El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Loxur: Capítulo 5

El Diablo estaba hecho un fiera al presenciar aquello, iba directo a arrebatarle a Petra de los brazos pero al acercarse lo escuchó decir

- Tranquila Petra, todo estará bien... puedes contar conmigo para lo que necesites - parecía estarla consolando.

- Gracias Ismael - dijo buscando separarse gentilmente mientras se secaba las lágrimas.

Loxur se calmó, el verla llorar lo afligía

- Petra... - se presentó ante ambos.

- Lox- Lourent...- se corrigió ella ya que Ismael estaba a su lado.

- ¿Qué ocurrió? ¿Estás bien?... 

- Tú deberías saberlo - intervinó el muchacho - eres el hijo del doctor ¿No es así?

- Es que Lourent no se encontraba en el pueblo... por favor Ismael, no seas hostil con él ... - le pidió ella.

- Disculpa Petra - se retractó él - ¿Quieres que te acompañe a tu casa?, no te ves bien...

- No te preocupes, Lourent me acompañará, así de paso ve a mi madre.

Ismael cruzó miradas con Loxur, al Diablo no le hacía gracia la situación y no tenía deseos de reñir con él así que simplemente no dijo nada.

- Está bien... recuerda Petra, si necesitas algo puedes tocar mi puerta, yo siempre estaré para ayudarte... Nos vemos - terminó por decir el joven y se marchó.

- Adiós Ismael - lo despidió ella.

- Petra... discúlpame por no haber podido venir antes... ¿Qué te ocurre? ... - preguntó preocupado Loxur.

- Sólo estaba un poco angustiada, Ismael lo notó y quiso consolarme... 

- ¿Por qué estás angustiada?

- Es que ayer fui a ver al doctor y la enfermedad de mi madre empeoró, la medicina ya no le hace efecto...

- Ya veo... ¿Te acompaño hasta tu casa?, si no es molestia me gustaría ver a tu madre, me cae muy bien...

- Claro, vamos - sonrió un poco más recuperada.

En el camino Petra terminó de relatarle lo sucedido y el sobre el mal que aqueja a su madre

- Entiendo... - comentó Loxur.

- Soy consciente de que mamá es una humana y ahora que es una anciana es normal que pronto tenga que morir pero aun así no puedo terminar de aceptarlo... me hace sentir muy triste... me dan ganas de llorar... - dijo mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

- Petra... es natural que quieras llorar, tú la amas de verdad, te preocupas por ella, eres su hija. 

- Es que no quiero que mamá me vea así, se enojará conmigo si me ve triste.

El Diablo se detuvo en el medio del camino y gentilmente la acercó hasta él para abrazarla

- Entonces llora aquí conmigo... así cuando lleguemos a tu casa te sentirás mejor... - le susurró.

Petra estaba sorprendida con su gesto, sus brazos eran tan fuertes pero en aquel momento se sentían tan delicados, todo lo contrario a Ismael que buscaba retenerla con su fuerza.
La joven no pudo evitar conmoverse, correspondió aquel abrazo colocando sus manos en la enorme espalda de él y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, Loxur acariciaba su cabeza para tranquilizarla mientras podía escuchar sus sollozos.
Cuando pudo dejar de llorar el Diablo preguntó 

- ¿Te sientes mejor? - mientras aun la mantenía abrazada a su pecho.

- Sí... - murmuró ella.

- ¿Entonces nos vamos?...

- ¿Podemos quedarnos un momento más así?... me da pena que me veas ahora... - dijo ella que aun tenía su cara oculta contra el pecho de Loxur. 

Él sonrió - Yo me quedaría contigo para siempre así, pero tu madre te debe estar esperando...- con una de sus manos levantó el rostro de Petra y con la otra le secó las lágrimas que aún quedaban alrededor de sus ojos - Ya te lo dije antes, no ocultes tu rostro, tienes unos ojos tan hermosos que es una pena no poder mirarlos...

Ella se sonrojó pero no pudo evitar esbozar una sonrisa - Gracias Loxur... 

