... le preocupa?
- Para nada - le sonrió - ¿Quién eres en realidad? ¿Loxur es tu verdadero nombre verdad? Es bastante particular.
- Así es, mi nombre es Loxur y soy un Diablo, un Príncipe del Infierno.
- Un príncipe... eso sí que no lo esperaba. ¿Debería referirme hacia ti de alguna manera más respetuosa?
- Para nada, me agrada que me traten con confianza.
- Bien, ¿Cómo conociste a mi hija?
- En el Infierno, quería conocerla y la encontré una noche que regresó a dormir al mismo.
- Ya veo...
- Ella me habló sobre usted y el día que la recogió del bosque, le salvó la vida.
- Así que te lo dijo.
- Sí, ella la ama profundamente.
- Lo sé, y yo a ella.
De repente una duda surgió en Loxur
- Pero... Ahora que me dice que usted puede reconocer las energías no puedo evitar preguntar... ¿Supo desde el principio que ella no era humana?
La mujer lo miró - Así es.
- ¿Y aun así la llevó con usted a su hogar? ¿Por qué?...
- Porque vi la pureza de sus ojos muchacho. Los seres, ya sean humanos o no, podrán disfrazar su exterior pero sus ojos reflejan lo que son en realidad... - sonrió.
El Diablo estaba impactado y ella continuó
- Aquella noche fría me encontré con una criatura en pésimo estado, no tenía idea de que o quien era pero al mirarla a los ojos vi la inocencia de cualquier niño en ella... ¿Cómo no iba a ayudarla? para mi lo seres son sólo seres... no tengo prejuicio sobre ellos, traerla conmigo fue la mejor decisión que tomé en toda mi vida... Petra es mi amor, mi orgullo.
- Ya veo... La verdad que me ha impresionado señora Amelí, tiene mi respeto, se puede ver que es muy sabía.
- Contigo es lo mismo.
- Eh?
- En cuanto te vi pude percibir tu energía pero tus ojos transmiten confianza, por eso es que no me preocupa que estés al lado de Petra.
- Entiendo.
- ¿A ti te gusta mi hija verdad?
- ¿Cómo? - se sorprendió.
- Se puede apreciar perfectamente en la forma en que la mirás, tal vez no eres consciente pero la observas como un hombre enamorado - esbozó una sonrisa.
- Sí... estoy enamorado de Petra...- le confesó.
- ¿Ella lo sabe?
- No, no se lo he dicho...
- ¿Y qué esperas?
- Es que... ella me comentó que no está interesada en tener pareja...
- Ah... esta testaruda hija mía, ya lo suponía... Es por mi ¿verdad?
- Sí...
- Ella teme que si se enamora de alguien pueda descuidarme... Pero no entiende que yo lo único que deseo es que encuentre un amor del cual sostenerse cuando yo no este... Pero eso sólo sucede cuando puedes abrirle el corazón a los demás, y si ella se cierra en ese pensamiento puede dejar pasar el amor de su vida...
Aunque ahora estoy tranquila, porque veo que tú lo estás consiguiendo.
- ¿Qué quiere decir?
- Siéntete afortunado muchacho, si mi hija te trajo hasta aquí es porque confía en ti, porque siente que puede ser quien en verdad es a tu lado. Te está abriendo su corazón.
- ¿De verdad lo cree?
- ¡Por supuesto!, mi hija está fascinada contigo, desde aquella noche tiene la cabeza en las nubes.
- ¡¿En serio?! - dijo con sorpresa.
- ¿Acaso no te has dado cuenta de cómo te mira? Vaya... no importa si son humanos o demonios, ustedes los hombres no se dan cuenta de nada... La traes suspirando por ti.
- Pero... es que... no parece, es decir no...
- Loxur, soy mujer, puedo detectar claramente cuando otra mujer está enamorada. Pero si ella está cerrada en que no quiere tener pareja tendrás que ser tú el de la iniciativa, si es que de verdad te importa.
- Claro que me importa señora Amelí, pero ya hay otro hombre pretendiéndola y no quería que se sintiese presionada...
- ¿Otro hombre?
- Sí, un joven cliente del lugar donde trabaja, su nombre es Ismael.
- ¿Ismael? Ahh, aquel joven cazador, sólo lo he visto de paso, pero Petra jamás me habló de él... Bueno, pero en todo caso tu tienes ventaja, ella nunca había traído a nadie a casa, eso es especial.
