El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Rustem: Capítulo 5

- ¡¿Qué dices hija?! ¡¿Estás segura de eso?! - preguntó Falen visiblemente impactado como el resto de los presentes.

- Bueno... no, segura la verdad no pero podría ser una posibilidad ¿Verdad Rustem? - preguntó sonriente. 

- Eh?... ¡¿Qué?!, bueno, yo no lo sé, no - intentó explicar, se sintió expuesto.

- Entonces en verdad... ¡¿ESTE DIABLO SE ATREVIÓ A DESHONRARTE?! ¡LOXUR, EXIGO LA CABEZA DE TU HERMANO AHORA MISMO DE LO CONTRARIO ANULARÉ EL PACTO JUNTO CON LA MAGIA DE LOS TESOROS! - exclamó furioso el Grifo.

Loxur lo miró y dio un pequeño suspiro 

- Yo te la daría Falen, ¿pero qué puedo hacer? Es mi hermano, mi orgullo no me lo permite - respondió.

- ¡Entonces yo mismo la tomaré! - dijo uno de los hermanos de Ananya levantando su espada pero Noré lo detuvo tomándole el brazo

- Ya oiste a mi hermano, si él dice que no la entregará así será. Baja esa espada, yo no haría eso si fuese tú... - lo amenazó sutilmente.

El segundo Grifo joven también intentó reaccionar pero Vittorio le tomó el hombro siguiendo el juego de Noré.

- No puedo creerlo... ¿Esta es la razón de tu comportamiento? Estoy seguro que debido a la influencia de ese Diablo es que te has vuelto tan rebelde Ananya.

- No papá, Rustem no tiene nada que ver, yo siempre he sido así, pero tu insistes en verme como una niña y no te das cuenta que ya soy una mujer que puede amar y desear a un hombre, y ese hombre es Rustem. Soy una adulta que quiere elegir a quien amar y tener sexo si así lo deseo. 

Vittorio se acercó a Noré, que no salía del asombro por las palabras de Ananya, y comentó por lo bajo

- Tiene buenos argumentos pero decirlos en este momento es como lanzar leña al fuego...

- Sí, y lo peor es que quienes se van a prender fuego vamos a ser nosotros - respondió Noré al ver la expresión enfurecida de Falen.

- Pero hija, ¡tú pureza! ¡Ese Diablo se robó tu pureza!

- Tú mismo lo estás diciendo papá, "MI" pureza, era mía y tenía derecho a elegir que hacer con ella. Rustem no se la robó, yo se la entregué - aseguró y le dio un tierno beso en la mejilla.

El joven Diablo estaba sorprendido por la actitud temeraria de Ananya, y aunque aquello lo conmovía no podía escapar de la tensión del momento al ver los ojos furiosos del gran Grifo.

- ¡Basta! ¡Esto se acabó! Loxur, si no vas a entregarme la cabeza de tu hermano en este mismo momento se acaba el acuerdo, y tu Ananya nunca volverás a ver a ese mocoso - aseguró Falen.

- ¡No!, no quiero separarme de Rustem... - dijo y se abrazó con fuerza a él.

Rustem salió de su conmoción y correspondió el abrazo de Ananya, rodeándola fuertemente con sus brazos

- Tranquila Ananya... no nos seprarán... - dijo para consolarla mientras clavaba un profunda y seria mirada en Falen.

Loxur pudo apreciar el gesto de Rustem, fue ahí cuando logró ver cuanto había crecido, su pequeño hermano ya era todo un Diablo dispuesto a pelear por lo que quería, así que decidió intervenir.

- Caballeros, calmensen, estoy seguro que podemos encontrar una solución. Falen, te ofrezco una reunión privada entre tú y yo, tengo una propuesta...

El Grifo lo miró un segundo y aceptó

- Está bien, escucharé lo que tengas que decir, pero si no me convence no habrá segunda oportunidad...

- De acuerdo, salgan todos, dejennos sólos... - ordenó el Diablo mayor y todos salieron.

Ananya seguía pegada a Rustem, no dejaba de abrazarlo.

- Rustem... - suspiraba enamorada.