- Por nada, ¿Vamos? - dijo y le extendió la mano, Petra la tomó e inesperadamente para ella continuaron camino hasta su casa tomados de la mano.

La joven no tenía en claro que es lo que sentía, aquel Diablo la conquistaba con el apoyo que encontraba en él, su corazón se aceleraba con cada uno de sus gestos y aun seguía muy presente en ella ese inesperado beso que de sólo recordarlo la hacía sonreír.

Al llegar a la casa encontraron a la madre de Petra en la cocina 

- Ya llegue mamá, ¿Se puede saber qué estás haciendo? - preguntó la joven.

- ¿A qué te refieres con qué estoy haciendo? ¿No es obvio? Estoy cocinando, acabo de terminar de hacer la tarta de manzanas que te gusta - respondió Amelí.

- No me refiero a eso mamá, sabes que deberías estar descansando.

- ¡Oh vamos hija! Déjame hacer algo, me voy a convertir en una planta si sigo en esa cama, mientras pueda andar por la casa déjame hacerlo.

- Está bien mamá... Mira, alguien vino a verte - sonrió.

- ¿Quién?

- Buenas tardes señora Amelí - la saludo el Diablo.

- ¡Loxur! Qué gusto verte hijo.

- Me da gusto verla con tanta energía.

- Claro que sí hijo, mi cuerpo es viejo pero mi espiritu no je je.

- ¿Hijo? Mamá ¿Por qué le dices hijo?

- ¿Qué? ¿No puedo llamarlo así? ¿Acaso no son pareja ya?

- ¡¿Qué?! ¿Por qué piensas eso mamá? - preguntó sorprendida la joven.

- Bueno, porque es obvio que se estuvieron abrazando, puedo sentir tú perfume en la ropa de él Petra.

- ¡Mamá por favor deja de decir esas cosas! - respondió ya avergonzada.

- ¿Qué? ¿Sé abrazan y aun no son pareja? Ustedes dos son muy lentos...

- Ya no puedo contigo mamá...

De repente el Diablo rio - Ja, ja, perdón, no lo tomen a mal, pero ustedes dos son muy divertidas, me hacen reír...

Petra estaba sorprendida era la primera vez que lo escuchaba reír.

- Que bueno hijo, ¿Te quedas a cenar?

- Me encantaría.

- Perfecto.

- Mamá...

- ¿Qué? No insistas Petra, voy a seguir diciéndole hijo porque así me gusta y si al él no le molesta no veo porque a ti sí.

- No me molesta señora Amelí.

- ¿Lo ves? - dijo feliz por la complicidad de Loxur.

- Está bien mamá, ya no diré nada...- comentó resignada - iré a hacer la cena.

El príncipe y Amelí quedaron en la sala de estar conversando mientras Petra se encontraba en la cocina.

- Que bueno que viniste muchacho, así harás a mi hija sonreír un poco... - comentó con cierto pesar Amelí.

- ¿Por qué lo dice?

- No soy tonta hijo, puedo ver que ha estado llorando, desde ayer que la siento triste y sé que es por mi causa...

- Usted es demasiado perceptiva...

- Al menos me quedo tranquila al saber que se deja consolar por ti... es como si su corazón te llamara cuando más te necesita... verte le hace bien, puedo sentirlo.

- A mi también me hace bien verla...

- Petra me dijo que eres alguien muy ocupado en tu mundo.

- Desgraciadamente sí... pero no faltaré a nuestra promesa señora Amelí, haré lo imposible para venir a verla cada vez que pueda.

- Está bien... - sonrió la mujer - mientras tanto yo haré mi parte aquí apoyándote y haciendo enojar a mi hija para quitarle las preocupaciones ja ja.

- Ya está todo listo - dijo la joven haciéndose presente ante ellos.

- Bien, vamos. Pero antes, Loxur - lo nombró Amelí.

- ¿Si? 

- No necesitas tener esa apariencia humana con nosotras, mejor muestra ese cabello rojo que tanto le gusta a mi hija.

