El Ángel que bailaba con el Diablo 2

Rustem: Capítulo 8

Ambas bestias comenzaban un feroz enfrentamiento sobrevolando el Quinto Infierno, recurriendo a sus más salvajes instintos.
Entre zarpasos y embestidas, Ananya y la Quimera desplegaban una fuerza abrumadora que dejaba impactado a quien lo viese

- Es impresionante... el nivel de magia que puedo sentir en Ananya me recuerda a ti Noré, cuando te convertias en Can Cerberos antes de perder la mitad de tu poder... - comentó Vittorio mirando hacia arriba junto con sus hermanos.

- Es verdad... ni transformandome en este momento podría alcanzar a ninguna de las dos. Jamás imaginé que la marca de magia que traía en su pierna era un sello, y eso no es una buena señal...- comentó Noré.

- ¿Por qué? - preguntó Rustem.

- Porque signifia que no puede controlarlo...

Mientras tanto fuera de la cueva, los grifos y Loxur observaban el panorama estremecedor

- Ananya... - murmuró Falen.

- ¿Esa bestia impresionante es su hija? - preguntó Loxur.

- Sí, esa es la carga de las mujeres descendientes del Grifo Albino, llevan a cuestas el poder de su ancestro...

- ¿Las mujeres?

- Así es, las mujeres Grifo son más fuertes que los hombres, pero sólo las mujeres que descienden del Grifo Albino pueden invocar su poder... ya que el primero de todos, el Grifo original, era hembra...

- No lo sabía...

- Hijos, tenemos que hacerlo, detengamosla... 

- No papá, confía en Ananya, ella podrá. Mírala, es toda una guerrera, igual que mamá... - dijo Derián.

- Es verdad papá, mira, ella parece estar ganando - continuó Malek.

- Sí, ¿pero a que costo Malek? De nada sirve ganar esta batalla si perdemos a Ananya...

- Cree en ella papá, Ananya está peleando por nuestros muertos, por nuestro orgullo, por nuestra madre... no perderá ni contra la Quimera, ni contra el Grifo...

- ¿De que están hablando? - intervino Loxur.

- Hace unos años un par de jóvenes Grifos fueron asesinados en la entrada de nuestras tierras por un grupo de quimeras que nuevamente intentaron robarnos. Mi esposa Lían intentó destruir a la Quimera, oponiendose a nuestra opinión y violando el pacto, vino hasta aquí para enfrentarla, pero no lo consiguió, esa bestia maldita la mató... 
Ananya es la viva imagen de su madre, testaruda y orgullosa, debí suponer que esto algun día pasaría... por más que me esforcé en mantenerla aislada de todo esto, a ella y a todas nuestras mujeres, es inútil... no importa si la jaula es de oro, no se puede encerrar a un ser tan majestuoso ...

Las bestias continuaban enfrentándose ferozmente, con sus poderosos alientos de fuego buscaban herirse mutuamente sus alas. Sus choques constantes provocaban un temblor en la tierra, haciendo tambalear las paredes de la cueva donde aun se encontraban los Diablos

- No puedo creer que no me di cuenta... tenía todo planeado desde el principio... sabía del peligro que significaba enfrentar a la Quimera por eso decidió venir con nosotros pese a no tener experiencia... siendo su primera pelea se propuso enfrentarla sola par protegernos, seguramente detrás de su sonrisa ocultaba cientos de dudas e incertidumbre... pero yo no supe verlo... - se reprochó Rustem.

- No es momento para remordimientos Rustem... salgamos fuera de esta cueva o moriremos aplastados por las rocas, dame la joya y toma la lanza... - le ordenó Vittorio.

- Sí - aceptó el joven Diablo y tomó la lanza para luego nuevamente acercarse a ellos.

- ¿Están listos?... nos transportaré a la entrada de la cueva.

- Sí - respondieron a coro y Vittorio los llevó fuera de ese lugar.

Allí vieron a la distancia a Loxur y los demás, se acercaron a ellos.