- ¿Ananya que fue eso? ¿Por qué dijiste que estabas embarazada? - preguntó él buscando una explicación.

- Lo siento... fue lo único que se me ocurrió para que mi papá aceptase que estuviésemos juntos... pensé que funcionaría.

- Vaya, que ocurrente... definitivamente se parece a ti Rustem... - comentó sarcástico Vittorio ya acercándose junto con Noré.

- ¿No me vas a presentar con tus hermanos Rustem? - preguntó ella sonriente.

- Bueno... sí. Ananya ellos son mis hermanos Noré y Vittorio. 

- Sí que son guapos, veo que es de familia - comentó risueña.

- Puede ser, pero la estupidez es exclusiva de Rustem - deslizó Noré.

- Cállate Diablo estúpido, si hay alguien que no puedo decir eso eres tú - respondió audaz el Diablo más joven.

- Son muy graciosos - sonrió ella - ahora les presentaré a los míos - dijo y señaló a sus hermanos - Rustem ellos son mis hermanos mayores, Derián y Malek - los presentó orgullosa pero ambos grifos les devolvían una mirada hostil a los Diablos.

- Es un gusto... aunque creo que ellos no piensan lo mismo Ananya... - deslizó Rustem.

- Ananya, ven aquí, suelta a ese mocoso - dijo Derián.

- No quiero - insistió ella.

En ese momento se abrió la puerta de la sala de Loxur 

- Ananya, ven - ordenó su padre y ella ingresó dejando a los Diablos y los Grifos afuera.

Se podía sentir una gran tensión, Rustem y sus hermanos no tenían intención de pelear pero Derián y Malek estaban visiblemente molestos.
Permanecieron en un silencio incómodo hasta que la puerta nuevamente se abrió y de ella salió Ananya volando para abrazar a Rustem con todas sus fuerzas

- Rustem, mi amor... - le dijo.

- ¿Ananya? ¿Qué ocurrió?

- Es qu-

- ¡Ananya! - la interrumpió su padre - alejate de ese Diablo, vámonos a casa - ordenó y avanzó por el pasillo mirando de reojo a Rustem.

La joven sonrió y le dio un tímido beso en los labios - Adiós mi amor, nos vemos - dijo misteriosa pero por algún motivo se la veía alegre.

Los tres Diablos no pudieron evitar quedar confundidos al verlos irse en cierta calma

- Eso sí que fue intenso, los hermanos de Ananya son como dos Zarasel juntos, que bueno que Anaciel sólo tiene uno... - comentó Noré.

- Vengan ustedes tres aquí - ordenó Loxur desde el interior de la sala y ellos obedecieron.

- Loxur... ¿Qué ocurrió? ¿Qué hiciste para calmarlos? ¿El pacto se rompió? - preguntó preocupado Rustem.

- No, el pacto sigue en pie - respondió tranquilo.

- ¿Entonces que...

- Hemos llegado a un acuerdo con el líder de los Grifos.

- ¿Acuerdo?

- Sí, para mantener el pacto entre nosotros, después de la terrible ofensa que cometiste al deshonrar a su hija, deberás recuperar el tesoro de Karioris que se encuentra en el Nido de las Quimeras.

- ¡¡¿Quimeras?!! Eso es una locura. Si quieres que muera sólo dímelo de una vez.

- Sí, es una locura, por eso he decidió que no irás sólo.

- ¿Eh? ¿Tú vendrás conmigo?

- No, Noré y Vittorio irán contigo.

- ¿Eh?... - murmurarón incrédulos.

- ¡¿Nosotros?! ¡¿Por qué?! - exclamó Noré.

- Rustem no podrá hacerlo sólo, este tema nos compete a todos, pero además porque ustedes dos tienen en parte la culpa de todo esto... 

- ¿Qué? ¿Cómo?

- Siendo una pésima influencia para él, tú fijandote en un ángel, destrozando casi mi palacio por ella y Vittorio revolucionando una Villa humana por su mujer - respondió señalandolos.

Loxur supo que Vittorio irrumpió una Villa en su forma de Diablo por Zafira, pero nunca se enteró de las estatuas de piedra, lo que lo salvó del castigo, y Loxur continuó 

- Con ustedes dos tan cerca es claro que se le iban a meterle ideas así en la cabeza, por eso los hago responsables.