- ¡Mamá!

El Diablo no podía evitar sonreír, definitivamente se sentía a gusto con ellas, era como un segundo hogar lejos de la inmensidad de su palacio.

Luego de la cena, Amelí nuevamente se disponía a retirarse antes para dormir.

- Adiós hijo, regresa cuando quieras, siempre eres bienvenido.

- Muchas gracias señora Amelí, que tenga buena noche.

Y la mujer se fue a su habitación dejando a los dos jóvenes en las sala, Petra dio un pequeño suspiró

- ¿Estás bien Petra? - preguntó él.

- Estoy un poco cansada, es que ando muy nerviosa últimamente y hasta que no veo a mamá descansar no puedo relajarme...

- Tranquila, será mejor que ya me vaya, así puedes dormir también.

- No Loxur, no lo dije con esa intención...

- Lo sé, no te preocupes... - dijo mientras se ponía de pie.

Petra lo acompañó y quedaron un momento solos afuera de la casa.

- Gracias por quedarte hoy también Loxur, le agradas mucho a mi mamá - sonrió ella.

- Es mutuo, en verdad me la paso bien con ustedes... sé que estás atravesando una situación compleja, pero si me necesitas haré todo lo que pueda para estar presente...

- Siempre eres tan amable...

- Por favor Petra ya no digas que soy amable... yo no te trato así por cortesía, soy así contigo por que te amo... - le dijo de frente.

Ella se sorprendió - ¿Qué?...

Loxur le tomó las manos y la miró directo a los ojos 
- El otro día me arrepentí de no haber sido lo suficientemente claro, te besé sin haberte dicho lo que significas para mi y temí que pensarás mal de aquello... por eso volví, para decirte que te amo, estoy enamorado de ti...

- Loxur...- suspiró ella.

- Me gustaste desde la primera vez que te vi, y al conocerte te fuiste ganando mi corazón... No hago otra cosa que pensar en ti...

- Yo... - trató de hablar pero se sentía muy nerviosa.

- Necesito saberlo... ¿Qué sientes por mi? ¿Tengo alguna posibilidad?...

- Yo... tengo miedo de decirlo...

- ¿Por qué?

- Porque creo que si te digo lo que siento ya no podré controlar mis sentimientos...

El Diablo acarició su mejilla y le pidió 
- Dímelo... necesito escucharlo...

- Creo que también estoy enamorada de ti...

- Eso quiere decir... ¿Qué me aceptas?

- Me siento insegura respecto a eso...

- ¿Por qué?

- Porque me da miedo descuidar a mi madre por tener una pareja...

- Pero Petra yo jamás te pediría que abandones a tu madre, no quiero ser tú pareja para separarte de ella, quiero serlo para poder acompañarte como debe ser... como un hombre debe acompañar a su mujer...

- ¿De verdad?...

Loxur tomó su rostro y la besó con suavidad, ella sintió su corazón acelerarse, la galantes de él la ponía nerviosa.

- Tómate tu tiempo... Y cuando estés lista dame tu respuesta.. - terminó y la besó en la frente.

- Está bien...

- Sólo quiero que sepas que decidas lo que decidas mi corazón ya es tuyo... 

- Loxur...

- Adiós Petra, vendré a verte en cuanto pueda, te lo prometo.

- Adiós Loxur... - suspiró ella por último y entró en su casa. 

Quedó un momento apoyada contra la puerta cubriendose el rostro con sus manos, la cabeza le daba vueltas, nunca espero que el mismísimo príncipe del Infierno le profesara su amor de una forma tan directa. Estaba feliz pero no sabía que hacer y en ese momento su madre la sorprendió 

- Hija...

- ¿Mamá? ¿Estás bien? ¿No puedes dormir?

- Lo escuché todo Petra...

Ella se sorprendió - No pienses en eso ahora mamá, mejor vayamos a descansar.

- Hija...- le dijo ya tomándole las manos - Tranquila...

- ¿Eh?...

- Ya no lo evites más Petra, ese hombre te ama y tú a él... déjate llevar... permítete sentir...