- ¡Loxur! - Exclamó Noré - sana a Vittorio, tiene fracturadas las costillas...

- Esta bien, dejamelo a mi - respondió.

- Falen, aquí tiene su lanza... - dijo Rustem entregándosela.

- Gracias... - respondió con pesar y todos volvieron la vista al enfrentamiento, pudieron apreciar justo el momento en que la Quimera rasguñaba una de las patas delanteras de la Grifo

- ¡La está hiriendo! ¡Se convertirá en otra quimera! - dijo preocupado Rustem.

- No, a los grifos no nos afecta su maldicion, por que en cierta forma también somo quimeras... - respondió Falen.

- ¿Qué?...

- Sí, somos la combinación de dos criaturas, un águila y un león. Las quimeras y los grifos somos como las dos caras de una misma moneda, pero de naturaleza opuesta... nuestro destino es pelear a muerte...

- ¿Cree que ella podrá lograrlo? - preguntó Noré.

- Tiene lo que se necesita para ganar... pero puede perder mucho a cambio de ello...

- ¿A que se refiere?...

El rugido de la Quimera los interrumpió, Ananya había logrado con sus garras cegar los ojos del dragón, provocando que este empezara a lanzar fuego a ciegas 

- ¡Cuidado! - gritó Noré y todos esquivaron las tremendas llamas.

- ¡Vamos hijos! - Ordenó Falen.

- ¡Nosotros también! - dijo Rustem.

- No, ustedes no intervengan... en estos momentos no puedo garantizar su seguridad, y no lo digo solo por la Quimera...- terminó por decir Falen
y se convirtieron en Grifos que tomaron vuelo para ayudar a la joven, pero su tamaño era por mucho menor al de ella.

- ¿Qué quiso decir con eso? 

- Creo que entendí a que se refiere... - deslizó Noré.

Así los Diablos quedaron en la tierra observando la situación, la Quimera había logrado morder con su cabeza de León una de las patas delanteras de Ananya pero con ayuda de sus hermanos la liberó haciendo que ella lo embistiera nuevamente.

- Ella necesita que le brinden una posibilidad, pero con sus hermanos volando alrededor tal vez se sienta limitada para usar sus llamas... - comentó Vittorio.

- Es verdad, la ayudan pero a la vez la limitan - siguió Noré.

- Loxur, ¿No hay nada que podamos hacer? - preguntó Rustem.

- Sí, hay algo - dijo y miró la lanza - yo podría lanzarla desde aquí pero correría el riesgo de darle a cualquiera de los Grifos en movimiento, así que depende de ti Rustem.

- ¿De mi?

- Sí, acercate lo más que puedas y busca herir a la Quimera, dale la oportunidad a Ananya... - le confió.

Rustem no pudo evitar dudar de su propia capacidad por un segundo, pero volvió la mirada a su amada y sus miedos se disciparon por completo.
Tomó la lanza, desplegó sus hermosas alas negras y con la velocidad que lo caracterizaba voló a toda velocidad para acercarse lo más próximo posible a la zona de conflicto. 

La situación era compleja, los grifos revoloteaban alrededor de la Quimera mientras esta seguía chocando una y otra vez con Ananya, Rustem se detuvo un segundo a observar buscando una apertura que le permitiese lanzar el arma.

Los nervios lo invadían, temía herir a los hermanos de su amada, apretaba fuerte la lanza mientras con la mirada inquieta trataba de ver una oportunidad, en ese instante Ananya dio un giro en el aire y pateo a la bestia impulsando su cabeza un poco hacía atrás, ese era el momento, era ahora o nunca, Rustem anuló sus pensamientos y arrojó con todas sus fuerzas la lanza logrando clavarla en el pecho de la Quimera.
Aunque aquella arma se asemejaba a una insignificante flecha al lado de la enormidad de la bestia, parecía haber hecho efecto pues esta no pudo evitar rugir de dolor y erguirse un poco en el aire.
Ananya no dejó pasar la oportunidad y clavó sus garras delanteras con todas fuerzas en la Quimera hasta sentir que había perforado su corazón.