- Pero- insistió Noré.

- Sin peros, irán sin excusas si no quieren que los castigue reteniendolos un mes entero aquí... ¿Podrán soportar no ver a sus esposas por un mes?... - deslizó Loxur, sabía donde pegarles a sus hermanos para que sintieran el rigor.

Noré y Vittorio quedaron sin poder responder y, al salir de la sala de reunión, ambos clavaron su mirada en Rustem

- N-No me miren así...- dijo algo nervioso el Diablo más joven - No fui yo quien decidió esto, nunca imaginé todo lo que vendría...

- Rustem... acabo de casarme con Zafira, ¿Crees que tengo deseos de pasar un mes sin verla?... - preguntó disimuladamente molesto Vittorio.

- El cumpleaños de Anaciel será dentro de una semana... ¿Crees que quiero perderme su celebración?... - dijo con un gesto de furia Noré.

- Bue- bueno yo...

En ese momento la puerta se abrió nuevamente y Loxur salió

- Ah, casi lo olvido. Falen dijo que si traes el tesoro considerará que te cases con Ananya... - comentó Loxur con una sonrisa algo burlona.

- ¡¿De verdad?! ¡¿Eso quiere decir que no le desagrado tanto?! - se entusiasmó Rustem.

- Es eso o está seguro de que morirás allá... - deslizó sarcástico Vittorio.

- Es un buen punto - continuó Noré.

Rustem tragó saliva, por alguna razón no le parecía tan descabellado lo de Vittorio.

- Bueno ya, vayan a hacer lo que tengan que hacer, pues mañana mismo irán al Nido de las Quimeras - terminó Loxur con un tono más serio.

Seguidamente apareció Petra preocupada 

- ¡Loxur! ¿Está todo bien? Ese hombre se veía muy molesto...

- Tranquila Petra todo está bien, sólo estábamos arreglando el posible matrimonio de Rustem.

- ¡¿Qué?! ¿Era esa joven de alas blancas? ¡Felicidades Rustem!

- Gracias Petra... - respondió tímido.

- Pude verla de cerca y es muy hermosa, ¿Verdad Loxur?

- Puede ser, pero nadie rivaliza con tu belleza Petra - dijo seguro.

- Que amable Loxur, pero yo no me estaba comparando con ella...

- No importa, sólo quiero re afirmarlo - respondió sonriente.

Sus hermanos sólo lo miraban en silencio

- ¿Todavía están aquí? Váyanse de una vez - ordenó el Diablo mayor y partieron.

Al salir Rustem comentó 

- Nunca deja de sorprenderme la bipolaridad de Loxur, es increíble como se vuelve más gentil cuando está con Petra...

- Es verdad - dijo Noré - Bueno, si mañana me toca arriesgar el cuello por ti mejor me voy ahora mismo a mi casa a disfrutar de mi esposa e hijos.

- Voy contigo, Zafira está allí... - dijo Vittorio.

- ¿Qué? ¿En mi casa? ¿Por qué está allí?

- Porque quería ver a Siry y a Bastian, Anaciel estuvo de acuerdo, por eso la llevé...

- ¿Por qué yo no me entero de esas cosas? ¿Acaso mi opinión no cuenta?

- Para que voy a perder tiempo en preguntarte si todos sabemos que Anaciel es quien tiene la última palabra...

- ¡¿Qué?!

- Es verdad, admitelo Diablo estúpido, no puedes oponerte a nada de lo que decida la hermosa Anaciel.

Noré no pudo refutar sus opiniones.

- ¡En ese caso yo también voy! - dijo Rustem - quiero ver a mis sobrinos.

- No.

- No necesito tu permiso, Anaciel dijo que podía y eso es suficiente para mi.

- Aaaahhh!! ¡Quiero tener un poco de privacidad en mi casa por favor! - exclamó Noré.

Al final, los tres Diablos terminaron en la casa de Noré, allí los recibió Anaciel, feliz siempre de tenerlos de visita, en compañía de Zafira y los niños.
Durante la cena comentaron sobre los sucedido y la misión que les tocaba cumplir 

- Oh! ¿Entonces mañana mismo irán? - preguntó Zafira.