A la joven se le escaparon las lágrimas - Mamá... es que... tengo miedo... no quiero fallarte...

- Ten confianza en ti misma hija, sé que no me fallarás... Pero más allá de eso es hora de que dejes de pensar en mi, tienes que empezar a preocuparte por ti...
Yo me preocupo de que tú no te preocupes por ti... ¿Lo entiendes?

- Mamá...

- Petra ese hombre puede ser el amor de tu vida... con el puedes ser quien realmente eres, te acepta por completo... no lo dejes ir... 

La joven se abrazó a ella y Amelí continuó - Sé porqué lloras... te morías de ganas de decirle que sí, pero tuviste miedo porque pensaste en mi...

- Sí...

- ¿Lo ves? No quiero esto para ti, que llores por que te arrepientes de no haber hecho algo.

- Tienes razón mamá...

- Bien... entonces ya sabes que hacer la próxima vez que lo veas... - le sonrió Amelí.

Al regresar al infierno el Diablo se sentía inquieto, la ansiedad de imaginar la respuesta de Petra no lo dejaba pensar en nada más. No sabía cuanto tiempo era el apropiado para regresar a verla, pero inesperadamente al día siguiente se le presentó la oportunidad de escaparse por un rato al mundo humano, no deseaba presionarla pero simplemente no podía evitar desear verla. 
Así que, nervioso, fue hasta el local, ya casi era hora de su salida del mismo.
Se paró en la puerta a esperarla, Petra aun estaba dentro.

- Oye Petra, creo que tienes visitas - le dijo risueña una compañera.

Ella se asomó y sus ojos se iluminaron al verlo. En ese preciso momento iba por la calle Ismael, quien había divisado a Loxur y estaba dispuesto a ir a enfrentarlo de nuevo pero nunca imaginó lo que vería al acercarse, Petra salió de prisa del local y se abrazó feliz con todas sus fuerzas a su rival.
Ismael sintió que un frío le recorrió la espalda, la mujer que amaba parecía a verse decidido por alguien más, nunca la había visto así. Y herido, se marchó en silencio.

Loxur estaba sorprendido, jamás espero una reacción tan efusiva por parte de ella

- Petra... ¿Está todo bien? - preguntó él.

- Sí, estoy feliz, no pensé que te volvería a ver tan pronto... te extrañaba...

- ¿Me extra...ñabas? -

- Claro - sonrió ella.

El Diablo se emocionó - Petra... ¿Eso quiere decir que.... 

- Sí, aceptó ser tú novia... - dijo apenada.

Él no pudo ocultar su felicidad 
- No tienes idea lo que significas para mi Petra...

- Tú también eres muy especial para mi, el hombre que amo... - confesó sin reparos - quería sorprenderte con un beso pero creo que nunca podré hacerlo... porque eres tan alto que no puedo alcanzarte ni en puntas de pie je je - dijo risueña.

El Diablo la tomó de la cintura y la recargó sólo sobre uno de sus brazos, después de todo eran tan fuerte que a Petra la sentía ligera como una pluma.

- ¿Ahora sí? - preguntó mirándola a los ojos.

Ella sólo sonrió, tomó su rostro con ambas manos y lo besó con ternura en frente de todos, confirmando así su amor.

- Te lo advierto... puedo llegar a ser demasiado cariñosa... - deslizó Petra.

Él rio - Creo que podré soportarlo...- respondió.

Finalmente Petra había aceptado por completo vivir el amor que sentía por Loxur, el apoyo de su madre era lo unico que necesitaba para terminar de decidirse.

A partir de ese día ella y el príncipe se reconocieron por completo como una pareja.
Los meses fueron pasando, Petra no regresó al infierno por lo tanto sus encuentros se daban en el mundo humano. Loxur no podía descuidar sus responsabilidades pero cuando se le presentaba la oportunidad iba a verla, cada vez estaba más perdido por ella, casi podía sentir que sólo respiraba cuando la abrazaba o besaba.
Un día decidió que ya no le era suficiente con que ella fuese su novia, quería más y le pidió a su sirviente Karos que mandase a hacer un anillo especialmente para Petra.