- Le agradezco su sinceridad.
- Es que parece que necesitan un pequeño empujón para avanzar. Para serte sincera no tienes idea lo que me alivia que mi hija se haya fijado en otro demonio...
- ¿Por qué lo dice?
- Porque temo mucho por ella Loxur, no todos los humanos están preparados para aceptarla como es en realidad... muchos le temen a lo que es diferente y ese temor puede hacer mucho daño...
Me angustia terriblemente que ella vaya al pueblo los días de frío, me aterra pensar que le afecte y pierda su transformación... si la ven podrían intentar matarla... Petra siempre se esfuerza tanto, no quiere que eso la detenga, sé que es feliz llevando la vida de un humano pero también podría encontrar otras cosas que la hagan igual o más feliz, sólo debe permitirse conocerlas... Y tú representas esa posibilidad, sé que ella era rechazada en su mundo y que mientras yo esté aquí no querra regresar allá, pero después de que muera podrías ayudarla a volver...
- Me encantaría...
- Te pido que le tengas paciencia, no la dejes sola... Petra merece recibir amor siempre... Enamorala Diablo... - le pidió mirándolo llena de confianza.
- Así lo haré señora Amelí - respondió seguro él.
- Una cosa más.
- ¿Qué es?
- ¿Podrías mostrarme tu verdadero aspecto?
- Está bien - dijo Loxur y desvaneció su apariencia humana dejando ver su verdadero color de cabello y cuernos.
- Vaya... cabello rojo... eso definitivamente te da puntos extra con mi hija - sonrió.
- Gracias... - dijo algo apenado.
- Si de verdad la quieres abrazala y no la dejes ir muchacho, el amor de tu vida puede aparecer ante ti pero no debes dejar pasar la oportunidad de tenerlo...
- ¿Usted lo encontró?...
- Claro que sí, Petra es el amor de mi vida... - respondió con una sonrisa.
En ese momento la joven se asomó al jardín
- Ya está lista la cena - comentó, pero se sorprendió al ver a Loxur en su verdadera apariencia - Loxur... ¿mamá que les has dicho?
- Nada, sólo le pregunté si era un demonio igual que tu, ya que lo tratas de forma tan especial... - deslizó con picardía la mujer.
Ella se sonrojó una vez más - Hoy hace una noche hermosa - intentó cambiar de tema - ¿Les parece si cenamos aquí en el jardín?
Todos estuvieron de acuerdo y compartieron a gusto la cena allí.
Loxur quedó asombrado por el buen sabor de la comida humana que Petra preparó, aunque ella particularmente comió pastel, ya que sólo le gustaban las cosas dulces.
El Diablo se sentía a gusto entre ellas, siempre estaba tan atareado que poder disfrutar de una charla distendida lo complacía.
Luego de un par de horas Amelí decidió retirarse
- Bueno muchachos, los dejo sólos, soy una mujer mayor que necesita dormir temprano - sonrió.
- Déjame acompañarte mamá.
- Tranquila hija, puedo ir sola, no dejes sólo a tu invitado, adiós Loxur, fue agradable conocerte.
Él se puso de pie e hizo una pequeña reverencia - Que tenga buenas noches señora Amelí, el placer fue todo mío.
- Espero verte de nuevo por aquí, seguro mi hija volverá a invitarte, se puede ver que le gusta tenerte en casa je je.
- Mamá...
- Ya me voy, ya me voy. Buenas noches - dijo por último y se retiró.
Ambos jóvenes quedaron solos en el jardín, Petra había quedado sonrojada al verse expuesta nuevamente por su madre.
- Disculpa a mi madre Loxur, a veces tiene comentarios que pueden incomodarte...
- ¿Incomodarme? Tu madre es una persona fascinante, fue un placer hablar con ella, es muy sabía. He pasado una noche increíble al lado de ambas.
- ¿De verdad? ¡Que bueno! - sonrió - es un alivio, temía que la comida no fuese de tu agrado...
- Todo lo contrario, disfrute mucho de tu comida, nunca había probado algo así, gracias por permitirme vivir estás experiencias. Me ayudas a ampliar mi criterio a través de ellas...
- Me halaga mucho lo que me dices - dijo visiblemente feliz.