De repente todo se enmudeció, la sangre de la Quimera comenzó a caer desde el aire cual lluvia roja, la Grifo la soltó y el cuerpo agonizante de la enorme bestia cayó a la tierra, causando un terrible temblor.

Los Diablos observaron como la criatura daba sus últimos espasmos de vida en el suelo hasta que en un momento dejó de moverse.

Rustem sentía una gran adrenalina por su cuerpo, seguido de una repentina sensación de alivio 

- ¿Se... terminó?... - se preguntó pero repentinamente Ananya dio un rugido, volteó a verla y logró apreciar como ella sostenía una especie de discusión con su padre en sus formas de grifo - ¿Qué está pasando? - se preguntó y en un segundo la joven golpeo con su cola a uno de sus hermanos con tremenda violencia haciendo que este empezara a caer al suelo en picada.

El joven Diablo se apresuró e intentó tomarlo para frenar su caida, pero fue inútil, Malek terminó golpeando el suelo regresando así a su forma original.

- ¡Malek! - gritó Rustem y se acercó a ayudarlo seguido de Falen y Derián.

- ¡Hijo! - exclamó Falen y se inclinó a tomarlo en brazos - ¡¿Estás bien?!

- Sí... fue muy fuerte... pero estoy bien... ¿La perdimos... papá?... - preguntó.

- Sí... eso parece...

Todos elevaron la vista y veían como Ananya seguía en su forma de Grifo Albino mientras rugia, y volaba por los aires erraticamente lanzando fuego sin control.

- ¿Qué está pasando? ¿Por qué Ananya no regresa a su forma original? - preguntó Rustem.

- No puede... - respondió Falen.

- ¿Qué? ¿Qué quiere decir?

- Desde un principio Ananya no estaba preparada para controlar el poder del Grifo Albino, por eso lo tenía sellado... ahora esta siendo dominada por completo por él... esa no es Ananya...

- No puede ser... 

- ¿Que haremos papá? - preguntó Derián.

- No tenemos opción hijo, tu lo viste, ya no es ella...

- Me niego a hacerlo, tiene que haber otra opción... - siguió Malek.

- Están hablando de sellarla ¿Verdad? - indagó Loxur ya acercándose.

- Sí... - respondió Falen.

- ¿Qué?... - murmuró Rustem casi sin aliento.

- ¿Saben cual fue el verdadero origen del pacto? 

- Ananya nos contó que fue por el nivel de destrucción en los enfrentamientos - dijo Noré.

- Sí, pero el hecho que lo definió todo fue cuando una de las descendientes perdió el control como en esta ocasión... - todos quedaron en silencio y Falen continuó - hace siglos atrás una de las descendientes no pudo controlarlo y fue dominada por completo por el Grifo Albino, perdió el eje de la batalla comenzando a destruirlo todo a su alrededor... y cuando eso sucedió el nivel de daño que causó fue igual o superior al de la Quimera... se redujo a sus instintos mas salvajes, tal y como la ven ahora...

- ¿Y que hicieron? 

- La sellaron con ayuda de Satanás, fue la única solución que encontraron, de esa forma mediante el sello la obligaron a dormir para llevarla de regreso a nuestras tierras y asi protegerla a ella y a todos los habitantes del infierno...

- ¿Y eso es lo que quieren hacer con Ananya?... - preguntó Vittorio.

- Sí.

- ¿Pero por cuánto tiempo dormirá? - continuó Rustem.

Falen hizo un penoso silencio y respondió - Hasta que muera...

- ¿Qué?...

- Así sucedió en esa ocasión... y también pasará en esta... Loxur - lo miró - ayudame a sellar a mi hija... - le pidió el orgulloso Grifo mientras la joven princesa devenida en bestia seguía causando caos a su alrededor...

Continuará...
 



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En el texto hay: angel, amor, diablo

Editado: 18.01.2024

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