- Señor Loxur, aquí está lo que me pidió - le dijo entregándole un pequeño estuche en su sala personal.

- Gracias Karos, es perfecto - comentó al ver el anillo.

- ¿Cuando se lo propondrá?

- Hoy mismo, no quiero dejar pasar más tiempo.

- ¿Y si acepta cuando se hará la boda?

- Cuando ella este lista. Sé que por mi condición de primogénito mi boda es algo muy importante y debe realizarse aquí. Pero al menos quiero dejarle en claro que la deseo como mi esposa... 

- Me encantaría conocer a la señorita Petra, si usted la quiere como esposa debe ser muy especial.

- Algún día la conocerás Karos, le prometí a su madre que la traería de regreso para que pueda vivir segura donde debe estar... - dijo por último el príncipe y se marchó al mundo humano.

Fue directamente hasta su casa, sabía que ese día era su descanso y que seguramente se encontraría allí.
Pero al llegar vio la puerta apenas entre abierta, a él le llamó la atención y decidió entrar 

- ¿Petra? - la nombró pero no obtuvo respuesta y al asomarse a la sala de estar encontró a Amelí en el suelo.

- ¡Señora Amelí! - se preocupó.

- Oh... Hola hijo... - respondió débil la mujer.

- ¿Está bien? ¿Qué ocurrió?

- No te preocupes... fue un desmayo. Petra salió a buscar mis medicinas... La alcanze en la puerta para decirle algo pero cuando quise regresar a la cama me sentí mal y caí...

- Ya veo... déjeme ayudarla - el Diablo la cargó en sus brazos y la recostó en la cama.

- Gracias hijo.

- No es nada...- dijo con cierto pesar en su tono de voz.

- ¿Qué te ocurre muchacho? ¿Por qué tienes esa cara? Te digo que estoy bien.

- Es que...

Amelí lo miró un segundo y lo entendió - Ahh... ya veo... ¿Acaso tienes la habilidad de ver cuando alguien está muriendo?... - dedujo.

- Sí...

- Comprendo... así que ya estoy llegando al final...

- Me encantaría poder sanarla... Pero tengo prohibido intervenir en la muerte de los humanos... 

- No te preocupes hijo, nunca te pediría algo así... estoy preparada para la muerte, y más ahora que veo a Petra contigo...

El Diablo sonrió tímidamente.

- ¿Viniste a verla a ella no es así?

- Sí, venía a pedirle matrimonio...

- ¡¿Matrimonio?! ¡Oh muchacho! Jamás crei que un Diablo pudiese darme semejante alegría ja ja.

- Pero creo que ahora no es un buen momento...

- ¿Qué dices? ¡Claro que lo es!. Ahora cuando ella regrese, ¿podrías pedírselo delante mío?... dame el gusto de verla llorar de felicidad...

- Está bien - sonrió él.

En ese momento llegó Petra

- ¡Loxur! - dijo ella.

- Hola Petra -

- No esperaba verte aquí.

Amelí miró a Loxur y asintió con su cabeza en señal de aprobación. 
El Diablo de acercó a la joven con el estuche en su mano.

- Petra... he venido para hacerte sólo una pregunta...

El corazón de la muchacha comenzó a acelerarse y el continuó - ¿Quieres ser mi esposa?...

Ella no podía contener su emoción, casi no le salía la voz, pero en un susurro pudo decir - Sí... 

Loxur le colocó aquel hermoso anillo 
- Mira Petra, lo mande a hacer especialmente para ti... tiene un Rubí en el centro, ya que sé que tú color favorito es el rojo.

- Oh! ¡Qué muchacho más detallista! - comentó Amelí.

- Gracias Loxur es precioso... - dijo y lo besó tímidamente.

- Ahh ustedes dos si que me hacen feliz chicos... acérquense por favor - les pidió la mujer.

Ambos jóvenes se pararon a su lado y ella tomó las manos de los dos.