Ambos compartieron un tiempo más juntos en el jardín, y luego de disfrutar de un cálido té llegó la hora de la despedida.
Ya era entrada la madrugada, Petra y Loxur se encontraban fuera de la casa, listos para que este último partiera.
- Gracias por aceptar mi invitación Loxur... sé que eres alguien muy ocupado, y que te hayas tomado la molestia de venir significa mucho para mi...
- No me lo hubiese perdido Petra, me gusta estar contigo.
- ¿En serio? Entonces... ¿puedo volverte a invitar?... - preguntó apenada.
Él sonrió - Claro que sí, con gusto vendré...
- Muchas gracias, eres tan amable, no quiero abusar de tu confianza...
- ¿Amable?, yo no te trato así por mera cortesía Petra...
- Eh? - Se sorprendió ella.
El Diablo hizo aparecer una rosa roja y se la entregó
- Toma, para ti... - dijo acercándose más a ella.
La joven la tomó con ambas manos, estaba maravillada con la belleza de aquella flor
- Muchas gracias Loxur... es preciosa...
- Petra... - la nombró
- Si? - preguntó algo distraída y al levantar la vista el Diablo la sorprendió robándole un beso directo de sus labios mientras tocaba delicadamente su rostro.
El corazón de Petra latía tan fuerte que Loxur casi podía oírlo y al separarse la vio completamente ruborizada.
- Loxur... - suspiró ella mientras se tocaba la boca.
Él sonrió satisfecho - Tus labios son tan dulces como los imaginaba... - comentó y la miró directo a los ojos - ¿Ahora entiendes por qué estoy aquí?...
- Loxur... yo...
- Mejor te dejo descansar... Adiós Petra... - dijo por último, besó la mano de la joven y se retiró en medio de la noche.
Ella quedo impactada, jamás espero algo así de él, y permaneció un tiempo fuera de la casa apreciando aquel beso tan gentil y la belleza de la rosa.
Las palabras de la madre de Petra le habían dado valor al Príncipe para ser más atrevido a la hora de profesar su amor por ella, pero al llegar al palacio cayó en cuenta de algo... no había sido lo suficientemente claro con la joven.
Temió que quizás lo que había hecho pudiese resultar ambiguo, ya que al sólo besarla y no decirle expresamente que la amaba de repente le preocupó que Petra pensara que sólo la deseaba y no que tuviese sentimientos más profundos por ella.
No podía quedarse tranquilo, aun estaba latente en él la amenaza de Ismael.
Se reprochaba a sí mismo por haber sido impulsivo pero para nada se arrepentía de haberla besado.
Antes de entrar a su habitación Karos lo llamó
- Señor Loxur, buenas noches, bienvenido de regreso.
- Hola Karos, ¿Ocurre algo?
- No señor, todo está tranquilo, sólo quería recordarle las reuniones de mañana.
- ¿Reuniones? ¿Con quién?
- Con los consejeros de su padre, para consensuar el entrenamiento de sus hermanos.
- Ah, es verdad, por un momento lo olvidé.
- ¿Qué le sucede Señor?, se lo ve distraído, ¿Algo le preocupa?
- Sí, hay algo, hoy di un paso muy importante con Petra. Pero temo que no fui lo suficientemente claro con ella... Tengo que verla de nuevo, ser más directo.
- Comprendo su ansiedad Señor, pero le pido que nunca posterge las reuniones con los consejeros de su padre, o podrían cuestionar su responsabilidad.
- Lo sé, esos viejos esperan que cometa un error para dudar de mi autoridad. No les daré esa oportunidad... - declaró el Diablo determinado.
Lamentablemente pasaron dos días en que no pudo volver a ver a Petra, los consejeros de su padre no le perdían pisada, y su orgullo no le permitía demostrar flaqueza. Cuando finalmente se desprendió de ellos regresó deprisa al mundo humano.
Era de tarde, casi la hora en que la joven salía del trabajo, fue directamente allí, emocionado, ansioso.
Al irse acercando vio de lejos a Ismael y Petra hablando en la puerta del local, no podía escuchar lo que decían, ella se veía seria, con cierta distancia.
Y en un momento Loxur observó claramente como aquel joven la tomó del brazo, acercándola hacia él para abrazarla a la fuerza, y aquel acto por parte de Ismael sólo fue una espina que se clavó directo en el orgullo del enfurecido Diablo...
Continuará...