- Sí, todo es culpa de este mocoso precoz que no pudo soportar las ganas de casarse - reclamó Noré.

- ¿Qué? - respondió Rustem.

- Es la verdad, si no le hubieses dado el anillo nada de esto habría pasado, las cosas serían diferentes.

- ¿Ahora resulta que tú me vas a decir cuando debo proponerle matrimonio a una mujer? - se burló Rustem.

- Sólo digo que llevas poco tiempo de conocerla para tomar esa decisión.

- Yo... - interrumpió Anaciel - supe que quería pasar el resto de mi vida contigo al poco tiempo de conocerte... soñaba casarme contigo Noré... ¿Fui muy ingenua?...

Todos quedaron en silencio, Noré no pudo responder ante tan dulce revelación.

- ¿Qué pasó Diablo estúpido? ¿Te quedaste sin palabras? ¿Ves que eres una bestia insensible? Definitivamente no mereces la mujer que tienes - comentó Rustem.

- Te voy a-

- Entonces, si ustedes se van a cumplir una misión ¿La tía Zafira se puede quedar aquí con nosotros? - preguntó Siry.

- Eh? - se sorprendieron los Diablos.

- Me parece una excelente idea - dijo Anaciel - ¿Qué dices Zafira? ¿Te gustaría quedarte con nosotros hasta que ellos regresen? 

- Bueno, no lo esperaba, pero me encantaría... - respondió algo tímida.

- Perfecto, ¿Entonces mañana podrías traerla de nuevo Vittorio?

- Claro... - sonrió, a Vittorio le complacía el ambiente familiar que Anaciel le brindaba a Zafira.

Pasaron un tiempo más entre risas y burlas hasta que Rustem, Vittorio y Zafira se retiraron dejando sólos a Anaciel y Noré con sus hijos.

Ya en la intimidad de su habitación, Noré aún se sentía un poco mal por la revelación de Anaciel, pensó que quizás había herido sus sentimientos sin intención, quería disculparse

- Anaciel... yo... lo siento si dije algo estúpido... - dijo sentado a su lado en la cama.

- ¿Por qué lo dices Noré?

- Bueno pues... por eso de que lo de Rustem era apresurado... la verdad es que yo me sentía igual cuando te conocí... al poco tiempo sabía que quería toda una vida contigo...

- ¿De verdad?

- Sí... sólo lo dije porque estaba molesto con la situación en que nos metió Rustem.

Ella sonrió - Está bien Noré, no te disculpes, sé cuanto me amas... - dijo acariciando su rostro - También sé que cumplirán la misión sin problemas, nosotros los esperaremos con Zafira aquí.

- Está bien...

- Zafira es encantandora, pero además tengo una sospecha...

- Eh?

- Creo que ella está embarazada... - dijo risueña.

- ¡¿Qué?! ¿Y ella no lo sabé?

- No, creo que no, a tenido ciertos malestares, ella piensa que son sólo eso, pero yo percibo que lo está, así que no es bueno que se quede sola en su casa por ahora hasta estar segura de qué es.

- Oh, entiendo... por eso la invitaste a quedarse.

- Sí, pero aparte de eso me encanta tener visitas en casa - sonrió.

- Está bien pero... - la abrazó ya recostandose en la cama - de vez en cuando me gusta que podamos estar sólos... - terminó por decir y la besó apasionadamente.

Mientras tanto, Rustem había regresado a su palacio ya dispuesto a descansar, haciéndose la idea de lo que tendría que enfrentar al día siguiente.

Daba vueltas en su enorme cama, esperando conciliar el sueño, cerró un momento sus ojos pero una voz lo sorprendió 

- Hola mi amor...- escuchó en un susurró.

Inmediatamente los abrió 

- ¡Ananya! Pe-Pero... como es qué... entraste... - preguntó.

- Me metí por la ventana - dijo risueña - Te vi y no pude resistir, quería probar como sería nuestra cama...

- ¿Nuestra cama?...