- Petra, Loxur... es evidente que ustedes están destinados a estar juntos, su particular encuentro no fue casualidad... así que pase lo que pase no se rindan... prometanmelo...

- Es una promesa señora Amelí.

- Sí mamá...

- Ah! Este compromiso es digno de una celebración - dijo entusiasmada la mujer.

- Es verdad, ¿te quedas con nosotras Loxur?

- Será un plac- intentó decir el Diablo pero de repente la joya que traía en su bolsillo empezó a brillar, sabía que si Karos lo llamaba en aquella ocasión tan especial es porque los consejeros de su padre habían llegado a su reino de imprevisto.

- ¿Tienes que irte no es así? - preguntó Petra.

- Sí... 

- Ve tranquilo hijo, será la próxima vez. 

- Lo lamento señora Amelí, en cuanto pueda regresaré así celebramos juntos - se disculpó él.

- Adiós muchacho...

- Adiós señora Amelí. 

Petra lo acompañó hasta la entrada de la casa para despedirse

- Perdóname Petra, me encantaría poder quedarme...

- No te disculpes Loxur, ve tranquilo, sé perfectamente que hay todo un mundo que depende de ti... - le dijo con una sonrisa.

Él la abrazó, la besó apasionadamente y le susurró 

- Tal vez tengas razón... Pero "mi" mundo sólo depende de ti...

- Loxur...

- Adiós mi amor... volveré apenas tenga la oportunidad...

- Aquí estaré... - terminó ella sonriente.

El Diablo partió, no se atrevió a decirle lo de su madre, sabía que a Amelí no le hubiese gustado, así regresó al infierno, lleno de preocupación por su amada. 
Allí lo esperaban algo impacientes los consejeros de su padre mientras Karos intentaba distraerlos 

- ¿En donde está el joven Príncipe? Ya debería estar aquí... - comentó el demonio consejero.

- Pronto vendrá, surgió un imprevisto en uno de los reinos y fue a solucionarlo - Lo excusó el sirviente.

- Últimamente le surgen muchos imprevistos al joven Príncipe... - deslizó con malicia otro de ellos.

Karos lo miró con desconfianza pero no dijo nada, aún así el demonio insistió 

- Dime Karos, ¿Tú sabes algo que nosotros no?...

En ese momento entró Loxur haciéndose presente con su imponente presencia de Diablo.

- Bienvenido señor - saludó Karos.

- Oh joven Príncipe lo estábamos esperando, no sabíamos que estaba ocupado.

- Ya estoy aquí, ¿Tienen alguna duda de mi desempeño? Con gusto se las aclararé - dijo desafiante Loxur demostrando una vez más que no permitiría que ellos lo criticaran.

Aunque el Diablo deseaba acabar con aquello lo más pronto posible para volver al lado de Petra no contaba con que aquellos consejeros habían ido para supervisarlo de cerca ya que sospechaban de su comportamiento. Cuando finalmente pudo deshacerse de ellos habían pasado tres días. 

Se marchó a toda prisa al mundo humano y fue directo al trabajo de la joven pero no la vio, una de sus compañeras lo reconoció y lo llamó 

- Hola! ¿Eres Lourent verdad? El novio de Petra.

- Así es, ¿ella no está aquí?

- No, precisamente iba a preguntarte por ella, hace dos días que no viene al trabajo, estoy preocupada...

- ¿Qué?... entonces me voy directo a su casa - dijo por último y salió corriendo a toda prisa hasta el hogar de Petra.

Al llegar sólo se veía por la ventana una pequeña luz dentro de la casa, Loxur tocó la puerta pero nadie respondió, intentó abrirla y la misma estaba sin llave.
Él entró, en medio del silencio sólo se escuchaban unos sollozos y lo que vio le oprimió el corazón...

- Petra...- murmuró él.

La joven estaba de rodillas al lado de la cama de su madre y lloraba sin consuelo mientras le sostenía la mano

- Loxur... se fue... mamá se fue... 


Continuará...
 



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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