- Pues sí, ¿Aquí viviremos cuando nos casemos no?

- ¿Tanta confianza me tienes para la mision de mañana?

- Claro que sí, sé que lo lograrás, me lo prometiste... - sonrió.

- Ananya... Tienes que irte, si tu padre se entera que estás aquí me matará, y si no es él será Loxur...

- Pero... yo quiero estar contigo... por eso vine... ¿No me extrañas?...

- Claro que te extraño... pero debemos guardar las formas... nos meteremos en problemas, mejor dicho, me meterás en problemas...

- Está bien... pero al menos dame un beso... - dijo y se acercó para besarlo con suavidad mientras le tomaba las manos. 

En un momento comenzó a besar su cuello, Rustem reaccionó.

- No, no mujer... no hagas eso, detente Ananya.

- ¿Por qué? Sólo son unos besos... - dijo y continuó besando su cuello.

- Deja de tentarme, esto es demasiado... por favor vet- - intentó decir pero ella le tapó la boca con su mano.

- Shhh... hablas mucho...- le susurró - Si te quedas callado nadie sabrá que estoy aquí... - terminó por decir y lo besó en los labios arrastrándolo de nuevo a ceder ante su encanto terminando así, nuevamente, haciendo el amor. 

Luego de ello quedaron un momento ambos en la cama, Rustem sentía paz al sentir el calor de su cuerpo, Ananya era la única que provocaba que quisiese dormir abrazado a una mujer, la veía soñar y sabía que eso era lo que quería para él.

En medio de la noche la joven despertó y se disponía a marcharse, se sentó en la cama y sintió como Rustem la tomó por la cintura.

-¿Ya te vas?... Quédate un poco más Ananya...

- Lo siento Rustem... yo me quedaría... pero sabes que debo irme... para ser honesta, me arriesgue mucho al venir... si mi padre nota mi ausencia seguramente me encerrará cuando regrese... y ya no podré verte...

Él se incorporó y con ternura besó sus hombros 

- Moriría si no puedo verte Ananya... te quiero conmigo...

- Rustem... - suspiró ella.

- Ananya... 

- ¿Sí?

- ¿Estás segura... que no estás embarazada?...

- No, no lo estoy Rustem... ¿Por qué?

- Bueno, porque... creo que me había ilusionado un poco... - dijo algo sonrojado.

- ¿Qué?... Rustem, ¿Quieres tener hijos conmigo?...

- Sí...

Ella lo abrazó con todas sus fuerzas 

- ¡Yo también! ¡Quiero tener muchos diablitos hermosos como tú!

Luego de aquella sentida confesión Ananya se despidió con un beso, dejando en él la ilusión de una vida juntos.

Finalmente el día de la misión había llegado, los tres diablos estaban de pie frente a la entrada del territorio de las Quimeras en el Reino de la Codicia, todos cargando con sus espadas.

- Bueno, llegó la hora - dijo Noré.

- Sí... gracias por dejar a Zafira quedarse en tu casa, no se sentía muy bien esta mañana...

- Ah... ya veo, no hay problema... - dijo con un mueca de sonrisa.

- ¿Estás listo Rustem?... 

- Sí, estoy decidido a hacer esto - respondió con determinación.

- Oh, te ves confiado...

- ¿Estuviste con ella anoche verdad? - preguntó Noré.

- ¡¿Eh?! ¿Cómo lo sabes?

- Tienes su olor encima.

- Cuando dices esas cosas me convenzo de que eres un animal - respondió Rustem.

- ¿Eres estúpido? ¿Quieres que te maten?

- ¡Ella fue a verme a mi cuarto!

- ¿Y no podías negarte?...

- Es que... ¡No puedo! - dijo resignado - Ella me domina por completo... soy débil...

- Definitivamente eres un idiota, no puedo creer que esté aquí arriesgando mi vida por ti, si no fuese por que Anaciel me pidió que te cuidase me iría ya mismo.

- Ahh Anaciel, amo a esa mujer... 

- Bueno ya, entremos de una vez... - terminó Vittorio.

Pero cuando se disponían a entrar una voz los sorprendió por detrás 

- Hola caballeros...


Continuará...



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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